POESÍA ESPAÑOLA
Coordinación de AURORA CUEVAS CERVERÓ
Universidad Complutense de Madrid
JOSÉ LUIS REY
José Luis Rey (Puente Genil, 3 de abril de 1973) es un poeta, traductor y ensayista español. Tras realizar estudios parciales de Derecho, se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Córdoba. Se doctoró cum laude con una tesis sobre la poesía de Pere Gimferrer, dirigida por el profesor Pedro Ruiz Pérez, titulada Caligrafía del fuego. La poesía de Pere Gimferrer. Traductor de poesía inglesa, vive en la ciudad de Córdoba dedicado plenamente a la literatura.
Como poeta, es autor de los siguientes libros: "La luz y la palabra", "La familia nórdica", "Volcán vocabulario (La luz y la palabra II)", "Barroco" , "Las visiones" y "La fruta de los mudos", todos ellos publicados por la editorial Visor. Poemas suyos han sido traducidos a una decena de idiomas, entre ellos al inglés en la Universidad de Harvard. Como ensayista ha publicado "Caligrafía del fuego. La poesía de Pere Gimferrer" en la editorial Pre-textos y ha desarrollado su poética en el ensayo "Jacob y el ángel (La poética de la víspera)", aparecido en la editorial Devenir. Un ensayo más reciente es "Los eruditos tienen miedo (Espíritu y lenguaje en poesía)", publicado por La Isla de Siltolá. En 2017 publica un nuevo ensayo: En el blanco infinito. Juan Ramón Jiménez (Huerga y Fierro). Ha traducido también las "Poesías completas" de Emily Dickinson para Visor.
Entre otros, ha obtenido los siguientes premios:
Accésit del Premio Adonáis 1996; Premio Andalucía de la Crítica a la Opera Prima 1997; Premio Internacional de Investigación Literaria Gerardo Diego 2005; Premio Internacional de Poesía Jaime Gil de Biedma 2006; Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe 2009; Premio Tiflos de Poesía 2012; Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla 2015.
Fuente: wikipedia
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
EL BOTÓN
El sol que se abrocha nuestra muerte
se ha caído.
Oh botón amarillo, com dulces agujeros,
cosido en esa frente de los ciclopes.
Yo que nada espere
ahora tengo un botón.
Pero me falta hilo y además
no sabría coserlo. Mira, mira:
el gorrión intuye
nuestra hermosa costura.
Su botón en el cielo es el nuestro también,
botón de ropas blancas.
El sol en su cenit abrocha la camisa
de los muertos y así
pueden ir pintureros a su baile.
Mi paciwncia normanda
espera su botón em llamas puras.
Esta mi holgada vestimenta quiere
la promessa que le hizo el almidón.
Cuando estes en tu reino,
acuérdate de mí, botón altivo.
Pues los salvados quieren abrocharse hasta el cuello,
corbata que la ardilla roe y rima
con la virtud. Tartamudea, tímpano,
trombón de las espumas de la mar,
ese traje tirado
sobre la silla en que se sienta el duque.
Porque sé que algún día
romperé la camisa de la muchacha pálida
y haré saltar sus miles de botones
y en su vientre entrar é para quedarme
dormido. Toca, vuela,
haz círculos de nata y de vainilla,
botón gigante que la gala oscura
oculta. Porque sé
que las estrelas nos abrochan tanto
para que ya no más tengamos pena,
pena de estar desnudos y tan solos.
MODESTO
De todas las virtudes que me adornan
escogeré mi generosidad:
regalo florecillas a los mancos
y su única mano las levanta,
banderas de febrero.
¿Y qué decir de mi paciencia bíblica?
Cuántas veces soporto
al pesado dei sol,
despertándome siempre con cuentos amarillos.
Y de mi inteligencia
he vivido estos anos
abriendo, buen ratón, el túnel verde
que lleva al paraíso.
Soy un hombre sencillo: voy a fiestas
en hoteles lujosos
y me quedo sentado en rinconcitos
donde acaba la alfombra de Farnesio.
Allí bebo champán,
burbujeantes meteoritos de oro,
y sueno la lejana juventud
de mis virtudes voladoras, cuando
yo era humilde y glorioso
y se maravillaba Marat de mi inocencia.
Callado, el esplendor
se derrama solito en todo lo que hago
y si ato planetas
un ángel los desata suavemente
y si subo escaleras hay manifestaciones
en las terrazas y la gente grita:
jes el hijo dei mar!
Pero yo solo soy el primo dei erizo.
No quiero presumir.
jLa modéstia molesta tanto al hombre!
Qué más da si yo sé
que me case con Vénus y mi casa
está banada por la luna llena
y recorro sus cuartos cada noche
con zapatillas de Versalles limpias
murmurando así a oscuras:
yo soy el elegido,
pero que no lo sepan, pero que no lo sepan.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda
O BOTÃO
O sol com que se abotoa nossa morte
despencou.
Ó botão amarelo, com doces furos,
cosido nessa frente dos ciclopes.
Já que nada esperei
agora tenho um botão.
Mas me falta fio e além disso
não saber costurar. Olha, olha:
o pardal intui
nossa formosa costura.
Seu botão no céu é nosso também,
botão de roupas brancas.
O sol em seu zênite desabotoa a camisa
dos mortos e assim
podem ir gracioso ao baile.
Minha paciência normanda
espera seu botão em puras chamas.
Esta minha folgada vestimenta quer
a promessa que o amido fez.
Quando estejas em teu reino,
lembra-te de mim, botão altivo.
Pois os salvador querem abrochar-se até o pescoço,
gravata que o esquilo rói e rima
com a virtude. Gagueja, tímpano,
trombone das espumas do mar,
esse traje jogado
sobre a cadeira em que se senta o duque.
Porque sei que algum dia
rasgarei a camisa da moça pálida
e farei soltar seus mil botões
e em seu ventre entrarei para ficar
dormido. Toca, voa,
faz círculos de nata e de baunilha,
botão gigante que a gala escura
oculta. Porque sei
que as estrelas nos abotoam tanto
para que não mais sintamos pena,
pena de estarmos nus e tão sós.
MODESTO
De todas as virtudes que me adornam
escolherei minha generosidade:
presenteio florzinhas aos mancos
e sua única mão as levanta,
bandeiras de fevereiro.
E que dizer de minha paciência bíblica?
Quantas vezes suporto
o pesado sol,
despertando sempre com contos amarelos.
E de minha inteligência
vivi todos estes anos
abrindo, bom rato, o túnel verde
que leva ao paraíso.
Sou um homem simples: vou a festas
em hotéis de luxo
e fico sentado pelos cantos
onde acaba o tapete de Farnesio.
Ali bebo champanhe,
borbulhantes meteoritos de ouro,
e sonho a distante juventude
de minhas virtudes voadoras, quando
eu era humilde e glorioso
e Marat se maravilhava com minha inocência.
Calado, o esplendor
se derrama sozinho em tudo que faço
e se ato planetas
um anjo dos desata suavemente
e se subo escadas há manifestações
nos terraços e a gente grita:
é o filho do mar!
Não pretendo presumir.
A modéstia molesta tanto o homem!
Que importa se eu sei
que me casei com Vênus e minha casa
esta banhada pela lua cheia
e percorro seus quartos toda noite
com chinelos limpos de Versalhes
murmurando assim no escuro:
eu sou o eleito,
mas que não saibam, mas que não saibam.
Página publicada em outubro de 2017
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