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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

POESÍA ESPAÑOLA / POESIA ESPANHOLA

Coordinación/coordenação de AURORA CUEVAS CERVERÓ

  


FRANCISCO DE ALDANA
(1537-1575?)

 

Nació en el reino de Nápoles, 1537, murió em Alcazarquivir, 1578. Poeta y militar español. Combatió en San Quintín y participó en las campañas de Flandes al servicio del duque de Alba. Residió en la corte de los Médicis en Florencia, donde recibió su formación. Su hermano Cosme editó en dos partes (Milán, 1589; Madrid, 1591) su obra, que incluye una Fábula de Faetonte en octavas reales, la Canción a Cristo crucificado y la célebre Carta para Arias Montano sobre la contemplación de Dios y los requisitos della, epístola de inspiración neoplatónica. Admirado por Quevedo, Cervantes lo menciona junto a Boscán y a Garcilaso.  

 

 

DE SUS HERMOSOS OJOS DULCEMENTE

 

De sus hermosos ojos dulcemente

un tierno llanto Filis despedía

que por el rostro amado parecía

claro y precioso aljófar transparente;

 

en brazos de Damón, con baja frente,

triste, rendida, muerta, helada y fría,

estas palabras breves le decía,

creciendo a su llorar nueva corriente:

 

“¡Oh pecho duro, oh alma dura y llena

de mil durezas! ¿Dónde vas huyendo?

¿Dó vas con ala tan ligera y presta?”

 

Y él, soltando de llanto amarga vena,

della las dulces lágrimas bebiendo,

besóla, y sólo un ¡ay! fue su respuesta.

 

 

MIL VECES DIGO, ENTRE LOS BRAZOS PUESTO

 

Mil veces digo, entre los brazos puesto

de Galatea, que es más que el sol hermosa;

luego ella, en dulce vista desdeñosa,

me dice: “Tirsis mío, no digas esto”.

 

Yo lo quiero jurar y ella, de presto,

toda encendida de un color de rosa,

con un beso me impide y, presurosa,

busca tapar mi boca con su gesto.

 

Hágole blanda fuerza por soltarme

y ella me aprieta más, y dice luego:

“No lo jures, mi bien, que yo te creo”.

 

Con esto de tal fuerza a encadenarme

viene que Amor, presente al dulce juego,

hace suplir con obras mi deseo.

 

 

 

MIL VECES CALLO QUE ROMPER DESEO

 

Mil veces callo que romper deseo

el cielo a gritos, y otras tantas tiento

dar a mi lengua voz e movimiento,

que en silencio mortal yacer la veo.

 

Anda cual velocísimo correo

por dentro el alma el suelto pensamiento,

con alto y de dolor lloroso acento,

casi en sombra de muerte un nuevo Orfeo.

 

No halla la memoria o la esperanza

rastro de imagen dulce o deleitable

con que le voluntad viva segura.

 

Cuanto en mí hallo es maldición que alcanza,

muerte que tarda, llanto inconsolable,

desdén del Cielo, error de la ventura.

 

 

EL ÍMPETU CRUEL DE MI DESTINO

 

El ímpetu cruel de mi destino

¡cómo se arroja miserablemente

de tierra en tierra, de una en otra gente,

cerrando a mi quietud siempre el camino!

 

¡Oh, si tras tanto mal grave y contino,

roto su velo mísero y doliente,

el Alma con un vuelo diligente

volviese a la región de donde vino!

 

Iríame por el cielo en compañía

del Alma de algún caro y dulce amigo,

con quien hice común acá mi suerte.

 

¡Oh, que montón de cosas le diría!

cuáles y cuántas, sin temer castigo

de Fortuna, de Amor, de Tiempo y Muerte!

 

 

EN FIN, EN FIN TRAS TANTO ANDAR MURIENDO

 

En fin, en fin tras tanto andar muriendo,

tras tanto variar vida y destino,

tras tanto de uno en otro desatino

pensar todo apretar, nada cogiendo,

 

tras tanto acá y allá yendo y viniendo

cual sin aliento inútil peregrino,

oh Dios, tras tanto error del buen camino,

yo mismo de mi mal ministro siendo:

 

hallo en fin que ser muerto en la memoria

de mundo es lo mejor que en él se asconde,

pues es la paga dél muerte y olvido,

 

y en un rincón vivir con la victoria

de sí, puesto el querer tan sólo adonde

es premio el mismo Dios de lo servido.

 

 

CLARA FUENTE DE LUZ, NUEVO Y HERMOSO

 

Clara fuente de luz, nuevo y hermoso,

rico de luminarias, patrio Cielo,

casa de la verdad, sin nombre o velo,

de inteligencias ledo, almo reposo:

 

¡Oh cómo allá te estás, cuerpo glorioso,

tan lejos del mortal caduco anhelo,

casi un Argos divino alzado a vuelo

de nuestro humano error libre y piadoso!

 

¡Oh patria amada! a ti suspira y llora

esta, en su cárcel, alma  peregrina,

llevada errando de uno en otro instante;

 

esa cierta beldad que me enamora

suerte y razón me otorgue tan benina

que do sube el amor, llegue el amante. 

 

 

TEXTOS EM PORTUGUÊS

 

DE SEUS FORMOSOS OLHOS DOCEMENTE

 

                       Tradução de Anderson Braga Horta

 

De seus formosos olhos docemente

um terno pranto Fílis despedia

que pelo rosto amado parecia

claro e precioso aljôfar transparente;

 

entre os braços de Dâmon, baixa a frente,

triste, rendida, morta, hirta e fria,

estas breves palavras me dizia,

crescendo ao seu chorar nova corrente:

 

“Ó duro peito, ó alma dura e cheia

de mil durezas! Aonde vais correndo,

com asa tão ligeira e presta, aonde?”

 

E ele, abrindo de pranto amarga veia,

dela as suaves lágrimas bebendo,

beijou-a, e com um ai, só, lhe responde.  
        

 
 

MIL VEZES, ABRAÇADO A GALATÉIA

 

                       Tradução de Anderson Braga Horta

 

Mil vezes, abraçado a Galatéia,

lhe digo que é mais do que o sol formosa;

e ela, com um doce olhar, diz desdenhosa:

“Ah! não mo digas, Tírsis meu, que idéia!”

 

Eu o quero jurar, e ela me enleia,

toda incendida de uma cor de rosa,

com um beijo me impede e, pressurosa,

com o lindo rosto a boca me bloqueia.

 

Oponho brando esforço por soltar-me,

e ela me aperta mais, e diz-me logo:

“Não jures! que és sincero, amor, bem vejo!”

 

Com isso de tal modo a encadear-me

age que Amor, presente ao doce jogo,

faz acudir com obras meu desejo.

                  

 

MIL VEZES CALO QUE ROMPER DESEJO

 

                       Tradução de Anderson Braga Horta

 

Mil vezes calo que romper desejo

o céu a gritos, e outras tantas tento

à língua dar-lhe voz e movimento,

que em silêncio mortal jazendo a vejo.

 

Anda qual velocíssimo correio

por dentro da alma o solto pensamento,

com um alto e de dor choroso acento,

um novo Orfeu quase da morte em meio.

 

Não encontra a memória ou a esperança

rastro de imagem doce ou deleitável

com que possa a vontade andar segura.

 

Quanto em mim acho é maldição que alcança,

morte que tarda, pranto inconsolável,

desdém do Céu, engano da ventura.             

            

 

Ó ÍMPETO CRUEL DO MEU DESTINO

 

         Tradução de José Jeronymo Rivera

 

Ó ímpeto cruel do meu destino

como me arrojas miseravelmente

de terra em terra, de uma a outra gente,

cerrando a minha paz sempre o caminho!

 

Oh! se após tanto mal grave e contino,

seu véu rasgado, mísero e dolente,

pudesse esta Alma, em vôo  diligente,

volver à pátria que era seu domínio!

 

Iria pelos céus em companhia

da Alma de algum querido e doce amigo,

com quem fiz em comum aqui a sorte.

 

Oh! que mundo de coisas lhe diria,

e quais e quantas, sem temer castigo

de Fortuna, de Amor, de Tempo e Morte!                            

 

AO FIM, AO FIM DE TANTO ANDAR MORRENDO

 

         Tradução de José Jeronymo Rivera

 

Ao fim, ao fim de tanto andar morrendo,

após tanto variar vida e destino,

após entre um e outro desatino

pensar tudo abraçar, nada colhendo;

 

após tanto penar indo e volvendo,

qual sem alento inútil peregrino,

oh Deus, tanto sair do bom caminho,

eu mesmo de meu mal ministro sendo:

 

acho ao fim que estar morto na memória

deste mundo é o melhor que aqui se esconde,

pois é paga do mundo morte e olvido,

 

e em um rincão viver com a vitória

de si, posto o querer tão-somente onde

o mesmo Deus é prêmio do 'servido.                         

 


CLARA FONTE DE LUZ, NOVO E FORMOSO

 

         Tradução de José Jeronymo Rivera

 

Clara fonte de luz, novo e formoso,

rico de luminárias,  pátrio Céu,

da verdade o solar, sem nome ou véu,

de inteligências ledo, almo repouso.

 

Oh! como além tu estás, corpo glorioso,

tão longe do mortal, breve escarcéu,

quase um Argos divino, sem labéu

a voar, do humano error livre e piedoso!

 

Pátria amada! por ti suspira e chora

esta, em seu cárcere, alma peregrina,

levada, errando, de um a outro instante;

 

que esta beldade que hoje me enamora

sorte e razão me outorgue tão benigna

que aonde vá o amor, lá chegue o amante.                

 

 

Extraídos de POETAS DO SÉCULO DE OURO ESPANHOL: POETAS DEL SIGLO DE ORO ESPAÑOL / Seleção e tradução de Anderson Braga Horta; Fernando Mendes Vianna e José Jeronymo Rivera; estudo introdutório de Manuel Morillo Caballero.  Brasília: Thesaurus; Consejería de Educación y Ciência de la Embajada de España, 2000.  343 p.  (Coleção Orellana – Colección Orellana; 12) ISBN 85-7062-250-7

Página publicada em setembro 2007




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