POESÍA ESPAÑOLA
                                                                                  Coordinación de  AURORA CUEVAS CERVERÓ
                                                                                    Universidad Complutense de Madrid
                                                                                 
                                                                                 
                                                                                
                                                                                ENRIQUE FALCÓN
                                                                                 
                                                                                Enrique  Falcón (Valencia, España, 1968) es un poeta adscrito a prácticas literarias  críticas y socialmente comprometidas (poesía de la conciencia, escritura del  conflicto, literatura activista, realismo crítico) en el panorama actual de la  poesía española.
                                                                                Nació  en febrero de 1968 en la ciudad de Valencia. Insumiso al ejército y a la prestación  sustitutoria, objetor fiscal a los gastos militares, milita en un sindicato  anarquista, trabaja con jóvenes, forma parte de una comunidad cristiana de base  y es miembro de organizaciones vecinales y de colectivos de apoyo en prisión.
                                                                                Ha  publicado varios libros de poesía y de ensayo político y su obra ha sido  recogida en numerosas antologías y volúmenes colectivos dedicados a la poesía  española actual.
                                                                                Tras  cerrar el ciclo de escritura de La marcha de 150.000.000 y de la 'Trilogía de  las Sombras', y después de vivir durante esos 25 años en un barrio de acción  preferente de la provincia de Valencia, regresó a su barrio natal, en la  periferia obrera de la ciudad de Valencia. En ese mismo año de 2015, y  representando a su país en los actos conmemorativos del Día Mundial de la  Poesía que organizó la Unesco, anilló públicamente en Berlín el sentido de la  última estrofa de su "Canción del levantado" a los jardines que  rodean el Bundestag alemán.
                                                                                Vinculado  a la coordinadora de la Unión de Escritores del País Valenciano - Foro Social  de las Artes, fue miembro del consejo de redacción de la extinta revista  "Lunas Rojas" y perteneció al colectivo de crítica literaria  "Alicia Bajo Cero", responsable del polémico volumen Poesía y poder.1
                                                                                El  corpus teórico que anima su labor como escritor y poeta ha ido apareciendo a lo  largo del tiempo en diferentes artículos (principalmente las Cuatro tesis de  mayo, Las prácticas literarias del conflicto y El amor, la ira) luego  recopilados en el volumen Las prácticas literarias del conflicto: registro de  incidencias.
                                                                                Sus  poemas han sido musicados por diversos artistas como Javier Peñoñori, Exquirla  o Niño de Elche.
                                                                                Poesía: El día que me llamé Pushkin,  Ediciones del Ayuntamiento de Sevilla, 1992; La marcha de 150.000.000: «El Saqueo», Rialp, Madrid, 1994; La  marcha de 150.000.000 [1 y 2]: «El Saqueo» y «Los Otros Pobladores», Germania,  Valencia, 1998; AUTT, Crecida, Huelva, 2002; Nueve poemas, Ed. Universidad  de Valencia, 2003; Amonal y otros poemas, Idea, Tenerife, 2005; Para un tiempo  herido, Amargord, Madrid, 2008; Taberna  roja, Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2008; La marcha de 150.000.000 [cantos  completos: 1-5]: «El Saqueo», «Los Otros Pobladores», «Para los que aún viven»,  «La Caída de Dios» y «Canción de E», Ed. Eclipsados, Zaragoza, 2009; Porción del enemigo, Ed. Calambur,  Madrid, 2013; Aluvión, Ed. La Oveja  Roja, Madrid, 2017; La marcha de  150.000.000 [cantos completos: 1-5]: «El Saqueo», «Los Otros Pobladores»,  «Para los que aún viven», «La Caída de Dios» y «Canción de E», Ed. Delirio,  Salamanca, 2017'. Fuente: es.wikipedia.org
                                                                                 
                                                                                 
                                                                                TEXTOS  EN ESPAÑOL – TEXTOS EM PORTUGUÊS
                                                                                 
                                                                                POESIA ANARQUISTA
                                                                                  Coordinación de OMAR ARDILA
                                                                                 
                                                                                 
                                                                                
                                                                                ANTOLOGÍA ANARQUISTA   poesía / siglo XX …/  Selección, prólogo & reseña  de Omar Ardila.  Bogotá: Un Gato Negro  Editores, 2013.  200 p.  ISBN 978-958-46-2490-1.    14 x 21 cm.   Ex. bibl. Antonio Miranda.
 
                                                                                EN COMISARÍA 
                                                                                Hora va a ser de no  buscarte y
                                                                                  entonces
                                                                                  qué pasa con tu señal horaria marcada en las tormentas
                                                                                qué pasa con las novias  perdidas por los cuartos
                                                                                y qué con los poemas detenidos
                                                                                la palabra en régimen  de aislamiento
                                                                                         en cuanto casi todo ha sido ya canción y  rabia
                                                                                         a quién deja su elegía
                                                                                         la caja de los muertos y el camino
                                                                                
                                                                                         con qué fusiles.
                                                                                 
                                                                                 
                                                                                         
                                                                                          
                                                                                         68 
                                                                                 
                                                                                1       Soy altura de perro.
                                                                                2       Naceré en los instantes de cada luz  volcada.
                                                                                3       Mis nombres me los dieron el libro la  bala la guerrilla.
                                                                                4       Tuve amigos.
                                                                                5       Los huesos se apagarán con una voz  tranquila una voz prestada.
                                                                                6       A lo lejos mis ojos se derrumban tras el  humo de los tanques.
                                                                                7       No sé si respirar.
                                                                                8       Extrajeron las algas los caminos tus  clavículas de estaño.
                                                                                9       Extrajeron los gatos sus agujas de  trampas policiales.
                                                                                10     Sacaron los esófagos extirparon las camisas  de su dueño.
                                                                                11     No hubo ruido.
                                                                                12     Soy altura de niño enloqueciendo todas  estas tumbas.
                                                                                13     Otra  vez naciendo muerto en las matanzas de la boca.
                                                                                14     No sé si respirar.
                                                                                15     Hablaron como bucles en el plomo.
                                                                                16     Hablaron como tengo que plantar un árbol  nuevo.
                                                                                17     Hablaron como si-has de respirar?
                                                                                18     Soy la altura de un pueblo perseguido.
                                                                                19     Naciendo a cada instante de una bala  muerta.
                                                                                20     He de ensuciar los patios los cuchillos los  pozos ciegos.
                                                                                21     Entierran a los hombres con un pañal de  frío.
                                                                                22     Algunas detenciones te incomodan.
                                                                                23     Ruptura entre la sangre de las tardes  tranquilas.
                                                                                24     Quiero morder las averiguaciones.
                                                                                25     Quiero levantar el mirto abierto.
                                                                                26     Estas zonas ilegales.
                                                                                27     Estas llagas.
                                                                                28     No sé si respirar.
                                                                                29     Poseeré todas las hojas las escuelas los  fusiles.
                                                                                30     Cuando ya me hayan convertido.
                                                                                31     Repleto de estaciones y cuartillas  estúpidas.
                                                                                32     Cada lenguaje castiga las bocas.
                                                                                33     He de poseerme refugio y estanques en flor.
                                                                                34     He de levantar todas las ventanas.
                                                                                35     He de conseguirte menta barricada pájaro y  estampida.
                                                                                36     A los voluntarios que dejaron la noche.
                                                                                37     Al heno, al último peligro en los portales.
                                                                                38     Soy el primer hombre en haberte avistado.
                                                                                39     Altura de las lenguas en las masacres  públicas radiadas.
                                                                                40     Poseo todo lo advertido las canciones.
                                                                                41     Naceré de las conchas que volcaron tu  hambre.
                                                                                42     A los sucios epitafios de la zona  prohibida.
                                                                                43     A tu nuca de aguaceros detenciones  perfectas.
                                                                                44     A tus ojos descritos en las cartas  oficiales.
                                                                                45     Soy amargo como un niño tremendo.
                                                                                46     Yo no sé si respirar.
                                                                                47     Un perro que baja entre el suicidio del  agua.
                                                                                48     Mis dedos despelados por el nervio de la  sangre.
                                                                                49     Y, sí, yo te he visto desde antes de nacer.
                                                                                50     Besabas clavícula meseta funda de los  muros.
                                                                                51     Que te bebiste la muerte sobre el árbol del  madero.
                                                                                52     Todo  lo que no pude contra el olivo.
                                                                                53     0 para ti, —ruedo a rabias de Revolución.
                                                                                54     En los dedales de su puño hambriento.
                                                                                55     A la espera de otra soledad.
                                                                                56     Yo no sé si respirarte-decirte tierra,  "aliento".
                                                                                57     Con mis labios atravieso la historia niña  de los desposeídos.
                                                                                58     Diminuto como un pretexto blanco.
                                                                                59     Quiero pasarte por encima - por debajo toda  tu sed.
                                                                                60     Quiero penetrar tu vientre hendido.
                                                                                61     Yo no sé si respirar.
                                                                                62     Una altura de mujeres dislocadas.
                                                                                63     Por los campos rojos de las revueltas yo  camino.
                                                                                64     (Sólo las grietas que fusilan los caminos).
                                                                                65     Solas las cenizas, arrasadas, todas marcha,  liquen-boca, 
                                                                                  —y nevisca.
                                                                                66     Yo no sé si respirar.
                                                                                67     Como tú: loco y calentura,
                                                                                68. Soy el primer  hombre en decirte hermano. 
                                                                                 
                                                                                  
                                                                                
                                                                                  TODOS VOSOTROS
                                                                                   
                                                                                  Para ser la mano y la  protesta 
                                                                                    que combaten con pan la bruma en un cuchillo. 
                                                                                    Para transformar el miedo largo que nos sitia 
                                                                                    y decir que no hay victoria
                                                                                  ni en los perros del  amo ni en su caza del hombre.
                                                                                  Porque van a mirarnos los  hijos del tiempo
                                                                                  altamente en su grito  hermano decisivo
                                                                                  cuando estalla con la  siembra su asirse a la esperanza.
                                                                                  Porque la vida, pese a  todo, importa y con ella resistimos,
                                                                                  así puedas tú abrirme y  escucharme:
                                                                                  que aquí se te invita a  levantarte.
                                                                                  Por detrás del  precipicio,
                                                                                  clarea urgente el canto  de la espiga
                                                                                  desde el suelo que sois todos vosotros.
                                                                                   
                                                                                
                     
                                                                                        TEXTOS EM PORTUGUÊS
                                                                                  Tradução de Antonio Miranda 
                                                                                 
                                                                                NA DELEGACIA  DE POLÍCIA
                                                                                 
                                                                                Vai acontecer  de não buscar-te e
                                                                                  e então
                                                                                  que acontece com o teu sinal de horário marcado nas tormentas
                                                                                  que acontece com as noivas perdidas pelos quartos
                                                                                  e o que com os poemas detidos
                                                                                  a palavra em regime de isolamento
                                                                                  enquanto quase tudo era já canção e raiva
                                                                                  por quem deixa sua elegia
                                                                                  a caixa dos mortos e o caminho
                                                                                  com que fuzis?
                                                                                 
                                                                                 
                                                                                 
                                                                                68 
                                                                                 
                                                                                1       Tenho a altura de um cão. 
                                                                                2       Nascerei nos instantes de cada luz de  cabeça para baixo.
                                                                                3       Meus nomes me deram o livro a bala a  guerrilha.
                                                                                4       Tive amigos.
                                                                                5       Os ossos se apagaram com uma voz  tranquila uma voz expressada.
                                                                                6       Lá longe meus olhos caem buscando a  fumaça dos tanques.
                                                                                7       Não sei se devo respirar.
                                                                                8       As algas dos caminhos extraíram tuas  clavículas de estanho.
                                                                                9       Os gatos extraíram suas agulhas de  armadilhas policiais.
                                                                                10     Arrancaram os esôfagos extirparam as  camisas de seu dono.
                                                                                11     Não houve ruído.
                                                                                12     Tenho a altura de menino enloquecendo todas  estas tumbas.
                                                                                13     Outra  vez nascendo morto nas matanças da boca.
                                                                                14     Não sei se devo respirar.
                                                                                15     Falaram como espirais no chumbo.
                                                                                16     Disseran como devo plantar uma árvore nova.
                                                                                17     Explicaram como deves respirar?
                                                                                18     Sou no nível de um povo perseguido.
                                                                                19     Nascendo em cada instante de uma bala morta.
                                                                                20     Hei de sujar os pátios as facas os poços cegos.
                                                                                21     Enterram os homens com uma fralda de frio.
                                                                                22     Algumas prisões te incomodam.
                                                                                23     Ruptura entre o sangue das tardes  tranquilas.
                                                                                24     Quero morder as averiguações.
                                                                                25     Quero levantar o mirto aberto.
                                                                                26     Estas zonas ilegais.
                                                                                27     Estas chagas.
                                                                                28     Não sei se devo respirar.
                                                                                29     Possuirei todas as folhas as escolas os  fuzis.
                                                                                30     Quando já me tenham convertido.
                                                                                31     Repleto de estações e laudas estúpidas.
                                                                                32     Cada linguagem castiga as bocas.
                                                                                33     Hei de ter refúgio e tanques em flor.
                                                                                34     Hei de abrir todas as janelas.
                                                                                35     Hei de conseguir para ti menta barricada  pássaro e debandada.
                                                                                36     Aos voluntários que deixaram a noche.
                                                                                37     Ao feno, ao último perigo nos portais.
                                                                                38     Sou o primeiro homem que te avistou.
                                                                                39     Altura das linguas nos massacres públicos irradiados.
                                                                                40     Possuo toda a advertência das canções.
                                                                                41     Nascerei das conchas que viraram tua fome.
                                                                                42     Aos sujos epitáfios da zona proibida.
                                                                                43     À tua nuca de aguaceiros detenções perfeitas.
                                                                                44     Aos teus olhos descritos nas cartas oficiais.
                                                                                45     Sou amargo como un menino tremendo.
                                                                                46     Eu não sei se devo respirar.
                                                                                47     Um cão que desce pelo suicidio da água.
                                                                                48     Meus dedos despelados pelados pelo nervo do  sangue.
                                                                                49     E, se, eu te vi desde antes de nascer.
                                                                                50     Beijavas clavícula planicie  funda dos muros.
                                                                                51     Bebeste a morte sobre a árvore da viga.
                                                                                52     Tudo  o que não pude contra a oliveira.
                                                                                53     0u para ti, —rodo com raiva de Revolução.
                                                                                54     os dedais de seu punho faminto.
                                                                                55     Esperando uma outra soledade.
                                                                                56     E não sei se respirarte-dizer-te terra,  "alento".
                                                                                57     Com meus lábios atravesso a historia menina  dos despojados.
                                                                                58     Diminuto como um pretexto branco.
                                                                                59     Quero pasar por cima de ti — por debaio  toda a tu sede.
                                                                                60     Quero penetrar em tu ventre fendido.
                                                                                61     Eu não sei se devo respirar.
                                                                                62     Uma altura de mulheres deslocadas.
                                                                                63     Pelos campos rubros das revoltas eu caminho.
                                                                                64     (Só as fendas que fuzilam os caminhos).
                                                                                65     Apenas as cinzas, arrasadas, todas como marcha,  liquem-boca, 
                                                                                  —e nevasca.
                                                                                66     Eu não sei devo respirar.
                                                                                67     Tal como tu: louco e quentura,
                                                                                68.    Sou o primer homem a dizer-te irmão.
                                                                                 
                                                                                 
                                                                                
                                                                                 
                                                                                VOCÊS TODOS
                                                                                 
                                                                                Para ser a mão e o protesto 
                                                                                  que combatem com pão a bruma em uma faca. 
                                                                                  Para transformar o medo enorme que nos sitia 
                                                                                  e dizer que não existe vitoria
                                                                                Nem nos cães do amo nem em sua cabeça de homem.
                                                                                Porque vão ver-nos os filhos do tempo
                                                                                altamente en seu grito irmão decisivo
                                                                                quando estala na semeadura seu ligar-se na esperança.
                                                                                Porque a vida, apesar de tudo, importa e com ela resistimos,
                                                                                Assim tu podes abrir-me e escutar-me:
                                                                                porque aquí te convidamos a levantar-te.
                                                                                Por detrás do precipício,
                    clareia urgente o canto da espiga
                                                                                  desde o voo que vocês todos são.
                     
                                                                                 
                                                                                
                                                                                DISIDENTES -  ANTOLOGÍA DE POETAS CRÍTICOS ESPAÑOLES (1990-2014)  Selección  y edición de Alberto García-Teresa.   Madrid: La Oveja Roja, 2015.  449  p.  13,5x21,5 cm.  ISBN 978-84-16227-04-4  Ex. bibl. Antonio Miranda
                                                                                 
                                                                                Todos vosotros 
                                                                                [Poema que la gente de las asambleas barriales 
                                                                                  de Matanzas, Argentina, pidió acompañar 
                                                                                  la guitarra sublevada de Javier Peñoñori] 
                                                                                 
                                                                                Para ser la  mano y la protesta
                                                                                que combaten  con pan la bruma en un cuchillo.
                                                                                 
                                                                                Para  transformar el miedo largo que nos sitia 
                                                                                  y decir que no hay victoria
                                                                                ni en los  perros del amo ni en su caza del hombre.
                                                                                 
                                                                                Porque van a  mirarnos los hijos del tiempo
                                                                                altamente en  su grito hermano decisivo
                                                                                cuando  estalla con la siembra su asirse a la esperanza.
                                                                                 
                                                                                Porque la  vida, pese a todo, importa y con ella resistimos, 
                                                                                  así puedas tú abrirme y escucharme:
                                                                                  que aquí se te invita a levantarte
                                                                                 
                                                                                Por detrás  del precipicio,
                                                                                clarea  urgente el canto de la espiga
                                                                                desde el  suelo que sois todos vosotros.
                                                                                 
                                                                                                   De Taberna roja (2009)
                                                                                 
                                                                                 
                                                                                Canción del levantado
                                                                                 
                                                                                No  adoptes nunca el nombre que te dé la policía
                                                                                  No acerques tu caricia a la piel del  invasor 
                                                                                  No comas de su trigo, no bebas más su leche 
                                                                                  No dejes que tu alberca la vuelvan lodazal
                                                                                 
                                                                                No  esperes casi nada de su magistratura
                                                                                No  reces en su lengua, no bailes con sus ropas
                                                                                No  pierdas nunca el agua que duerme a los guardianes
                                                                                Ni  alojes en su boca la sal de tu estupor
                                                                                 
                                                                                No  guardes en el sótano más bombas incendiarias 
                                                                                  No firmes con tu letra los presagios del poder 
                                                                                  No tiendas más cadáveres en la comisaría 
                                                                                  No esperes nunca nada de la voz del ataúd
                                                                                 
                                                                                No  entregues tu camisa a ninguno de sus bancos 
                                                                                  Ni viertas en tu vientre el pozal de una bandera 
                                                                                  No lleves a tu amigo a los pies del impostor
                                                                                 
                                                                                No  dejes que su lengua fructifique tras tu casa
                                                                                 
                                                                                No  permitas a tus hijos, Nunca dejes a tus hijos 
                                                                                  Esconderse en su jardín.
                                                                                 
                                                                                De Porción  del enemigo (2013)
                                                                                 
                                                                                 
                                                                                                       
                    
                      TEXTOS EM PORTUGUÊS
                        Tradução: Antonio Miranda
                    
                                                                                 
                                                                                 
                                                                                Vocês todos 
                                                                                
                                                                                  
                                                                                    [Poema que a gente das assembleias dos  bairros
                                                                                        de  Matanzas, Argentina, pediu acompanhar 
                                                                                      a  guitarra sublevada de Javiera Peñoñori]
                                                                                  
                                                                                  ¿Para  ser a mão e o protesto
                                                                                  que  combatem com pão a bruma em um punhal.
                                                                                  Para  transformar o medo enorme que nos sitia
                                                                                    e  dizer que não existe vitória
                                                                                    nem  nos cães do amo nem em sua caça ao homem.
                                                                                  Porque  vão ver-nos os filhos do tempo
                                                                                    altamente  em seu grito irmão decisivo
                                                                                    quando  explode com a semeadura seu lançar-se à esperança.
                                                                                   Porque  a vida, apesar de tudo, importa e com ela resistimos,
                                                                                    assim  consiga você abrir-me e escutar-me:
                                                                                    que  aqui o convidamos a levantar-se
                                                                                  Por  detrás do precipício,
                                                                                    clareia  urgente o canto da espiga
                                                                                    desde  o solo que é todos vocês.
                                                                                           
                                                                                
                                                                                         Canção do afanado
                                                                                
                                                                                  Não  adotes nunca o nome que dê a polícia
                                                                                    Não  leve tua carícia apele do invasor
                                                                                    Não  comas de seu trigo, não bebas mais de seu leite
                                                                                    Não  deixes que tua piscina a transformem em lodaçal
                                                                                  Não  esperes quase nada de sua magistratura
                                                                                    Não  rezes em sua língua, não dance com suas roupas
                                                                                    Não  percas nunca a água que dorme com guardiães
                                                                                    Não  alojes em sua boca o sal de teu estupor
                                                                                  Não  guardes no sótão mais bombas incendiárias
                                                                                    Não  assines com tua letra os presságios do poder
                                                                                    Nem  estendas mais cadáveres na delegacia
                                                                                    Não  esperes nunca nada da voz do ataúde
                                                                                  Não  entregues tua camisa a nenhum de seus bancos
                                                                                    Não  vertas em teu sangue o bocal de uma bandeira
                                                                                    Não  leves teu amigo aos pés do impostor
                                                                                   Não  deixe que sua língua frutifique por tua casa
                                                                                   Não  permita aos teus filhos,
                                                                                    Nunca  deixes teus filhos
                                                                                    Esconder-se  em seu jardim.
                                                                                
                                                                                                   
                                                                                 
                                                                                Página  publicada em abril de 2017; ampliada em janeiro de 2019