POESÍA  ESPAÑOLA
                                                                                  Coordinación de AURORA CUEVAS CERVERÓ
                                                                                  Universidad Complutense de Madrid
                                                                                 
                                                                                
                                                                                ANTONIO ORIHUELA
                                                                                
                                                                                
                                                                                (Moguer, Huelva, 1965) es  poeta, ensayista y articulista. Su obra literaria e intelectual, de marcado  carácter libertario, participa del movimiento colectivo de la poesía de la  conciencia desde su emergencia al principio de la década de los noventa. Es  doctor en Historia por la Universidad de Sevilla. Como investigador, ha publicado  una decena de trabajos acerca de las formaciones sociales precapitalistas en el  suroeste de la Península Ibérica, entre las que destaca "Historia de la  Prehistoria", Huelva, 1999.
                                                                                Ha participado en más de 100  exposiciones de poesía visual y publicado poemas visuales en revistas de más de  una treintena de países. De igual modo, es destacable su labor como organizador  y comisario de exposiciones de esta disciplina.
                                                                                Desde 1999, coordina los  encuentros anuales Voces del extremo, en su Moguer natal, auspiciados por la  Fundación Juan Ramón Jiménez. A través de ellos, se ha antologado la obra de  una treintena de autores individuales y colectivos. En torno a este encuentro y  antología anual, se ha ido consolidando un movimiento poético colectivo que,  desde distintas perspectivas, hace centro de sus intereses la denuncia de la  injusticia y la marginación social, la reflexión estética y ética acerca de las  relaciones que establece el poder instituido con lo real y la necesidad y  posibilidad de un cambio del modelo del capitalismo global y postmoderno.
                                                                                 
                                                                                TEXTO  EN ESPAÑOL – TEXTO EM PORTUGUÊS
                                                                                 
                                                                                
                                                                                DISIDENTES - ANTOLOGÍA DE POETAS CRÍTICOS ESPAÑOLES (1990-2014)  Selección  y edición de Alberto García-Teresa.   Madrid: La Oveja Roja, 2015.  449  p.  13,5x21,5 cm.  ISBN 978-84-16227-04-4  Ex. bibl. Antonio Miranda
                                                                                 
                                                                                 
                                                                                            LÍNEA DE  SANGRE
                                                                                He  venido hasta este campo de almendros que te contiene,
                                                                                con  las muñecas atadas con alambre,
                                                                                con  los ojos vendados de bala,
                                                                                con  tu boca turbia de tierra,
                                                                                para  preguntarte:
                                                                                ¿Por  qué no quieres descansar de tanto frío de la Historia?
                                                                                ¿Por  qué reclamas un calor de los tuyos que ni dado podría devolverte?
                                                                                ¿Por  qué tienen los vivos de tu muerte, más que nunca, aires de inocentes?
                                                                                 
                                                                                Aquí  me tienes junto a ti, lleno de sospechas,
                                                                                lleno  de un dolor que no se atreve ni a tocarte los árboles.
                                                                                 
                                                                                Barro  es hoy nuestro nombre, nuestra vergüenza,
                                                                                ni  ahí abajo ni ahí arriba terminó nunca la carnicería.
                                                                                El  crimen no se cierra en esta arboleda,
                                                                                pero  tampoco más allá responde nadie.
                                                                                 
                                                                                Mírame  por si yo fuera reflejo suficiente de esta vida
                                                                                como  para no contestarme.
                                                                                 
                                                                                Mírame,  y si me encuentras digno de ti, háblame,
                                                                                porque  yo no te puedo explicar
                                                                                qué  es todo esto que estamos haciendo para que el polvo siga deshaciéndoos,
                                                                                para  que continúe la sed, el hastío y el espanto.
                                                                                 
                                                                                Háblame  tú, asesinado,
                                                                                porque  la memoria de los tuyos cada vez es más estrecha,
                                                                                la  cambiamos por cucharas de plata
                                                                                y  yo tengo un tajo en la lengua.
                                                                                 
                                                                                Háblame,  dime lo que he de decir cuando vuelva la tiniebla
                                                                                y  me olfateen tu sangre, tan antigua, vulnerando el terror.
                                                                                 
                                                                                Háblame,  porque quizás todavía no sea tarde,
                                                                                porque  gente como tú estamos siempre perdiendo y resucitando,
                                                                                con  nosotros tienen los asesinos un trabajo eterno
                                                                                y  yo no quiero guardar vuestros sueños de cara a la pared,
                                                                                porque  la victoria es poder decir, en estos días vacíos,
                                                                                que  hemos ocupado toda la belleza,
                                                                                todas  las desobediencias,
                                                                                toda  la memoria perpleja, a la deriva, de los muertos indóciles
                                                                                sin  nombre en sus tumbas.
                                                                                 
                                                                                         De La piel sobre la piel (La mano  vegetal, Sevilla, 2005).
                                                                                 
                                                                                Vea  otros poetas y poemas de ESPAÑA en  nuestro Portal de Poesía:
                                                                                http://www.antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/espanha/espanha.html 
                                                                                 
                                                                                   
                                                                                
                                                                                  LA OTRA –7 -  REVISTA  DE POESIA – ARTES VISUAIS – OTRAS LETRAS – ano 2 – abril – junio 2000. México  – DF, 2000. ISSN 1305-5143  Ex. bibl.  Antonio Miranda
                                                                                 
                                                                                
                                                                                    
                                                                                
                                                                                
                                                                                  
                                                                                             LAS ESTACIONES
                                                                                            Horas fugaces,
                                                                                      psienso  em mi padre,
                                                                                      en  el día que me dejó dormir
                                                                                      aunque  la noche antes me había dicho
                                                                                      que  le hacía mucha falta en el campo.
                                                                                             Mi  padre levantándose de madrugada,
                                                                                      sin  hacer ruído,
                                                                                      para  no despertarme.
                                                                                             Um  junco al viento, mi padre.
                                                                                             El  me enseñó a meter la azada en el agua antes del trabajo,
                                                                                      a  contar por los ciclos de las plantas
                                                                                      las  verdadeiras estaciones del año.
                                                                                             Años  quemados, pienso en mi madre,
                                                                                      mi  madre juntándome las manos para rezar el padrenuestro,
                                                                                      sus  manos bendiciéndome,
                                                                                      haciendo  una cruz sobre mi rostro y mi pecho
                                                                                      antes  de apagar la luz.
                                                                                             Buenas  noches.
                                                                                             Buenas  noches.
                                                                                     
                                                                                             No  volverán.
                                                                                  
                                                                                
                                                                                         
                                                                                
                                                                                  
                                                                                    
                                                                                      
                                                                                         TEXTO  EM PORTUGUÊS
                                                                                        Tradução de Antonio Miranda
                                                                                      
                                                                                    
                                                                                  
                                                                                
                                                                                          
                                                                                         LINHA  DE SANGUE
                                                                                
                                                                                  Vim  até este campo de amêndoas que te inclui,
                                                                                    com  os pulsos atados com arame,
                                                                                    com  os olhos vendados de bala,
                                                                                    com  tua boca turva de terra,
                                                                                    para  te perguntar:
                                                                                    por  que não queres descansar de tanto frio da Historia?
                                                                                    Por  que reclamas um calor dos teus que,
                                                                                    nem  regalado, não poderia devolver-te?
                                                                                    Por  que têm os olhos vivos de tua morte,
                                                                                    mais  do que nunca, ares de inocentes?
                                                                                  Aqui  me tens junto a ti, com muitas suspeitas,
                                                                                    cheio  de uma dor que nem árvores se atrevem tocar-te.
                                                                                  Barro  agora é o nosso nome, nossa vergonha,
                                                                                    nem  aí embaixo nem aqui em cima terminou a carniceira.
                                                                                  O  crime não termina neste arvoredo,
                                                                                    nem  tampouco mais adiante responde alguém.
                                                                                   Mira-me  como se eu fosse reflexo suficiente desta vida
                                                                                  como  para não me responderes. 
                                                                                  Mira-me,  e se me consideras digno de ti, fale-me,
                                                                                    porque  eu não consigo te explicar
                                                                                    que  tudo isso que estamos fazendo
                                                                                    para  que o pó siga desfazendo-os,
                                                                                    para  que continue a sede, o fastio e o espanto.
                                                                                   Diga-me  tu, assassinado,
                                                                                    por  que a memória dos teus cada vez é mais estreita,
                                                                                    trocando-as  por colheres de prata
                                                                                    e  eu tenho um corte na língua.
                                                                                  Fale-me,  diz-me o que devo dizer quando a névoa retorne
                                                                                    e  me olfateiem teu sangue, tão antigo, vulnerando o terror.
                                                                                  Fale-me,  porque talvez ainda não seja tarde,
                                                                                    porque  gente como tu estamos sempre perdendo e ressuscitando,
                                                                                    conosco  têm os assassinos um trabalho eterno
                                                                                    e  eu não pretendo guardar vossos sonhos de cara para a parede,
                                                                                    porque  a vitória é poder dizer, neste dias vazios,
                                                                                    que  nós ocupamos toda a beleza,
                                                                                    todas as desobediências,
                                                                                    toda  a memória perplexa, à deriva, dos mortos indóceis
                                                                                    sem  nome em suas tumbas.
                                                                                   
                                                                                  AS ESTAÇÕES
                                                                                                          [Tradução: Antonio  Miranda] 
                                                                                          Horas fugazes,
                                                                                    penso  em meu pai,
                                                                                    no  dia em que me deixou dormir
                                                                                    embora  na noite anterior tivesse dito
                                                                                    que  eu fazia muita falta no campo.
                                                                                          Meu pai levantando-se de madrugada
                                                                                    sem  fazer barulho
                                                                                    para  não despertar-me.
                                                                                          Um junco no vento, meu pai.
                                                                                          Ele me ensinou a meter a enxada n´água
                                                                                    antes  do trabalho
                                                                                    a  contar pelos ciclos das plantas
                                                                                    as  verdadeiras estações do ano.
                                                                                          Anos queimados, penso em minha mãe,
                                                                                    minha  mãe juntando minhas mãos para rezar o pai nosso,
                                                                                    suas  mãos abençoando-me,
                                                                                    fazendo  uma cruz sobre o meu rosto
                                                                                    e  meu peito
                                                                                    antes  de apagar a luz.
                                                                                          Boa noite.
                                                                                          Boa noite.
                                                                                  
                                                                                    Não  regressarão.
                                                                                  
                                                                                    
 
                                                                                  POESIA ANARQUISTA
Coordinación de OMAR ARDILA
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                  
                                                                                  ANTOLOGÍA  ANARQUISTA ... siglo XX. Selección,  prólogo & reseñas de Omar Ardila.   Bogotá: Un Gato Negro Editores, 2013.     191 p. ‘    ISBN  978-958-46-24-89-5  Ex. bibl. Antonio  Miranda
                                                                                   
                                                                                           LA HORA DEL RECREO
                                                                                  Como  la escuela es: 
                                                                                    autoritarismo, esquizofrenia, 
                                                                                    segregación clasista, adiestramiento,
                                                                                  memorización  absurda de estupideces, 
                                                                                    productividad cuantitativa, 
                                                                                    competitividad, mentira, 
                                                                                    y fomento de la indignidad personal 
                                                                                    con tal de acceder al éxito 
                                                                                    en una sociedad podrida,
                                                                                   
                                                                                  la  escuela
                                                                                  no  puede ser la conciencia moral de la comunidad 
                                                                                    sino el reflejo de su estado más pavoroso,
                                                                                    el mercado
                                                                                  donde  se deforma a los seres humanos 
                                                                                    para que se conviertan en mercancías.
                                                                                   
                                                                                  Una  escuela así no puede cambiar el mundo 
                                                                                    pero puede destruir a las personas.
                                                                                   
                                                                                  Frente  a ella, su aburrimiento e inutilidad, 
                                                                                    nos queda aún la maravillosa hora del recreo
                                                                                   
                                                                                  para  pensar por ti mismo, 
                                                                                    ponerte en lugar del outro
                                                                                   
                                                                                  y  llevar tu verdad
                                                                                  hasta  donde tu verdad dice que estás equivocado. 
                                                                                  jÁnimo!,
                                                                                  están  a punto de tocar el timbre.
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                  ANARQUISTAS Y LUCIÉRNAGAS
                                                                                   
                                                                                  A  veces creo que las luciérnagas somos nosotros, 
                                                                                  
                                                                                    una especie en peligro de extinción, 
                                                                                   
                                                                                  escasos,  intermitentes, estacionales, 
                                                                                   
                                                                                  feos  como una gamba
                                                                                   
                                                                                  pero  en la noche oscura
                                                                                   
                                                                                  brillantes
                                                                                   
                                                                                  y  ahí.
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                  EL TARDOCAPITALISMO  TAMBIÉN COMO PROYECTO LINGÜÍSTICO
                                                                                   
                                                                                  No  lo llames competencia porque es monopolio.
                                                                                  No  lo llames derecho al trabajo porque es permiso de trabajo.
                                                                                  No  lo llames información porque es publicidad.
                                                                                  No  lo llames aplazamiento porque es censura.
                                                                                  No  lo llames producción porque es alienación.
                                                                                  No  lo llames movilidad porque es precariedad.
                                                                                  No  lo llames flexibilidad porque es contrato basura.
                                                                                  No  lo llames fin de contrato porque es despido.
                                                                                  No  lo llames depresión porque es impotencia.
                                                                                  No  lo llames moobing porque es malestar laboral.
                                                                                  No  lo llames accidente laboral porque es terrorismo empresarial.
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                  TRADUÇÕES AO PORTUGUÊS por ANTONIO  MIRANDA:
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                           A HORA DO RECREIO 
                                                                                   
                                                                                  Como  é a  escola: 
                                                                                    autoritarismo, esquizofrenia,
                                                                                    segregação classista, adestramento, 
                                                                                    memorização absurda de estupidezes, 
                                                                                    produtividade quantitativa, 
                                                                                    competitividade, mentira, 
                                                                                    e fomento da indignidade pessoal 
                                                                                    com a intenção de obter êxito
                                                                                    numa sociedade apodrecida,
                                                                                   
                                                                                  a  escola
                                                                                  no  puede ser a consciência moral da comunidade 
                                                                                    senão o reflexo de swu estado mais pavoroso, 
                                                                                    o mercado
                                                                                  onde  se deforma os seres humanos 
                                                                                    para que se transformem em mercadorias.
                                                                                   
                                                                                  Uma  escola assim não pode mudar o mundo 
                                                                                    mas pode destruir as pessoas.
                                                                                   
                                                                                  Diante  dela, o tédio e a inutilidade,
                                                                                    nos restra ainda a maravilhosa hora do recreio
                                                                                  
                                                                                  para  pensar por ti mesmo, 
                                                                                    colocar-te no lugar do outro
                                                                                   
                                                                                  e  levar tua verdade
                                                                                  até  onde tua verdade diz que estás equivocado. 
                                                                                  Ânimo!,
                                                                                  está  na hora de soar a campainha.
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                  ANARQUISTAS E VAGALUMES
                                                                                   
                                                                                  Às  vezes creio que os vagalumes somos nós mesmos, 
                                                                                  
                                                                                    uma espécie em perigo de extinção, 
                                                                                   
                                                                                  escassos,  intermitentes, sazonais, 
                                                                                   
                                                                                  feios  como um camarão
                                                                                   
                                                                                  mas  na noite escura
                                                                                   
                                                                                  brilhantes
                                                                                   
                                                                                  e  aí.
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                  O CAPITALISMO TARDIO TAMBÉ COMO PROJETO LINGUÍSTICO
                                                                                   
                                                                                  Não  o consideres competência porque é monopólio.
                                                                                  Não  o consideres direito ao trabalho porque é autorização 
                                                                                    de  trabalho.
                                                                                  Não  o consideres informação porque é propaganda.
                                                                                  Não  o consideres adiamento porque é censura.
                                                                                  Não  o consideres produção porque é alienação.
                                                                                  Não  o consideres mobilidade porque é precariedade.
                                                                                  Não  o consideres flexibilidade porque é contrato de desperdício.
                                                                                  Não  o consideres fim de contrato porque é demissão.
                                                                                  Não  o consideres depressão porque é impotência.
                                                                                  Não  o consideres assédio moral porque é mal-estar laboral.
                                                                                  Não  o consideres acidente laboral porque é terrorismo empresarial.
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                   
                                                                                  Página publicada em março de 2017; ampliada em janeiro de 2019