Home
Sobre Antonio Miranda
Currículo Lattes
Grupo Renovación
Cuatro Tablas
Terra Brasilis
Em Destaque
Textos en Español
Xulio Formoso
Livro de Visitas
Colaboradores
Links Temáticos
Indique esta página
Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

POESIA ESPAÑOLA
Coordinación: AURORA CUEVAS CERVERÓ
Universidad Complutense de Madrid

 

www.otromundoesposible.net

ANTONIO COLINAS

 

Antonio Colinas es un poeta, novelista, ensayista, traductor y periodista español que nació en La Bañeza, León, el 30 de enero de 1946. Ha publicado una obra variada que ha recibido, entre otros galardones, el Premio Nacional de Literatura en 1982.

Hizo estudios técnicos y de Historia en la Universidad de Madrid y algunos a quienes el poeta reconoce como sus maestros fueron Vicente Aleixandre y María Zambrano. El primero leía sus poemas y le daba consejos y la segunda le influyó mucho en el terreno del pensamiento. Entre 1970 y 1974 ejerció como lector de español en las universidades de Milán y Bérgamo. Posteriormente vivió dos décadas en Ibiza y en 1998 trasladó su residencia a Salamanca.

Sus primeras publicaciones son de 1969 y pertenecen al género lírico: Poemas de la tierra y de la sangre y Preludios a una noche total, aunque su poemario publicado en 2001, Junto al lago, fue escrito en 1967. En 1985 publicó su primera novela, Un año en el sur: Para una educación estética - la continuación de ésta fue Larga carta a Francesca (1986).

Aunque no figura en la antología de Josep María Castellet, se le suele incluir en el grupo de los Novísimos. Es uno de los pocos poetas españoles que cultiva de forma asidua el verso alejandrino. La obra de Colinas presenta amplitud y relativa variedad, ya que ha publicado poesía, novela, ensayo y memorias, además de un tipo de prosa poética y aforística, y ha realizado también numerosas traducciones (entre ellas, muchas de textos poéticos y autores italianos).   Fuente: wikipedia

 

TEXTOS EN ESPAÑOL    -   TEXTOS EM PORTUGUÊS

 

TRUENOS Y FLAUTAS EN UN TEMPLO

 

Cuando mis pasos cruzan las estancias vacías
todo el templo resuena como una oscura cítara.
Oh mármol, si pudieras hablar cuántos secretos
podrías revelamos. ¿Hubo sangre corriendo
sobre tu nieve dura? ¿Hubo besos y rosas
o sólo heridos pájaros debajo de las cúpulas?
Vosotras, las antorchas de los amaneceres,
¿qué visteis, qué quedó en el fondo dei ânfora?
¿Y el vino derramado, el vino descompuesto
sobre los lábios ácidos qué podrá contar,
qué podrá décirnos que no fúese locura?
El amor fúe trenzando pesadumbres con odios.
El amor hizo estragos en la firmeza humana.
Hoy el otoño sube muy lento por las rocas,
por las enredaderas, por las raíces dulces,
por los espinos rojos, a este lugar secreto.
De las tumbas abiertas brotan las mariposas.
Las hojas entretejen rumorosos tapices.
El agua de las fuentes: verdosa y enlutada.
Casi tocvando el cielo de los atardeceres
el templo de la diosa, la pureza del tiempo.
Cuando llega la noche sostiene los racimos
de las constelaciones, es coluna del mundo,
dintel lleno de flautas, hondo pozo de estrellas.

 

          (De Truenos y flautas en un templo, 1972) 

 

 

 

ENCUENTRO CON EZRA POUND

 

debes ir una tarde de domingo,

cuando Venecia muere un poco menos;

a pesar de los niños solitários,

del rosado enfermizo de los muros,

de los jardines ácidos de sombras,

debes ir a buscarle aunque no te hable

(olvidarás que el mar hunde a tu espalda

las islas, las iglesias, los palácios,

las cúpulas más bellas de la tierra,

que no te encante el mar ni sus sirenas)

recuerda: Fondamenta Cabala;

hay por allí un vidriero de Murano

y un bar con una música muy dulce;

pregunta en la pensión llamada Cici

dónde habita aquel hombre que ha llegado

sólo para ver gentes a Venecia,

aquel americano un poco loco,

erguido y con la barba muy nevada;

pasa el puente de piedra, verás charcos

llenos de gatos negros y gaviotas;

allí, junto al canal de aguas muy verdes

lleno de azahar y frutos corrompidos,

oirás los violines de Vivaldi;

detente y calla mucho mientras miras:

Ramo Corte Querina, ése es el nombre;
en esa callejuela com macetas,
sin más salida que la de la muerte,
vive Ezra Pound.

 

          (De Sepulcro en Tarquinia, 1975)


LA DAMA BLANCA
(Monasterio de la Veracruz)

Sé bien que más allá de este horno de oro,
de las piedras doradas de este templo,
cruje el inviemo en álamos amargos
y que el mundo no cesa de entreabrir sus heridas.

Pero aqui dentro (nada de la nada)
se afervora un hondísimo mistério:
aromas y silencios cuajan luces,
se funde o se deshace la noche con el alba.
Una mujer arrodillada alza
sus ojos allá arriba, donde está
en la custodia el círculo dei círculo,
el infinito centro de lo blanco.

Ella, la dama blanca, prueba,
envuelta en manso fúego no visible,
a cerrar las heridas del mundo sin mover
los labios, en quietud.
Siente ella en su interior como una esfera
de música o de llamas.
Y caen lentos sus ojos como nieve en hoguera.

          (De Libro de la mansedumbre ,1997)

 

TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda

 

          TROVÕES E FLAUTAS EM UM TEMPLO

          Quando meus passos cruzam as habitações vazias
          todo o tempo soa como uma cítara escura.
          Oh mármore, se pudesse contar quantos segredos
          poderias revelar-nos. Houve sangue correndo
          sobre tua neve dura? Houve beijos e rosas
          ou somente pássaros feridos debaixo das cúpulas?
          Vocês, as tochas das alvoradas,
          que viram, que ficou no fundo da ânfora?
          E o vinho derramado, o vinho destroçado
          sobre os lábios ácidos que poderá contar,
          que deverá dizer-nos que não seja loucura?
          O amor foi trançando pesadelos com ódios.
          O amor fez estragos na firmeza humana.
          Hoje o outono sobe bem lento pelas rochas,
          pelas trepadeiras, pelas doces raízes
          pelos espinhos vermelhos, a este lugar secreto.
          Dos túmulos abertos saem as mariposas.
          Das folhas trançam rumorosos tapetes.
          A água das fontes: esverdeada e enlutada.
          Quase tocando o céu dos entardeceres
          o templo da deusa, a pureza do tempo
          das constelações,  é coluna do tempo,
          Quando a noite chega sustenta os cachos de uvas
          das constelações, é coluna do tempo,
          verga plena de flautas, poço fundo de estrelas.
 

                    (De Truenos y flautas en un templo, 1972)


          ENCONTRO COM EZRA POUND

          Deves ir numa tarde de domingo,
          quando Veneza morre um pouco menos,
          apesar dos meninos solitários,
          do rosícler enfermos dos muros,
          dos jardins ácidos de sombras,
          deves ir busca-lo mesmo que não te fale
          (esquecerás que o mar afunda atrás de ti
          as ilhas, as igrejas, os palácios,
          que não te encante o mar nem suas sereias)
          recorda: Fundamenta Cabalá;
          existe por lá um vidraceiro de Murano
          e um bar com música suave;
          pergunta na pensão chamada Cici
          onde habita aquele homem que chegou
          apenas para ver gente em Veneza,
          aquele americano um tanto maluco,
          erguido e com a barba muito nevada;
          atravessa ponte de pedra, verás charcos
          repletos de gatos negros e gaivotas;
          ali, junto ao canal de águas muito verdes
          cheio de sorte e frutos corrompidos,
          ouvirás os violinos de Vivaldi;
          detém-te e cala fundo enquanto olhas:
          Ramo Corte Querina, este é o nome;
          é essa ruela com vasos de flores,
          sem mais saída do que a morte,
          viver Ezra Pound.

                    (De Sepulcro en Tarquinia, 1975)

         

          A DAMA BRANCA
          (Mosteiro de Veracruz)

             Se bem que mais além deste forno de ouro,
          das pedras douradas deste templo,
          ruge o inverno em álamos amargos
          e que o mundo não cessa de entreabrir suas feridas.

             Mas aqui dentro (nada do nada,
          ferve um profundíssimo mistério:
          aromas e silêncios coagulam luzes,
          funde-se e se desfaz a noite com a aurora.
          Uma mulher ajoelhada lança
          seus olhos para o alto, onde está
          custódia do círculo do círculo,
          o infinito centro do branco.

             Ela, a dama branca, prova
          cercada pelo manso fogo invisível,
          a tampar as feridas do mundo sem mover
          os lábios, em quietude.
          Ela sente em seu interior como um uma esfera
          de música ou de chamas.
          E caem lentos seus olhos como neve na fogueira.
                   

                              (De Libro de la mansedumbre, 1997)

Página publicada em abril de 2016


 

 

 
 
 
Home Poetas de A a Z Indique este site Sobre A. Miranda Contato
counter create hit
Envie mensagem a webmaster@antoniomiranda.com.br sobre este site da Web.
Copyright © 2004 Antonio Miranda
 
Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Home Contato Página de música Click aqui para pesquisar