POESÍA ESPAÑOLA
Coordinación de AURORA CUEVAS-CERVERÓ
Universidad Complutense de Madrid
ANA MARIA FAGUNDO
Santa Cruz de Tenerife, Espãna, 1938.
Poesía, prosa y libros de ensayos.
Desde 1967 enseña en la Universidad de California (Riverside).
TEXTO EN ESPAÑOL --- TEXTO EM PORTUGUÊS
NORTE – REVISTA HISPANO-AMERICANA. Cuarta Época. No. 503/504. Enero - Abril 2015. Ciudad de México. Publicación del Frente de Afirmación Hispanista, A. C. Director Fredo Arias de la Canal. Ex. bibl. Antonio Miranda
Mi vida se cerró un momento em que quiso
el polvo ser nube que escalara el espacio,
un momento en que
el mar ardiente se amansó
en la olas rotundas de tus fogosos brazos.
Mi vida se plegó al borde de tus lábios
una noche de suaves agostos virginales
cuanto tu voz tejía rocios con la brisa
y hervían en mi sangre
gozosos manantiales.
Mi vida se sumió en tu mirada inmensa
como se sume ela arena en la ola infinita
jubilosamente entregada a tu aurora
con la inocencia niña de la primera cita.
Tú ya habías hollado
arenas de otros mares
y llevabas espuelas en tu firme pisada.
Yo estrenaba unas alas de tenra algaravia
que le había robado a la brisa temprana.
Volé y tú me seguiste risueñamente alegre
jugando con la espuma
del mar en alboroto,
saltando con la sangre, de roca en roca...
y el mar reía, reía, inmensamente loco.
Y mi risa brincaba de ola en ola jubilosa,
y tu voz me seguia sabiamente sonora.
Era el mar, y la arena,
y la espuma y la roca
y tu espuela de plata
con su tin-tin de onda.
TEXTO EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
Minha vida fechou-se um momento e que o pó
quis ser nuvem que escalara o espaço,
um momento em que
o mar ardente amansou
nas ondas rotundas de teus fogosos braços.
Minha vida se vergou na beira de teus lábios
numa noite de suaves agostos virginais
quanto tua voz tecia orvalhos com a brisa
e ferviam em meu sangue
alegres mananciais.
Minha vida sumiu em teu olhar imenso
como se sum ela arena na onda infinita
jubilosamente entregada a tu aurora
com a inocência menina do primeiro encontro.
Tu já havias pisado
areias de outros mares
e levavas esporas em teu firme passo.
Eu estreava umas asas de tenra algazarra
que havia roubado da brisa matinal.
Voei e tu me seguiste risonhamente alegre
brincando coma a espuma
do mar em alvoroço,
pulando com o sangue, de rocha em rocha...
e o mar ria, ria, imensamente louco.
E meu riso brincava de onda em onda jubilosa,
e tua voz me seguia sabiamente sonora.
Era o mar, e a areia,
e a espuma e a rocha
e tua espora de prata
com seu soar de onda.
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Página publicada em dezembro de 2020
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