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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


OTONIEL GUEVARA

Fuente de la foto: festivalcervantino.gob.mx  

OTONIEL GUEVARA

Otoniel Guevara. Quezaltepeque, La Libertad, 1967. Estudió Periodismo. Desde 1984 obtuvo primeros lugares de poesía en los Juegos Florales de Zacatecoluca, San Miguel, Ahuachapán, Cojutepeque, Apopa, Usulután y en los certámenes «Roque Dalton», «Alfonso Hernández», Juventud Literaria, Wang y otros. Ha participado en eventos como el Festival Internacional de Poesía de Medellín, en 1999. También ha representado a El Salvador en eventos culturales en Centroamérica, Cuba, Estados Unidos, Argentina, Chile, Hungría, Eslovaquia y Colombia.   

Obra poética: El Solar (1986); El violento hormiguero (1988); Lo que ando (1992, 1996, 1997); Lejos de la hierba (1994); Tanto (1996, 2000); El sudario del fugitivo (1998); Despiadada ciudad (1999); Erótica (1999); Simplemente un milagro (2001); Cuaderno deshojado (2002); Isla ilegal (2003); Sosiego (2003).

Dirigió las revistas Alkimia, suplemento Solopoesia y Metafora. Actualmente coordina el Suplemento Cultural Tres Mil de Diario CoLatino, preside la fundacion Metafora y dirige El Encuentro Internacional de Poetas "El Turno del Ofendido", que

se realiza cada mayo en El Salvador. elotoniel@hotmail.com

Participou do VI Festival Mundial de Poesia da Venezuela, Caracas, 2009.

TEXTOS EN ESPAÑOL      /      TEXTOS EM PORTUGUÊS

 

SEÑAL

A la memoria de mi amiga Svetlana Ivanova,

asesinada a los quince años

por los Escuadrones de la Muerte.

 

SI me dieras tan solo una señal:

Um camino trazado con mi nombre,

El vapor de tu boca en el espejo

o una carta en los ojos tan tristes de mi perro.

Pudiera ser la huella de tu cuerpo

esperando por mí y por tu regreso.

Pudiera ser la huella del eco de tu sombra

O tu paraguas de pasear sin lluvia.

o tu perfume de tocar sin dedos.

Si tan solo una señal me dieras,

qué sé yo: un jardín

donde crezca la historia:

por aqui unos carruajes perlados con invierno,

los dedos cenicientos

de infantes masacrados, la peineta

de una abuela que no murió jamás; por allá

uma fiera educada por tormentas, la hemorragia

profundamente negra del volcán; una señal,

algo como una luz bañando la miseria,

como desalojar tembloroso unas prendas,

algo como la llama que en el barro se alienta,

o la estación brillante de un pequeño

y su enorme sandía suculenta,

o el éxtasis del cielo al contemplar la luna

que te crece feroz desde tu almendra.

Una señal que indique la manera

de llegar al pnpitre donde el viento te enseña

los secretos del muro, del aliento y la piedra.

Una señal que al mismo tiempo sea

una orden para iniciar la primavera,

el santo y seña para atizar las breas,

un caracol sonando,

un tambor retumbando,

un vientre prodigando,

una convocación de lo creado,

una aseveración de lo vivido,

una reiteración de lo soñado,

el apretón de manos

con que dios y el diablo queden reconciliados,

un esbozo cualquiera, un leve signo,

una mueca quizá, un telegrama,

un susurro...

la prodigiosa y concluyeme seña

de que tu amor

es de carne y de beso y de que existe.

 

 

         De No apto para turistas


De
CANCIÓN ENFERMA
Quezaltepeque: Libros Metáfora, 2009

 

LA PREGUNTA FINAL

¿Qué hago con tus pies
ahora que los has desenterrado
y se han puesto a jugar sobre mi aliento
y entintan con mi historia cada huella
y anidan sin pudor entre mi sangre?

¿Qué soliloquio hacer con estos surcos
que se abren en mi sangre
detrás de tus arados digitales?

Ya no hay esquife para mis Banderas
Hoy el viento se ha llevado mi ropa
y estoy desnudo y sufro por tu causa

¿Qué hago en mi piel
si la ocupaste toda?

¿Qué hago en mis lábios
si ya no encuentro tierra
donde apoyar mis ojos y mis pasos?

¿Qué hago ahora conmigo?


DESEO INFINITO

La última vez que toque su mano
fue con mis besos

La última vez que besé su pelo
fue con el viento

La última vez que pronuncie su nombre
me respondió el silencio


PATIO BABROCO

En el patío de la casa
los escuálidos reptiles se alimentan de sol

Ciertos pájaros diminutos espolvorean sus plumas
[en la arenilla intacta

Tengo que ir a San Salvador
pero no tengo dinero para los pasajes

Mejor regreso al pátio
a tomar un poco de sombra
y a cantar sin ton ni son

===================================================

TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda


A DERRADEIRA PERGUNTA

Que faço de teus pés
agora que os desenterraste
e se puseram a brinda sobre meu alento
e pintam com minha história cada vestígio
e aninham sem pudor no meu sangue?

Que solilóquio fazer com estes sulcos
que se abrem no meu sangue
detrás de teus arados digitais?

Já não há esquife para minhas bandeiras.

Hoje o vento levou a minha roupa
e estou desnudo e sofre por tua causa.

Que faço de minha pele
se a ocupastes inteira?

Que faço de meus lábios
se já não encontro terra
onde apoiar meus olhos e meus passos?

Que faço agora de mim?


DESEJO INFINITO

A última vez que toquei a sua mão
foi com meus beijos

A última vez que beijei seu cabelo
foi com o vento

A última vez que pronunciei o seu nome
me respondeu o silêncio


PATIO BARROCO

No pátio de casa
os esquálidos répteis se alimentam de sol

Certos pássaros diminutos agitam suas plumas
                   em areia intacta

Devo ir a San Salvador
mas não tenho dinheiro para as passagens

Melhor regressar ao pátio
para tomar um pouco de sombra
e cantar sem tom nem so
m

 

SINAL

         In Memorian de minha amiga Svetlana Ivanova,
         assassinada aos quinze anos pelo Esquadrão da Morte.


Se me enviasses apenas um sinal:
um caminho traçado com meu nome,
o vapor de tua boca no espelho
ou uma carta nos olhos tão tristes de meu cão.
Poderia ser os vestígios de teu corpo
esperando por mim  e por tua volta.
Poderiam ser os vestígios do eco de tua sombra
ou um guarda-chuva  de passear sem chuva,
ou teu perfume de tocar sem dedos.
Se ao menos um sinal me desses,
sei lá o quê: um jardim
onde cresça a história:
por aqui umas carruagens de pérolas com inverno,
os dedos cinzentos
de infantes massacrados, o pente
de uma avó que nunca morreu; por ali
uma fera educada pelas tormentas, a hemorragia
profundamente negra do vulcão; um sinal,
algo como uma luz banhando a miséria,
como desalojar trêmulo umas prendas,
algo como a chama que de barro se alimenta,
ou a estação brilhante de um pequeno
e sua enorme melancia suculenta,
ou o êxtase do céu ao contemplar a lua
que te desenvolve feroz desde tua amêndoa.
Um sinal que indique a maneira
de chegar à carteira escolar onde o vento te ensina
os segredos do muro, do alento e a pedra.
Um sinal que ao menos seja
uma ordem para dar início à primavera,
o santo e senha para atiçar as trevas, 
um caracol soando,
um tambor retumbando,
um ventre prodigando,
uma convocatória do criado,
uma asseveração do vivido,
uma reiteração do sonhado,
um aperto de mãos
com que deus e o diabo acabem reconciliados,
um esboço qualquer, um leve signo,
uma careta talvez, um telegrama,
um sussurro...
o prodigioso e concluinte sinal
de que teu amor
é de carne e de beijo e do que existe.
 
 
         De No apto para turistas.
        
Tradução de Antonio Miranda

Extraído de

GUERRERO, Gustavo, org. Cuerpo plural.  Antología de la poesia hispano- americana  contemporánea.   Madrid: Instituto Cervantes; Editorial Pretexto, 2010.  616 p.           Col. La Cruz del Sur)  Inclui CD  

 


PROMETEO – Revista Latinoamericana de Poesía. No. 54-55.  Memória del IX Festival Internacional de Poesía de Medellin.  Dirección: Fernando Rendón.  Medellín, Colombia: 1999.
                                                           Ex. bibl. Antonio Miranda

        Esa Señora

      
Sin coro sin sombrero, sin bufanda
       Sin pena sin ombligo y sin abril
       Se presentó sin luces sen la cara
       Se presentó sin ojos en la cara

       Yo lamenté su estado lamentable
       y le ofrecí mi vida por piedad
       ¡Qué pesar más pesado el de la muerte
       el no tener mirada ni ansiedad.


       Heredad asaltada


      
Yo,
       fauno sin escrituras,
       no tengo biografía.
       Me desnudo ante la belleza
       y me adorno con su frescura
       Soy ciego
       —no me importa
       ser visto—.
       Mis ojos son telarañas de extasiante demencia
       donde brillan los edenes perdidos
       y el tiránico chisporroteo de la pasión.
       Yo, médico,
       no juro: conjuro,
       y mi índice obnubilado
       es bisturí en tu história.
       De mis lábios el silencio
       brota sangrando
       —buscando corazón, dicen aquí—.
       Yo, animal por naturaleza,
       aúllo.
       Aúllo contra la perversión del mundo:
       por los infantes separados del amor
       por graves trazadoras nocturnas
       aúllo orgías que van a derramarse a las cloacas;
       por los intestinos lacerados del hombre
       que sólo posee entre sus manos
       la desesperada cabeza
       aúllo correntadas de jugosos vómitos;
       por el sol abrasado y la brisa asfixiada
       aúllo flores plásticas, agua cibernética, besos de látex.
       Yo,
       que nada tengo
       para ser admirado
       nada
       para ser respetado
       nada
       para ser recordado.
       Yo,
       el rompelotodo
       el pierdelotodo
       el olvidalotodo
       les obseguio la muerte.

 

 Sensaciones seniles

Detrás de esa pared circula el viento
 o a lo mejor son putas que fuman sus cigarrillos de noche
 Esta pared pretende protegerme
 —del frío, de la lluvia, de los ladrones—
 sólo yo sé que es una frase indescifrable
 un concierto de encierros que me podan
 que me alumbra la cara con su cucarachero
 Ni siquiera ostenta un ventana o un acomplejado postigo
 Voy a llenarla de consignas  
 "las mujeres también tenemos sexo"
 "queremos payasos en la fábrica"
"asesinemos a los poetas endecasílabos"
"Muerte a libertad y a su caballo"
Hoy es lunes
¿Cuándo es que le toca a Dios dormir?


            
       Essa
Senhora

      
Sem coro sem chapéu, sem lenço
       Sem pena sem um umbigo e sem abril
       Apresentou-se sem luzes no rosto

       Eu lamentei seu estado lamentável
       e ofereci minha vida por piedade
       Que pesar más pesado o da morte
       o não ter mirada nem ansiedade

.

       Herdade assaltada

      
Eu,
       fauno sem escrituras,
       não tenho biografia.
       Me desnudo frente à beleza
       e me enfeito com sua frescura
       Sou cego
       —não me importa
       ser visto—.
       Meus olhos são teia de aranha de extasiante demência
       onde brilham os paraísos perdidos
       e o tirânico rebolado da paixão.
       Eu, médico,
       não juro: conjuro,
       e meu índice confuso
       é bisturi em tua história.
       De meus lábios o silêncio
       brota sangrando
       —buscando coração, dizem por aqu—.
      
Eu, animal por natureza,
       uivo.
      
Uivo contra a perversão do mundo:
       pelos infantes separados do amor
       por graves metralhadoras noturnas
       uivo orgias que vão derramar-se nos esgotos;
       pelos intestinos dilacerados do homem,
       que somente tem entre suas mãos
       a desesperada cabeça
       uivo correntadas de suculentos vômitos;
       pelo sol abrasado e a brisa asfixiada
       uivo flores plásticas, água cibernética, beijos de látex.
       Eu,
       que nada tenho
       para ser admirado
       nada
       para ser respeitado
       nada
       para ser recordado.
       Eu,
       o rompe tudo
       o perde tudo
       o olvida tudo
       lhes ofereço a morte.

 

Sensações caduca

Detrás dessa parede circula o vento
 ou melhor, são putas que fumam seus cigarros de noite
 Esta parede pretende proteger-me
 —do frio, da chuva, de ladrões—
 sei apenas que é uma frase indecifrável
 um concerto de confinamentos que me podam
 que me ilumina a cara com seu rastejamento
 Nem sequer ostenta uma janela ou uma comporta
 Vou completa-la com os slogans  
 "as mulheres também temos sexo"
 "queremos palhaços na fábrica"
"assassinemos os poetas hendecassílabos"
"Morte à liberdade e ao seu cavalo"
Hoje é segunda feira
Quando é toca a toca a Deus dormir?

 

 

*

 

Página ampliada e republicada em janeiro de 2023
      
      
      

 

 
               

 

 

Página publicada em julho de 2009; ampliada e republicada em abril 2011


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