CÉSAR DÁVILA ANDRADE
(1918-1967)
Iniciando-se na literatura de seu país em 1946 com os grandes poemas Canción a Teresita e Oda Al Arquitecto e o mais popular de seus livros, Espacio me has vencido, publicou mais tarde Carta a la madre e Boletín y Elegía de las Mitas, este considerado seu maior poema.
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EN QUE LUGAR
Quiero que me digas; de cualquier
modo debes decirme,
indicarme. Seguiré tu dedo, o
la piedra que lances
haciendo llamear, en ángulo tu codo.
Allá, detrás de los hornos de quemar cal,
o más allá aún,
tras las zanjas en donde
se acumulan las coronas alquímicas del Urano
y el aire chilla como jengibre
debe de estar Aquello.
Tienes que indicarme el lugar
antes de que este día se coagule.
Aquello debe tener el eco
envuelto en si mismo,
como una piedra dentro de un durazno.
Tienes que indicarme, Tú,
que reposas más allá de la Fe
y de la Matemática.
¿Podré seguirlo en el ruido que pasa
y se detiene
súbitamente
en la oreja de papel?
¿Está, acaso, en ese sitio de tinieblas,
bajo las camas,
en donde se reúnen
todos los zapatos de este mundo?
(De Conexiones de Tierra)
TAREA POÉTICA
Dura como la vida la tarea poética,
y la vida desesperadamente
inclinada, para poder oír
en el gran cántaro vegetativo
una partícula de mármol, por lo menos,
cantando solo como si brillara
y pinchándose en el cielo más oscuro.
Atraversábamos calles repletas de sal
hasta los aleros, y la barba
se nos caía como si sólo hubiera estado
escrita a lápis.
Pero la Poesía, como una bellota aún cálida,
respiraba dentro de la caja de una arpa.
Sin embargo, en ciertos días de miséria,
un arco de violín era capaz de matar una cabra
sobre el reborde mismo de un planeta o una torre.
Todo era cruel,
y la Poesía, el dolor más antiguo,
el que buscaba dioses en las piedras.
Otro fue
aquel terrible sol vasomotor
por entre las costillas de San Sebastián.
Nadie podrá mirarte como entonces
sin recibir
un flechazo en los ojos.
Tradução de José Jeronymo Rivera
EM QUE LUGAR
Quero que me digas; de qualquer
modo deves dizer-me,
indicar-me. Seguirei teu dedo, ou
a pedra que lances
fazendo flamejar, em ângulo teu braço.
Além, atrás dos fornos de queimar a cal,
ou mais além ainda,
além das valas onde
se acumulam as coroas alquímicas de Urano
e o ar chia como gengibre
deve estar Aquele.
Tens que me indicar o lugar
ainda antes que este dia se coagule.
Aquele deve conter o eco
envolto em si mesmo,
como uma pedra no interior de um pêssego.
Tens que indicar-me, Tu,
que repousas bem mais além da Fé
e até da Matemática.
Poderei segui-lo no ruído que passa
e se detém
subitamente
na orelha de papel?
Por acaso ele está nesse sítio de trevas,
sob as camas,
onde se reúnem
todos os sapatos deste mundo?
(De Conexiones de Tierra)
Tradução de Antonio Miranda:
TAREFA POÉTICA
Dura como a vida, a tarefa poética,
e a vida desesperadamente
inclinada, para poder ouvir
no grande cântaro vegetativo
uma partícula de mármore, pelo menos,
cantando só como se brilhasse
e espetando-se no céu mais escuro.
Atravessávamos ruas repletas de sal
até as laterais, e a barba
caía sobre nós como se apenas tivesse estado
escrita a lápis.
Mas a Poesia, como uma glande ainda cálida,
respirava dentro de uma caixa de uma harpa.
No entanto, em certos dias de miséria,
um arco de violino era capaz de matar a cabra
sobre a borda mesma de um planeta ou uma torre.
Tudo era cruel,
e a Poesia, a dor mais antiga,
a que buscava deuses nas pedras.
Outro foi
aquele terrível sol vasomotor
por entre as costelas de São Sebastião.
Ninguém poder olhar-te como então
sem receber
uma flechada nos olhos.
Página republicada em maio de 2017 |
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