GUSTAVO SOLÓRZANO ALFARO
(Costa Rica, 1975) Poeta, ensayista, profesor y editor. Ha publicado dos poemarios: Del sudor de tus ojos, 1994, San José: Líneas grises y Las fábulas del olvido , 2005, San José, EUNED. Recientemente, poemas y artículos suyos han aparecido en www.ariadna-rc.com, http://es.geocities.com/revista_remolinos/ , www.culturacr.com, www.los-poetas.com y www.redcultura.com
TEXTOS EN ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS
EL ENTERRADOR
Aquí yace la sombra:
allá la duda,
allá el misterio,
más allá los tejados, las montañas.
Y allá, mucho más allá
de donde el tiempo imagina,
las mañanas y el espejo
de otros nombres y otras sombras.
¿QUE PUEDO QUERER?
Ha muerto un hombre hoy.
Era un hombre bueno ese que hoy ha muerto.
Ustedes me preguntan qué quiero,
qué quisiera este viejo leñador de sombras,
este pasajero incansable de la noche.
Nada... o casi nada...
Al menos eso vendría a ser un recuento.
Quiero el potrero de mi madre,
cuando el pasto era capaz de cubrirme;
el patio de la primera casa,
donde había arena y tempestad;
las casas vecinas,
las cuales no me dejaban visitar;
la casa de los peones
donde hube de esconderme más de una vez;
el silencio de mi madre... no, ese no lo quiero.
La furia de mi padre... no, tampoco esa quiero.
Quiero el silencio de mis dedos
al fugarse por tus piernas:
animales heridos en la ventisca.
La ventana donde jugaba el sueño
a ser quimera, a ser destello.
La última distancia y las primeras lluvias.
Quiero a mis amigos de la escuela,
esos que me enseñaron la verdad y la mentira.
Esos que vi crecer y llorar en sus asientos,
perseguidos por fantasmas sin espadas.
Si la noche es una tumba entre mis labios,
aprenderé el secreto de las aves,
a despedirme sin tener que avergonzarme,
a ser inocente en medio del miedo,
a ser daga empuñada por una mano enemiga
del cielo.
Quiero los días perdidos en la escuela,
el pelo de mi compañera María en mi regazo,
sus papeles amarillos,
el ardor en la mirada de la niña,
el regaño, el remilgo, la algarabía y el invierno.
A mis compañeros del colegio,
sedientos de metal y compañía,
dedico estas páginas innombrables,
estas condenas del hastío.
Y finalmente,
no quiero morir,
ni quiero descansar tranquilamente.
No quiero ser muerto bendecido por todos.
No quiero que digan que fui un hombre bueno...
o malo...
o cualquier otra cosa...
Simplemente no quiero que digan, que hablen,
que tengan tiempo de regocijarse o de llorar...
Quiero la tarde, esa sí,
la tarde clandestina y enamorada.
ACTA
Hoy, quiero dejar constancia
de que he sido traspasado por un rayo.
Hago público este sacramento de la tortura,
esta manía que me deslumbra
como un libro perdido entre anaqueles.
Certifico que mi nombre es una mancha
en la retina mortal de estos pasos,
un espejismo
que indica que alguna vez fui un niño bueno,
un buen hijo,
un buen novio
y hasta un buen padre...
pero un maldito desgraciado
entre las bestias.
----------------------------------------------------------------------------------
TEXTOS EM PORTUGUÊS
O COVEIRO
Aqui jaz a sombra:
adiante a dúvida,
lá o mistério,
mais além os telhados, as montanhas.
E lá, bem mais longe
de onde o tempo imagina,
as montanhas e o espelho
de outros nomes e outras sombras.
QUE POSSO QUERER?
Morreu hoje um homem.
Era um homem bom esse que morreu.
Vocês me perguntam que eu quero,
queria o quê este velho lenhador de sombras,
este passageiro incansável da noite.
Nada... ou quase nada...
Ao menos isso viria a ser um reconto.
Quero o potreiro de minha mãe,
quando o pasto era capaz de cubrir-me;
o pátio da primeira casa,
onde havia areia e tempestade;
as casas vizinhas,
que não podia visitar;
a casa dos peões
onde costumava esconder-me;
o silêncio de minha mãe... não, esse não quero.
A fúria de meu pai... não, tampouco essa eu quero.
Quero o silêncio de meus dedos
ao fugir por tuas pernas:
animais feridos na nevada.
A janela onde brincava o sonho
de ser quimera, ser um clarão.
A última distância e as primeiras chuvas.
Quero meus amigos da escola,
esses que me ensinaram a verdade e a mentira.
Esses que vi crescer e chorar em seus lugares,
perseguidaos por fantasmas sem espadas.
Se anoite é uma tumba entre meus lábios,
Aprenderei o segredo das aves,
a despedir-me sem ter que envergonhar-me,
a ser inocente em meio ao medo,
a ser adaga empunhada pela mão inimiga
do céu.
Quero os dias perdidos na escola,
o cabelo de minha companheira Maria meu meu regaço,
seus papéis amarelos,
o ardor na mirada da menina,
a repreensão, a afetação, a algaravia e o inverno.
Aos meus companheiros de colégio,
sedentos de metal e companhia,
dedco estas páginas inomináveis,
esta condenações do fastio.
E finalmente,
não quero morrer,
nem quero descansar tranquilamente.
Não quer ser morto bendito por todos.
Não quero que digam que fui um homem bom...
ou mau...
Simplesmente não quero que digam, que falem,
que tenham tempo de festejarem ou de chorar...
Quero a tarde, essa sim,
a tarde clandestina e namorada.
ACTA
Hoje quero deixar constância
De que fui transpassado por um raio.
Torno público este sacramento da tortura,
esta mania que me deslumbra
como um livro perdido nas estantes.
Certifico que meu nome é uma mancha
na retina mortal desses passos,
um espelhismo
que indica que alguma vez um bom menino,
um bom filho,
um bom namorado
e até um bom pai...
Certifico que meu nome é uma mancha
tão somente um desgraçado
entre os imbecis.
Página publicada em dezembro de 2007
|