SAMUEL SERRANO
(Aracataca, Colombia, 1963) Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Santo Tomás de Aquino (Santafé de Bogotá, Colombia), doctor en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid. Autor de Canto rodado (premio nacional de poesía, 1996) y Ritual del recluso (1991). Poemas suyos han aparecido, entre otras antologías, en El corazón de la palabra (Salamanca, 2004),Estrunomuno (2003) Cómo conocernos mejor: Brasil-Colombia, Premios Tiflos de poesía y La nueva poesía colombiana. Desde 1996 reside en Madrid (España) donde ha publicado ensayos y artículos de crítica literaria en Cuadernos Hispanoamericanos, Quimera, Babelia de El país y Revista Virtual del Instituto Cervantes.
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
ANTOLOGIA POÉTICA BRASIL – COLÔMBIA (PARA CONOCERNOS MEJOR). Organizadores Aguinaldo José Gonçalves, Juan Manuel Roca. São Paulo: Editora UNESP – Universidade Estadual de São Paulo; Medellin, Asociación de Editoriales Universitárias de Colombia – Aseuc – Universidad de Antioquia, 1996. ISBN 85-7139-132-7 Não é uma edição bilíngue: brasileiros em Português e colombianos em Español.
NOCHES DE TREGUA
Eran frecuentes en el pueblo apagones nocturnos
y el forzoso cambio de actividad a que nos empujaban
era ya parte de nuestra cotidianidad;
los adultos resignados poblaban las terrazas de las casas
con taburetes, mecedoras de mimbre
y el parloteo de sus frusterías,
mientras nosotros, brujitos assépticos,
armados de bolsas plásticas
y largas varitas de matarratón,
nos disponíamos a nuestro safari
de sapos y salamandras.
Pero había noches de trégua en nuestra labor implacable,
noches que asperjaban las calles
miríadas de estrellas fugaces,
de luceros tímidos,
y nosotros,
tomandolos en las manos,
conmovidos por su cálida intermitencia,
jurábamos que al día siguiente
exterminaríamos de una vez por todas
a los batracios y reptiles que los devoraban
¿Cómo podia de niño imaginar, que mi suerte
sería una paráfrases de aquellas noches?
Sería esforzarme en las sombras
por librar los caminos de seres untuosos
y contar en las tréguas de la lucha,
con las luciérnagas de ternura de tus ojos,
que nuevamente han parpadeado junto a mis labios
y me dices que son besos de mariposa;
mientras escuche el aleteo de tus pestañass,
un colibrí de amor há de se seguir
veteando de oro mi esperanza.
RONDEL
Me encanta verte desbocada,
como una roca embravecida,
como una ola despeñada,
como un alud de nieve ígnea,
un kamikase delirante,
una bandera tremolando en una guerra de liberación,
un meteoro de fuego
penetrando las aristas de otro cuerpo,
una amazona temerária
galopando impetuosa
hacia lo inevitable,
conquistando a horcajadas,
sobre el tiovivo de sexo,
el planeta más intenso.
Me encanta verte desbocada.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
NOITES DE TREGUA
Eram frequentes no povoado os apagões noturnos
e a mudança forçosa de atividade a que nos lançavam
era parte de nosso cotidiano;
os adultos resignados povoavam os terraços das casas
com tamboretes, cadeiras de balanço de vime
e a tagarelice de quinquilharias,
enquanto nós, bruxinhos assépticos,
armados de bolsas plásticas
e longas varetas de gliricidia*,
nos dispúnhamos a nossa safari
de sapos e salamandras.
Mas havia noites de trégua em nosso lidar implacável,
noites que borrifavam as ruas
miríades de estrelas fugazes,
de luzeiros tímidos,
e nós, tomando-os nas mãos,
comovidos por sua cálida intermitência,
jurávamos que no dia seguinte
exterminaríamos de uma vez por todas
os batráquios e répteis que os devoravam.
Como podia quando era menino imaginar, que minha sorte
seria uma paráfrase daquelas noites?
Seria esforçar-me nas sombras
para liberar os caminhos de seres untuosos
e contar nas tréguas da luta,
com os vaga-lumes de ternura de teus olhos,
que novamente piscaram junto aos teus lábios
e me dizes que são beijos de mariposa;
enquanto escute o esvoaçar de tuas pestanas,
um colibri de amor há de seguir
listrando de ouro minha esperança.
*Gliricidia sepium: leguminosa arbórea
RONDEL
Me encanta ver-te desenfreada,
como uma rocha embravecida,
como uma onda caída,
como uma avalanche de neve ígnea,
um kamikaze delirante,
uma bandeira tremulando numa guerra de libertação,
um meteoro de fogo
penetrando as arestas de outro corpo,
uma amazona temerária
galopando impetuosa
até o inevitável,
conquistando em cavalgadas,
sobre o carrossel de meu sexo,
o planeta mais intenso.
Me encanta ver-te descomedida.
Página publicada em maio de 2018
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