ROGELIO ECHAVARRÍA
Es un poeta colombiano y periodista, oriundo de Santa Rosa de Osos, en el año 1926. Ha sido además, reconocido antólogo de poesía colombiana, estudioso reseñista y crítico con amplia influencia y autoridad para las nuevas generaciones. Se le asoció en un principio con el grupo literario "Cuadernícolas" y más tarde con la generación de "Mito". No obstante, su obra permanece casi insular dada su sencillez, brevedad y hondura existencial. Su libro fundamental, El Transeúnte, ha sido objeto de continuas reediciones. Como periodista trabajó por muchos años en El Espectador y El Tiempo de Bogotá. Es miembro de la Academia Colombiana de la Lengua. Fuente: wikipedia
TEXTOS EN ESPAÑOL – TEXTOS EM PORTUGUÊS
Extraído de
PROMETEO. Numero 51-52 1998 Memoria del VIII Festival Internacional de Poesía de Medellín. Colombia, 1998. 285 p. Número monográfico.
EXTASIS
Si de mirarlo um cuerpo se gastara,
te hubieras diluído ante mis ojos
como estatua de sal lamida y relamida
por la mustia saliva de la luna.
Madura nuestro amor como un furtivo
grano entre estacionales internavalos,
y el desafiante miedo nos ha unido
trayendo en su veneno su regalo.
Savia de primavera que refresca mi otoño,
sol entre dos crepúsculos, fiebre bajo mi nieve,
¡gracias por el milagro de tan hondo retoño
y por hacer posible que mi sangre renueve!
APOCALÍPTICO
El fin del mundo ocurre siempre
y cada día, sí lo adviertes.
Llega em tu próprio cataclismo
y da lo mismo morrir quieto
que en un cohete o em um sismo.
Pues se el dolor mata y remata,
también se muere de alegría.
Tan muerto queda el que há caído
del piso cien de Empire State
o resvalado em el jabón.
Igual el trânsfuga que el rey.
Y se me ahogo em mi acogeta,
en noche negra o plenilúnio,
¿no da lo mismo que sea en junio
— em alta mar o em mi poeta —
apocalipses o diluvio?
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução Zenilton Gayoso / Antonio Miranda
ÊXTASE
Se por olhar um corpo se desgastasse
te haverias dissolvido ante meus olhos
como estátua de sal lambida e relambida
pela saliva murcha da lua.
Matura nosso amor como furtivo
grão entre sazonais intervalos,
e o desafiante medo nos uniu
trazendo em seu veneno seu presente.
Seiva da primavera que refresca meu outono,
sol entre dois crepúsculos, febre sob a neve,
graças ao milagre, de tão profundo germinar
e por tornar possível que meu sangue se renove.
APOCALÍPTICO
O fim do mundo ocorre sempre
e cada dia, se o pressentes
vem do teu próprio infortúnio
e tanto faz morrer tranquilo
em um foguete ou em um sismo.
Pois se a dor mata e remata
também se morre de alegria.
Tão morto fica o que caiu
do centésimo andar do Empire State
ou escorregado no sabonete.
Igual o fugitivo que o rei.
E se me afogo na banheira,
em note escura ou plenilúnio
tanto faz que seja em junho
— em alto mar ou na sentina —
apocalipse ou dilúvio?
Página publicada em setembro de 2014
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