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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LUCÍA ESTRADA

 

Lucía Estrada es una poetisa, nacida en Medellín, Colombia, en 1980. Su poesía explora el mundo de la noche, el símbolo, la escritura como destino, el misterio del ser y el sueño. Formó parte del comité organizador del Festival Internacional de Poesía de Medellín entre los años 2003 y 2007. Miembro del comité editorial de la revista Alhucema de Granada (España). Sus textos han sido traducidos al inglés, alemán, francés e italiano y difundidos en diferentes antologías de Colombia, Costa Rica, España, México, Chile, Perú y Venezuela. De su poesía escribió en su momento, para el prólogo de Las Hijas del Espino, el poeta colombiano Juan Manuel Roca: "Las Hijas del Espino es uno de los más bellos libros que se hayan escrito en Colombia, desde la Madre Josefa del Castillo a nuestros días".

Obra: Fuegos Nocturnos (1997); Noche Líquida (Ministerio de Cultura, Costa Rica, 1999); Maiastra (Ediciones Arlequín, Medellín, 2003); Las Hijas del Espino (Cobalto Ediciones, 2006; Hombre Nuevo Ediciones, 2008. ISBN 9588245560; El Ojo de Circe (Universidad Externado de Colombia, 2007); El Círculo de la Memoria (Antología), 2008 - Lustra Editores, Perú. ISBN 9786034529137; La noche en el espejo (2010); Cuaderno del ángel (2012).

Premios: Premio de poesía Ciudad de Medellín, 2005; Beca de creación en poesía, Alcaldía de Medellín, 2008; Premio Nacional de poesía Ciudad de Bogotá, 2009; Nominada por la UNESCO al Premio Mundial de Poesía Joven, Struga, 2009.   Fuente: wikipedia

 

TEXTOS EN ESPAÑOL   -    TEXTOS EM PORTUGUÊS

 

        IV

        Sus cuerpos palidecen bajo tierra
        y en la boca del vacío
        todo aquello que los mantuvo en pie
        se diluye.

        Ciego de furor del tempo y de la muerte,
        concédeles por un instante su eternidade.

 

        X

        Tantas veces resistió la piedra
        como tantas fue a golpear nuestro corazón
        em los altos muros de la fiebre.

        ¿ Cómo renunciar, entonces?

        En el silencio de los pájaros
        el aire renueva su mistério.

 

        XI

        ¿Quién golpea con su espada los bordes de la luz?

        Palabras que se yerguen
        como pequeños dioses olvidados,
        bocas que anuncian el estalido de una fuente substerránea,
        rumor de piedras que van a desprenderse
        desplazando el grito y la sed.

        Vocales siniestras
        de una lengua imposible.

 

        XII          

        No es la noche cargada de insectos,
        ni la maravilla ni el esplendor
        de lo que anhelamos.

        Es la mancha en el vestido de las cerimonias nupciales,
        la cabeza perdida en el musgo rojo y viviente de la memoria,
        em el presentimiento, en la extrañeza.

        Es el castillo y la muralla,
        el espejo y la torre,
        todo venido abajo,
        sepulto em su propia sombra.

        Estoy de pie frente a lo incierto.

        Soy un árbol.
        El árbol de mi pesadilla.

 

 

TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda

 

        IV

        Seus corpos empalidecem enterrados
        e na boca do vazio
        tudo aquilo que os manteve em pé
        se dilui.

        Cego furor do tempo e da morte,
        conceda-lhes por instante sua eternidade.

 

        X

        Tantas vezes resistiu a pedra
        como tantas foi golpear nosso coração
        nos muros altos da febre.

        Como renunciar, então?

        No silêncio dos pássaros
        o ar renova seu mistério.

 

        XI

        Quem golpeia com sua espada as margens da luz?

        Palavras que se erguem
        como pequenos deuses esquecidos,
        bocas que anunciam o estouro de uma fonte subterrânea,
        rumor de pedras que vão desprender-se
        desviando o grito e a sede.

        Vogais sinistras
        de uma língua impossível.

 

        XII            

        Não é a noite carregada de insetos,
        nem a maravilha nem o esplendor,
        do que ansiamos.

        É a mancha no vestido das cerimônias nupciais,
        a cabeça perdida no musgo vermelho e vivente da memória,
        no pensamento, no estranhamento.

        É o castelo e a muralha,
        o espelho e a torre,
        tudo derribado,
        sepultado em sua própria sombra.

        Estou em pé frente à incerteza.

        Sou uma árvore.
        A árvore de meu pesadelo.

 

Página publicada em outubro de 2017

 


 

 

 
 
 
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