G0NZALO MÁRQUEZ CRISTO
Nasceu em Bogotá, Colombia, em 1963. Autor de las obras: Apocalipsis de la rosa, 1988; Ritual de títeres, 1990; El Tempestario y otros relatos, 1998; La palabra liberada, 2001; la antologia Liberación del origen, 2003 y Oscuro nacimiento, 2005. Fundador de la revista cultural Común Presencia, 1989. Creador y coordinador de la colección internacional de literatura Los Conjurados, distribuídas en cinco países.
TEXTOS EN ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS
RESTITUCIONES
Pretendo que todo lo perdido se convierta en poema.
Las heridas como los huracanes tienen nombre. Y aunque ignoro por qué a mi alrededor nacen los abismos, desde el origen fui mancillado por la felicidad, por su cima inclemente.
Las invasoras restas del recuerdo. La pugna de la raíz. La antiguedad del silencio...
No pongo flores em el cementerio del sueño, pero continúo a pesar de todas las arenas movedizas del espíritu.
La culpa que no te deja partir es el amor.
Y ahora la niebla, la lluvia, la ausencia.
El desequilíbrio llamado belleza, la terrible orfandad de lo sagrado, la rosa ígnea que me guía em al desesperación...
Sé que el caminho terminará por encontrarme.
Como todo lo que se hace visible para morir.
EN NOMBRE DEL GRITO
Crees tanto em la sed: en la vida... En lo invisible. Duermes de cara al oriente. Te purificas en el peligro. En los libros delatas al tiempo como a um pájaro disecado.
En el bosque una encina te sigue. Asumes la tirania del ojo llamada viaje y a veces con un rostro logras curar tu frío.
Sabes de un paraíso que nunca será memoria.
Asistes a la mascarada de la sobrevivência aunque um ecuador lejano y voraz atraiga tu vuelo. Así logras persistir.
Tus palabras caen como puñados de tierra sobre um cuerpo desnudo.
Aquí comienza el instante. ¿Quién clama? ¿Quién responde entre la sangre? ¿Quién descubre su sombra incandescente?
¡Que el grito siempre pueda detener la herida...!
¡Que el lenguaje alcance para no morir!
Extraído de Revista de Poesía Prometeo. N. 81-82, año XXVI, 2008
Memorias del XVII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE MEDELLÍN
LA OTRA. REVISTA DE POESIA - ARTES VISUAIS – OTRAS LETRAS.
Ano 2 – julio – septiembre 2010.
EL RETORNO DE LA VOZ
La sed es nuestra herencia.
EDMOND JABÈS
La muerte me entrego a su gemelo.
Alguien escapó en mi sangre...
Me ejercité en la derrota para dejar de estar solo,
para fundar un ardor esencial.
Supe de prisiones errantes, de deseo a la deriva.
Fui despojado de mi nombre.
Como un alude el tempo venía hacia nosotros,
y el durmiente transportaba a sua náufragos.
Esperamos un sosiego cruel que nos habían prometido.
Conocí desde niño todo lo que el sol esconde y me propuse
recoger la cosecha antes de la sombra,
hasta que el miedo trajo a sus dioses.
Sé que la semilla renunciará a germinar.
Que los pájaros oscurecerán el cielo.
Que hay una desdicha que se canta.
Corrí enceguecido. Traicioné a la esperanza y en nombre
del abismo a veces fui feliz.
Al amanhecer aprendi la lección del silencio.
Pero todavia espero la única pregunta que hace nacer.
LLAMADA DEL ABISMO
Nada poseíamos, quisimos regressar al ritual de la obsediana.
Construimos con nuestras miserias la belleza.
Encarcelados en una ciudad de falso cielo azul, vimos pasar
a los perseguidos, a los que regresan y a todos los
despojados del asombro.
Caminamos por sus calles húmedas atemorizados, desollados
por nuestra obsesión. Las constantes perdidas nos entregaban
el calor de los abrazos. Y cuando cometíamos e lacto ruim
de vencer, nuestro botin era una hoja seca, uma mariposa
muerta, un pétalo ensangrentado.
Algún día abandonaremos estos territorios y volveremos a ser
nómadas, dijo el amigo de la embriaguez incesante.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
RESTITUIÇÕES
Pretendo que todo perdido se transforme em poema.
As feridas como os furacões têm nome. E embora ignore porquê arredor de mim nascem os abismos, desde a origem fiquei manchado pela felicidade,
por seu crime inclemente.
As invasoras sobras da lembrança... A pugna da raiz. A antiguidade
do silêncio...
Não coloco flores no cemitério do sonho, mas continuo apesar de todas as areias movediças do espírito.
A culpa que não te deixa partir é o amor.
E agora a névoa, a chuva, a ausência...
O desequilíbrio chamado beleza, a terrível orfandade do sagrado, a rosa ígnea que me guia no desespero...
Sei que o caminho acabará me encontrando.
Como tudo o que se torna visível ao morre.
EM NOME DO GRITO
Cres tanto na sede:na vida... No invisível. Dormes frente ao oriente. Te purificas no perigo. Nos livros delatas o tempo como um pássaro dissecado.
No bosque uma azinheira te segue. A luz te cita. Quando eleges o rumo da dor alguém te dá um gole de água.
Desejas: esperas sempre equivocar-te. Assumes a tirania do olho chamada viagem e às vezes com um rosto logras curar o frio.
Sabes de um paraíso que nunca será memória.
Assistes a mascarada da sobrevivência embora um equador distante e voraz atraia teu vôo. Assim logras persistir.
Tuas palavras caem como punhados de terra sobre um corpo despido.
Aqui começa o instante. Quem clama? Quem responde pelo sangue? Quem descobre sua sombra incandescente?
Que o grito possa sempre deter a ferida...!
Que a linguagem alcance para não morrer!
O REGRESSO DA VOZ
A sede é a nossa herança.
EDMOND JABÈS
A morte entregou-me ao seu gêmeo.
Alguém escapou em meu sangue.
Exercitei-me na derrota para deixar-me de
estar só, para fundar um ardor essencial.
Soube de prisões errantes, do desejo da deriva.
Fui despojado de meu nome.
Como uma avalanche o tempo vinha até nós
e o dormente transportava seus náufragos
Esperamos um sossego cruel que nos haviam prometido
Conheci desde criança tudo que se esconde
e me propus a recolher a colheita
antes da semeadura, até que o medo
trouxe os seus deuses.
Sei que a semente deixará de germinar.
Que os pássaros turvaram o céu.
Que existe uma desdita que se canta.
Corri cegado. Traí a esperança e
o nome do abismos às vezes era feliz.
Ao amanhecer aprendi a lição do silêncio
Mas ainda espero a única pergunta que faz nascer.
CHAMADA DO ABISMO
Nada temos, quisemos regressar ao ritual
esta obsidiana. Construímos com nossas misérias a beleza.
Encarceramos numa cidade de falso céu azul,
vimos passar os perseguidos, os que regressam
e a todos os despejados do assombro.
Caminhamos por suas ruas úmidas amedrontados,
desolados por nossa obsessão. As constantes
perdas nos entregavam o calor dos abraços.
E quando cometíamos o ato ruim de vencer,
nosso botim era uma folha seca, uma mariposa
morta, uma pétala ensanguentada.
Algum dia abandonaremos estes territórios e
voltaremos a ser nômades, disse o amigo da
embriaguez incessante.
Mas eu continuo aqui esperando essa
derrota fundadora. Esperando que a lua
extravie seu percurso. Esperando os que
constroem no abismo.. Até que livre do
passado veja gigantes decapitados nas
nuvens e a dourada águia do sol.
¡ Porque aquilo que sonhamos será nosso
suplício!
Página publicada em julho de 2008; ampliada em maio de 2019
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