| 
                   EVERARDO  RENDÓN 
                  (  Colômbia )                    Nació en Támesis, Antioquia, Colombia, en 1956. Poeta,  narrador y ensayista, ha publicado los libros de poesía: La Ciudad Sonám https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/54_55/rendon.html  bula, 1987; Memorias de la Sangre, 1989; Umbrales del Ausente, 1996; La Alegría  de Soñar, poesía para niños, 2002; y el libro de cuentos Domingo de sueño roto,  2010. Cofundador de la Revista de Arte y Literatura Mascaluna, de Medellín.  Trabajó como coordinador de Talleres Literarios para niños y jóvenes, en la  Casa de la Cultura de Támesis y en Comfenalco, Medellín. Poemas suyos han sido  traducidos al alemán por la Revista Xicoalt, de Austria. Ha sido colaborador de  los suplementos literarios de periódicos como El Colombiano, El Mundo, y Revistas  como Círculo de Humanidades y UNAULA, de la Universidad Autónoma  Latinoamericana de Medellín.                  Biografía: https://www.festivaldepoesiademedellin.org
                  Actualizado en agosto de 2013  
                    
                  TEXTOS EN ESPAÑOL  -   TEXTOS EM PORTUGUÊS 
                    
                  
                  MUESTRA DE POESÍA DE MEDELLIN  1950-2011.  Carátula: Germán Londoño. Medellín, Colombia: 2011.  381 p.   
                    ISBN  978-958-44-8484-0               Ex. bibl. Antonio Miranda 
                    
                           DESAPARECIDO 
                    A uno que no pudieron matar en  mi corazón. 
   
                      Te arrancaron del asombro de mi calle 
                        las  furtivas sombras del espanto, 
                        desapareció  el poema de tu voz en algún sitio 
                        donde  oscuros hombres ofician la crueldad. 
                        Te  arrastraron los carruajes de la noche 
                        esos  que ruedan con licencia 
                        y  presupuesto exacto de gatillos 
                        para  derribar el más hermoso vuelo de la tarde. 
                        Te desaparecieron a la pregunta de  tu hijo 
                        dejaron  un abismo en los abrazos, 
                        tibias  aguas queman los rebozos de las mujeres 
                        que  asoman a su vientre la esperanza. 
   
                        Atraparon  el ritmo de tus alas 
                        en  un tiempo de cuchillos. 
                        Querías  regresar por el sendero fértil 
                        de  tu infancia, 
                        medir  la estatura de los sueños 
                        con  tus manos últimas 
                        querías  quedarte para abrir los toboganes de la luz. 
                         
                        Rojo  y lento ritual de tu solitaria guerra 
                        cabalgabas  una fiebre de agujas. 
                        En  tanto, 
                        nosotros  jugábamos a inventar un país 
                        de  espumas y palabras. 
                    
                         LA PALABRA ROTA 
                     
                    Desahuciada sangre de las venas 
                      Arteria  rota de la incertidumbre 
                      Hierro  al rojo de los hundimientos 
                      Inminencia  de precipicios 
                      Despeñada  náufraga del capricho> 
   
                      Cortesana  de escribanías 
                      Puta  vestida de calzones férreos 
                      Piropera  universal de oídos sordos 
                      Alucinada  ubre de la noche hambrienta 
                      Chorro  de semen sobre útero horro 
                      Manchada  sábana de mancebía. 
   
                      Reina  de los monólogos 
                      Bailarina  sin reino, de violín prestado 
                      Desposada  del fuego sin el fuego 
                      Viuda  descalzada en sus doradas bodas 
                      Arquera  novia despojada de sus flechas 
                      Ojos  de luto del silencio. 
   
                      Enjabonado  pez de lo profundo 
                      Ruleta  azarosa de la dudas 
                      Discusión  del porqué del cómo y cuándo 
                      Tobogán  de cuchillos y claveles 
                      Deshabitada  casa entre las yerbas 
                      Contrabando  de mudos 
                      Bazar  de signos, espejo de ciegos. 
   
                      Inventario  de las sombras 
                      Pregunta  en emergencia de mordazas 
                      Oquedad  ardiendo 
                      En  el silencio 
                      De  la página. 
   
                       
   
    ÓLEO EN MI SIN  TONOS DE SOL 
   
         Aquí el tiempo nos desmorona 
    tan  silenciosamente 
    con  su legión de segundos 
    como  hormigas invisibles 
    arrastrando  nuestra piel 
    hacia  la línea sin término. 
   
    Aquí  las palabras espantan 
    fantasmas  vencidos 
    temblando  humedades 
    sobre  el muro derruído 
    de  oscuros mapas 
    donde  alguna vez brilló la música 
    de  infancia 
    y  enredaderas con sol 
    y  ramillete de muchachas frescas. 
    Aquí  el anciano despetala 
    su  ruinosa flor humillada 
    balbuceando  palabras sin dientes 
    deshilachadas  banderas 
    de  sus viejas glorias. 
   
    Este lugar no es un lagar 
    un  muladar sí 
    donde  se muele el vidrio cotidiano 
    de  nuestro suicidio 
    y  florecen los venenos 
    cenagosos  de la piedad. 
   
    Como  la sacrílega patada 
    al  cadáver de un caballo 
    así  es el sonido 
    de  ese lugar infame que les digo. 
                    
                  TEXTOS EM PORTUGUÊS 
                  Tradução de ANTONIO  MIRANDA 
                    
                         DESAPARECIDO 
                    A alguém não puderam matar em meu coração. 
   
                      Arrancaram-te  do assombro de minha rua 
                        as  furtivas sombras do espanto, 
                        desapareceu  o poema de tua voz em algum lugar 
                        onde  obscuros homens praticam a crueldade. 
                        Arrastraram  as carruagens da noite 
                        esses  que rodam com licença 
                        e  pressuposto exato de gatilhos 
                        para  derrubar o mais formoso voo da tarde. 
                        Desapareceu a pergunta de teu filho 
                        deixaram  um abismo nos abraços, 
                        tépidas  águas queimam os rebozos as mulheres 
                       
                          Atacaram o ritmo  de tuas asas 
                    em  um tempo de facas. 
                    Querias  regressar pelo caminho fértil 
                    de  tua infância, 
                    medir  a estatura dos sonhos 
                    com  tuas mãos últimas 
                    querias  permanecer para abrir os tobogãs de luz. 
                     
                    Rubro  e lento ritual de tua solitária guerra 
                    cavalgavas  uma febre de agulhas. 
                    Entretanto, 
                    nós  julgávamos inventar um país 
                    de  espumas e palavras. 
                    
                        A  PALAVRA ROTA 
                     
                    Despejado  sangue das veias 
                      Artéria  rompida da incerteza 
                      Ferro  ao rubro dos desabamentos 
                      Iminência  de precipícios 
                      Desabada  náufraga do capricho. 
   
                      Cortesã  de cartórios 
                      Puta  vestida de calções férreos 
                      Elogio  universal de ouvidos surdos 
                      Alucinada  úbere da noite faminta 
                      Jorro  de sêmen sobre útero livre 
                      Manchado  lençol de bordel. 
   
                      Rainha  dos monólogos 
                      Bailarina  sem reino, de violino emprestado 
                      Desposada  do fogo sem o fogo 
                      Viúva  descalçada em suas douradas bodas 
                      Arqueira  noiva despojada de suas flechas 
                      Olhos  de luto do silêncio. 
   
                      Escorregadio  peixe da profundidade 
                      Roleta  azarenta das dúvidas 
                      Discussão  do porquê do como e quando 
                      Tobogã  de facas e cravos 
                      Desabitada  casa entre as ervas 
                      Contrabando  de mudos 
                      Bazar  de signos, espelho de cegos. 
   
                      Inventário  de sombras 
                      Pergunta  em emergência de mordaças 
                      Cavidade  ardendo 
                      No  silêncio 
                      Da  página. 
   
                       
   
    ÓLEO EM MIM SEM  OS TONS DE SOL 
   
         Aqui  o tempo nos desmorona 
    tão  silenciosamente 
    com  sua legião de segundos 
    como  formigas invisíveis 
    arrastando  nossa pele 
    até  a linha sem término. 
   
    Aqui  as palavras espantam 
    fantasmas  vencidos 
    tremendo  umidades 
    sobre  o muro demolido 
    de  escuros mapas 
    onde  alguma vez brilhou a música 
    da  infância 
    e  trepadeiras com sol 
    e  ramalhete de garotas frescas. 
    Aqui  o ancião despetala 
    sua  ruinosa flor humilhada 
    tremendo  palavras sem dentes 
    desfiadas  bandeiras 
    de  suas velhas glórias. 
   
    Este lugar não é um lagar 
    um  monturo sim 
    donde  se moi o vidro quotidiano 
    de  nosso suicídio 
    es  florescem os venenos 
    pantanosos  da piedade. 
   
    Como  a sacrílega patada 
    no  cadáver de um cavalo 
    assim  é o som 
    desse  lugar infame de que vos falo. 
                    
                  * 
                  VEJA e LEIA outros poetas de COLÔMBIA em nosso  Portal: 
                  http://www.antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/colombia/colombia.html  
                    
                  Página publicada em janeiro de 2023 
                    
                
  |