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PABLO DE ROKHA


(1894-1968)

 

Pablo de Rokha (Carlos Ignácio Díaz Loyola) nació en Licatén, Chile. En 1922 publicó su primer libro – Gemidos. Se destacan sus obras Suramérica (1929); Jesucristo (1953); Carta Magna del Continente (1949); Idioma del Mundo (1958); Genio del Pueblo (1960); y Estilo de masas (1963), dentre sus 36 libros de poesía. Figura polémica, de tono agrio y a veces agresivo, de extrema sensibilidad. Premio Nacional de Literatura en 1965. Se suicidó en 1968.

 

 

POEMAS EN ESPAÑOL  / POEMAS EM PORTUGUÊS

Traducciones de Antonio Miranda

 

 

 

FRAGMENTOS I

 

Poetastros de Chile y abrómicos de Europa;

arrojad la cachimba, el rabel y la pluma

y oíd: yo quiero hablaros humildemente ahora;

vosotros habéis dicho las palabras más hondas

y sin embargo hay cosas que no se han dicho nunca.

 

Si pudiera fundir el universo entero

y fabricar con él una olla estupenda,

os pondría a cocer un siglo a fuego lento

bajo el sol encendido, como un terrón de fuego,

sobre el incendio del corazón de la tierra.

 

***

"Por qué cantáis, oh! brutos, a las carretas torpes,

a los amores fáciles, a las casitas viejas,

a las nenas de barrio, a los frailes, al hombre

pacato, mentecato, jorobado y deforme

y no cantáis la vida multiforme y compleja?

 

EI mundo se transforma, trabaja, piensa y ríe

en la máquina actual, infinita y divina,

en la dudad moderna, que es trágica y no es triste,

en el ilimitado Zaratustra de Nietzsche

y no en vuestros minúsculos gritos de sabandijas.

 

 

Oh! multitud de escritorzuelos rufianes!

¿ Con que vuestro lenguaje sobado y resobado,

con que vuestras versainas fofas y equidistantes

y con que vuestras actitudes miserables

son algo?. ja! ja! Ja! .. No me mostréis el rabo!

 

***

Porque vosotros no cantáis al automóvil,

que evoluciona, haciéndonos temblar con su bocina,

ni el empuje violento de las nuevas cosmópolis,

ni a las grúas, que son más bonitas que Adonis,

oh! borregos de Júpiter, oh! vagas señoritas;

 

y donde hay un motor encendido y gigante;

y donde hay una fábrica estupenda y gloriosa,

y donde hay un palacio de cemento y de sangre

o una gran muchedumbre de huelguistas con

hambre, vosotros veis a una princesita que llora.

 

***

Hacer arte es hacer lenguaje, amados míos,

lenguaje extraño, trunco, espantoso, deforme,

dinámico, flexible y claro como un río

para aquellos que tienen la luz puesta en sí mismos,

la realidad de un cerro y el talento de un hombre.

 

 

Hacer arte es hacer que el devenir eterno,

el correr infinito del tiempo y del espacio,

se queden para siempre clavados al momento

en que el hombre cogió a la vida, en un lienzo,

en un poema trágico, o en un trozo de mármol.

 

***

Malditos en la vida, malditos en la muerte!

Esta sátira inmunda, que yo mismo desprecio,

caiga sobre vosotros y quede en vuestras sienes

como la gran corona del escarnio eminente

con que os azoto el rostro y os escupo los sesos.

 

Y si algún día, tristes, con esa gran tristeza

del que se sabe inútil como materia bruta,

lloráis con lagrimeos miserables de bestias,

y cuando un día muertos,—si también os muriérais,—

­caigáis como pedazos de estiércol al tumba.

 

Mi carcajada enorme estará con vosotros,

tal como un moscardón sonando en los oídos,

y me tendréis presente clavándoos los ojos,

azotándoos el alma con un mirar recóndito

hasta el fin de la tierra y hasta el fin de los siglos!

 

Extraído DE SÁTIRA  (1918).

 

 

FRAGMENTO

 

Adentro de un arco de llanto, que ningún ser humano ya jamás mirará, yo, borrado, acu­chillado, con la lengua quemada por el ancestro del mundo, y el grito inútil, como adentro del pellejo universal, te seguiré lla­mando: viejo, ruinoso, muerto, sin cabeza, sin corazón, sin pupilas, hundido en lo infinito del infinito, y en el hoyo tremendamente hon­do de lo irreparabilísimo, que rodea la gran soledad catastrófica con que me va a saludar tu actitud deshecha cuando me acueste, can­sado de estar cansado de cansando, a todo lo largo y lo ancho de tus riberas irremediables, despedazado en la memoria de las siglas, con­tigo y los hijos y las hijas y los nietos y las nietas y los padres y las madres, te seguiré llamando; caídos los vestigios y desapareci­do, hundido y perdido definitivamente en las tinieblas de la materia que únicamente, álgi­damente, hórridamente alumbra cuando engendra, como un eco, un individuo, en aquel instante inmemorable en que no he de ser ni una sombra de una sombra, te seguiré llamando, y te seguiré llamando por las siglas de las siglas de las siglas, desde la eternidad vacía, hada la eternidad vacía, te seguiré llamando ... aprendí a escribir adorándote, can­tándote, idolatrándote, y hoy lanzo pedazos del mundo hecho pedazos, a tu memoria, tron­chado y desde abajo, por adentro de un montón de escombros, entre la sociedad que se derrumba, agonizando, y los pequeños cha­cales hambrientos, que aúllan en el gran crepúsculo, en el cual todo está roto y no tie­ne sentido, todo está roto, todo está roto, y por cuyo abismo se levantan las hachas y las horcas, entre las llamas amargas, desaforadas de las últimas catástrofes, con un gran cintu­rón de terremotos y de cataclismos; ahora la aurora no volverá a asomar más, y los mun­dos oscuros, entrechocándose, rodarán, conmigo adentro, a la soledad enfurecida.

 

Degüello mi lenguaje a tus pies y me arro­jo como un toro oscuro y desnudo contra la nada.

 

 

De FUEGO NEGRO (1953

 

 

 

                     

ROKHA, Pablo De.  Antología.  Santiago de Chile: LOM  Ediciones, 2000.  62 p. (Libros del


             Ciudadano) 

De VERSOS DE INFANCIA 1916

 

            Genio y Figura
            (fragmento)

                                    A Winétt

            Yo soy como el fracaso total del mundo, ¡oh Pueblos!
            El canto frente a frente al mismo Satanás,
                dialoga con la ciencia tremenda de los muertos,
            y mi dolor chorrea de sangre la ciudad.

            Aun mis días son restos de enormes muebles viejos,
            anoche “Dios” lloraba entre mundos que van
            así, mi niña, solos, y tú dices: “te quiero”,
            cuando hablas com “tu” Pablo, sin oírme jamás.

            El hombre y la mujer tienen olor a tumba;
            el cuerpo se me cae sobre la tierra bruta
            lo mismo sque el ataúd rojo del infeliz.

            Enemigo total, aúllo por los barrios,
            un espanto más bárbaro, más bárbaro, más bárbaRo
            que el hipo de cien perros botados a morrir.

 


           

Traducción de Antonio Miranda:


                        Gênio e Figura

                                    A Winétt


           
Eu sou como o fracasso total do mundo, oh Povos!
            O canto frente a frente ao próprio Satanás,
                        dialoga com a ciência tremenda dos mortos,
            e minha dor jorra de sangue na cidade.

            Meus dias ainda são restos de enormes móveis velhos,
            ontem à noite “Deus” chorava entre mundos que vão
            assim, minha menina, sozinhos, e tu dizes: “te amo”,
            quando falas com o “teu” Paulo, sem ouvir-me jamais.

O homem e a mulher têm o cheiro de tumba;
o corpo despenca sobre a terra bruta
tal como o ataúde vermelho do infeliz.

 

Inimigo total, uivo pelos bairros,
um espanto mais bárbaro, mais bárbaro, mais bárbaro
que o soluço de cem cães lançados à morte.

 

 

ROKHA, Pablo De. Mis grandes poemas.  Antología.  Santiago de Chile: Editorial Nascimento, 1969.  350 p. 19x27 cm.  Capa dura.  Incluye poemas largos (“grandes”) y un Vocabulario.   

 

      

CANTO DEL MACHO ANCIANO

 (De “Acero de Invierno”, 1961)

(fragmento)

 

            Sentado a la sombra inmortal de un sepulcro,
o enarbolando el gran anillo matrimonial herido a la manera
                        de palomas que se deshojan como congojas,
escarbo los últimos atardeceres.

            Como quien arroja un libro de botellas tristes a la Mar-Océano
o una enorme piedra de humo echando sin embargo espanto a los
                        acantilados de la histori
o acaso un pájaro muerto que gotea llanto,
voy lanzando los penhascos inexorables del pretérito
contra la muralla negra.

            Y como ya todo es inútil,
como los candados del infinito crujen em goznes mohosos,
su actitud llena la tierra de lamento.

             Escucho el regimento de esquelos del gran crepúsculo,
del gran crepúsculo cardíaco o demoníaco, maníaco de los
                        enfurecidos ancianos,
la trompeta acusatória de todas las banderas, el ámbito teriblemente
                        pálido
de los fusilamientos, la angustia
del soldado que agoniza entre tizanas y frazadas, a quinientas leguas
                        abiertas
del campo de batalla, y sollozo como un pabellón antiguo.

                        Hay lágrimas de hierro amontonadas, pero
            por adentro del invierno se levanta el hongo infernal del cataclismo
                                   personal, y catástrofes de ciudades
            que murieron y son polvo remoto, aúllan.

 

 

 

POESÍA ANARQUISTA
Coordinación de OMAR ARDILA

 

 

ANTOLOGÍA ANARQUISTA ... siglo XXI. Selección, prólogo & reseñas de Omar Ardila.  Bogotá: Un Gato Negro Editores, 2013.    191 p. ‘    ISBN 978-958-46-24-89-5  Ex. bibl. Antonio Miranda

 

 

 

AVENTURERO

 

Oriente de cobre duro, fino y ensangrentado,
de tiempo a tiempo

                             tendido

de mundo a mundo.

 

               ¡Voluntad!

 

               Soy el hombre de la danza oscura
y el ataúd de canciones degolladas;
el automovilista lluvioso,
sonriente de horrores, gobernando
la bestia ruidosa;

el tallador en piedra de catedrales hundidas:

el bailarín matemático y lúgubre.

coronado de rosas de equilibrio;

el vendedor de abismos, trágico,

de cabellera de ciudades

y un canto enorme en la capa raída.

 

                 Tren nocturno
con las hojas marchitas y un vientre humoso.

 

¡Ay! cómo aúllan en la tierra cóncava y madura
mis leones muertos...
Voy de estrella en estrella

acariciándole los pechos violados a las guitarras,
con mi mano única;
¡oh! jugador,

agarro mi gran rueda de espanto,

despernancada,

y la arrojo contra las estrellas,

arriba del cielo, más arriba del cielo

que no existe.

 

                  Y suelo estarme cuatro y cien mil lunarios,
como un idiota viejo,
jugando con bolitas de tristeza,
jugando con bolitas de locura
que hago yo mismo manoseando la soledad;
entonces me río,
con mis 33 dientes,
entonces me río,
entonces me río,

con la risa quebrada de las motocicletas,
colgado de la cola del mundo.

 

                   La campana negra del sexo
toca a ánimas adentro de mi melancolía,
y una mujer múltiple y uma
múltiple y una

como un triángulo de setenta lados y muchos claveles.

se desnuda multiplicando las heridas

sobre mis mundos quemantes y llenos de senos de mujeres

estupefactas. 

 

 

AVENTURERO

 

Oriente de cobre duro, fino e ensanguentado,
de tempo a tempo

                             estendido

de mundo a mundo.

 

               Vontade!

 

               Sou o homem da dança escura
e o ataúde de canções degoladas;
o automoblista chuvoso,
sorridente de horrores, governando
a besta ruidosa;

o talhador em pedra de catedrais afundadas:

o bailarino matemático e lúgubre.

coroado de rosas de equilíbrio;

o vendedor de abismos, trágico,

de cabeleira de cidades

                   e um canto enorme na capa desgastada.

 

                 Trem noturno
com as folhas murchas e um ventre vaporoso.

 

Ai! como uivam na terra côncava e madura
meus leôes mortos...
Vou de estrela em estrela

acariciando os peitos violados nas guitarras,
com minha mão única;
ó! jogador,

agarro minha grande roda de espanto,

esparramada,

e lanço-a contra as estrelas,

contra o céu, além do céu

que não existe.

 

                  E apenas estar quatro ou cem mil lunários,
como um velho idiota,
brincando com bolinhas de tristeza,
brincando com bolinhas de loucura
que eu mesmo faço manuseando a solidão;
então eu acho graça,
com meus 33 dentes,
então eu acho graça,

 

então eu acho graça,

com o riso quebrada das motocicletas,
ligado na cola do mundo.

 

                   A campainha negra do sexo
toca ânima em de minha melancolia,
e uma mulher múltipla e uma
múltipla e uma

como um triângulo de setenta lados e muchos cravos.

despe-se multiplicando as feridas

sobre meus mundos queimantes e plenos de seios de mulheres

estupefatas.

 

 

 

 

POEMAS EM PORTUGUÊS

Traduções de Antonio Miranda

 

CANTO DO MACHO ANCIÃO

(De “Acero de Invierno”, 1961)

(fragmento)

 

            Sentado à sombra imortal de um sepulcro,
ou ostentando o grande anel matrimonial ferida à maneira
            de pombas que se desfolham como angústias,
sondo os últimos entardeceres.

            Como quem lança um livro de garrafas tristes ao Mar Oceano
ou uma enorme pedra de fumaça colocando no entanto espanto nas
                        escarpas da história
ou talvez um pássaro morto que goteja pranto,
vou lançando os penhascos inexoráveis do pretérito
contra a muralha negra.

            E como já tudo resulta inútil,
como os cadeados do infinito estalam em dobradiças mofadas,
sua atitude enche a terra de lamento.

            Escuto o regimento de esqueletos do grande crepúsculo,
do grande espetáculo cardíaco, ou demoníaco, maníaco dos
                        enfurecidos anciãos,
a trompete acusatório da desgraça acumulada,
o arriar-se descomunal de todas as bandeiras, o âmbito terrivelmente
            pálido
dos fuzilamentos, a angústia
do soldado que agoniza entre fanfarras e cobertores, a quinhentas léguas
            abertas
do campo de batalha, e soluço como um pavilhão antigo.

            Há lágrimas de ferro amontoadas, mas
por dentro do inverno se levanto o fungo infernal do cataclismo
                        pessoal, e catástrofes de cidades
que morreram e tornaram-se pó remoto, uivam.

 

 

FRAGMENTOS

 

Poetastros de Chile e abrômicos* de Europa;

Lançai o cachimbo, o rabel** e a pluma

e ouvi: eu quero falar-vos humildemente agora;

vós haveis dito as palavras mais profundas

e sem embargo há coisas que nunca foram ditas.

 

Se eu pudesse fundir o universo inteiro

e fabricar com ele um cozido fantástico,

os poria a ferver um século em fogo lento

sob o céu aceso, com um torrão de fogo,

no incêndio do coração da terra.

 

* * *

 

Por que cantais, oh! Brutos, às carroças toscas,

aos amores fáceis, às casinhas velhas,

às meninas de subúrbio, aos frades, ao homem

pacato, mentecapto, corcovado e deforme

e não cantais a vida multiforme e complexa?

 

O mundo se transforma, trabalha, pensa e ri

na máquina atual, infinita e divina,

na cidade moderna, que é trágica e não é triste,

no ilimitado Zaratustra de Nietzsche

e não em vossos minúsculos gritos de sevandijas.

 

Oh! Multidão de escritozinhos rufiães!

Por acaso vossa linguagem sovada,

acaso  vossas atitudes miseráveis

são alguma coisa? ha! ha! ha! Não mostreis o rabo!

 

* * *

 

Por que vós não cantais o automóvel,

que evolui, fazendo-nos tremer com sua buzina,

nem o impulso violento das novas cosmópolis,

nem os guindastes, bem mais belos que Adonis,

oh! boçais de Júpiter, oh! ociosas senhoritas;

 

e onde há um motor ligado e gigante;

e onde há uma fábrica fantástica e gloriosa,

e onde há um palácio de cimento e de sangue

ou uma grande multidão de grevistas com fome,

vós vedes uma princesinha que chora.

 

*  *  *     

 

Produzir arte é produzir linguagem, meus queridos,

linguagem estranha,  truncada, tremenda, disforme,

dinâmica, flexível e clara como um rio

para aqueles que têm a luz posta em si mesmos,

a realidade de um outeiro e o talento de um homem.

 

Fazer arte é fazer que o sobrevir eterno,

o correr infinito do tempo e do espaço,

restem para sempre pregados ao momento

em que o homem plasmou a vida, em um quadro,

em um poema trágico, ou em um bloco de mármore.

 

***

Malditos em vida, malditos na morte!

Esta sátira imunda, que até eu desprezo,

caia sobre vos outros e reste em vossas frontes

como a grande coroa de escárnio eminente

com que vos açoito no rosto e vos cuspo nos miolos.

 

E se algum dia, tristes, com essa grande tristeza

do que se sabe inútil como matéria bruta,

chorais com lágrimas miseráveis de bestas,

e quando mortos algum dia, —pois também morrereis,—

­caiais como pedaços de estrume na tumba.

 

Minha gargalhada enorme irá com vos outros,

tal como um moscardo zunindo nos ouvidos,

e tereis presente cravando-vos nos olhos,

açoitando-vos a alma com um mirar recôndito

até o fim das terras e até o fim dos tempos!

 

 

Extraído DE SÁTIRA  (1918).

 

* palavra não dicionarizada.

** duplo sentido, tanto para designar um instrumento musical antigo quanto para referir-se a traseiro, nádega

 

 

 

FRAGMENTO

 

Lá dentro de um arco de pranto, que nenhum ser humano jamais mirará, eu, apagado, de cócoras, com a língua queimada pelo ancestral do mundo, e o grito inútil, adentrado no couro universal, seguirei te chamando: velho, ruinoso, morto, sem cabeça, sem coração, sem pupilas, fundido no infinito do infinito, e no poço tremendamente fundo do irreparável, que circunda a grande solidão catastrófica com que tua atitude desfeita vai me saudar quando me deite, cansado de estar cansado do cansaço, por todo o longo e largo de tuas ribeiras irremediáveis, despedaçado na memória dos séculos, contigo e os filhos e as filhas e os netos e as netas e os pais e as mães, continuarei te chamando; caídos os vestígios e desaparecido, fundido e perdido definitivamente nas trevas da matéria que unicamente, algidamente, pavorosamente ilumina quando engendra, como um eco, um indivíduo, naquele instante imemorável em que não hei de ser nem mesmo uma sombra, e seguirei te chamando pelos séculos dos séculos, desde a eternidade vazia, seguirei te chamando... aprendi a escrever adorando-te, e agora lanço pedaços do mundo em pedaços, tua memória, truncado e desde abaixo, de um montão de escombros, de uma sociedade que se desmorona, agonizando, e os pequenos chacais famintos, que uivam no grande crepúsculo, no qual tudo está destruído, tudo destruído, e por cujo abismo se levantam as a achas e as forcas, entre as chamas amargas, desaforadas das últimas catástrofes, com um enorme cinturão de terremotos e cataclismo; agora a aurora não mais voltará a assomar; e os mundos obscuros, entrechocando-se, rolarão, comigo dentro, à enfurecida solidão.

 

Degolo minha linguagem a teus pés e me lanço como um touro escuro e desnudo contra o nada.

 

 

De FUEGO NEGRO (1963

 

...

 


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