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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



MARIETA MORALES RODRIGUEZ


Poeta. Nace el 18 de Julio de 1973 en la ciudad de Antofagasta.  Es Diplomada en Gestión Cultural en la Universidad de Los Lagos. El año 2000 publica su libro “Cartas abiertas a Serguei”. El 2001 gana la Beca de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura de Chile para terminar su poemario “El rudo alacrán de doble aliento”.  El año siguiente, parte de su libro es publicado en la revista “Nuevo Mundo”, de la Editorial Ser, de Buenos Aires. El 2003 es publicado una selección  de sus poemas en la revista “Letralia”, de Caracas, Venezuela. Ha organizado Concursos y eventos culturales en el norte de Chile.

Poemas extraidos de la página revista LA PATA DE LIEBRE, Chile.

Director: Aristóteles Espana - www.lapatadeliebre.cl/
 
 

TEXTOS EN ESPAÑOL TEXTOS EM PORTUGUÊS

 

EL DOLOR DE CRISTO EN LAS CALLES FRIAS

Esta es la carta

en lo alto de un monte

donde las heridas de los clavos

calan en las hojas amarillas

de los arboles .

Son los milagros de un monje

que alimentan las bolsas de oro ,

por el abrigo del polvillo de la miseria .

Es el ulular de la Santa inquisiciòn

por la quema de las pitonisas

del libro de las sombras .

El dolor de Cristo

en las calles frìas de la indiferencia .

Te evoco

bajo el canto de amenaza

del hermano muerto .

 

 

LA PATRIA DEL CIUDADANO KANE

 

Miro aquella frìa tumba

en la quietud del desierto ,

donde el sol nunca se pone .

Siento el correr de las caravanas

como àngeles negros

en el cemento de la ciudad .

Pàlido trasluz

del espejo de dos caras ,

que gira como la brùjula

del norte y del sur ,

que sacude las flores secas

en la cripta de aquella novia

que jamas entro por la ventana .

Construyo cada pisada

en la linea horizontal de la carretera ,

en la tranquilidad

de un pueblo fantasma .

Olvido el momento

en que no puedo lanzar

el càntico de la amargura ,

por aquellos que dibujaron

cuerpos en las paredes .

Soy la patria del ciudadano Kane ,

que no pudo ser enjuiciado

en el momento de su muerte .

 

 

INTIMIDAD

 

Un encuentro furtivo

entre matorrales secos ,

en las colinas de una

vieja casona .

Es el viento de la desdicha

que danza sobre los vidrios

rotos del desamor  .

Una casa abandonada,

un frìo piso ,

es el dialogo de esas sabanas

de los desconocidos.

En la mirada de esos gitanos

de las monedas desvanecidas

por el fuego de la angustia .

Es el cruzar de los cuerpos

como la mala jugada

de un juego de ajedrez .

El pequeño villano

del anuncio de un pub

en decadencia

por el ronronear de un gato

de un viejo burdel .

Los ecos de esa actriz

que despierta de un

largo sueño de los cien años ,

junto a un obeso cocinero.

Es la ecuaciòn perfecta del desamor .

 

 

EL FRIO EN LOS ARBOLES DE UN CEMENTERIO

      

Es el frìo de los arboles

de un cementerio .

El frìo , frìo , frìo ,

sin sentido en la brùjula .

Un aliento de las hojas secas

sobre las tumbas de los hèroes ,

en el silencio de los pasos nocturnos .

Es el polvo

que entra por mis pulmones

de esa grandeza del àrbol

de los lamentos de un leproso ,

sobre los caballos

que cabalgan

en el firmamento de las lapidas .

Es el canto de una cantante ciega

que cuenta las hojas amarillas ,

por ese largo llanto por el frìo , frìo , frìo ,

de una noche en el cementerio .

Es la fertilidad del fuego,

de las doncellas

que resguardan esa fogata .

Es el frìo , frìo , frìo ,

como la escarcha de las hojas del àrbol

de los lamentos de un leproso .

 

 

EPITAFIO DEL SILENCIO

 

En una vieja casona

se escuchaba

el baile de las brazas

y el movimiento

del agua de la batea ,

en el caminar de la gran madre .

El cìrculo  del silencio

en el gènesis de la lluvia ,

en que todos los sueños

giraban en las botellas

de los viejos vinos

perdidos en el tùnel de Alicia .

Los años de la infancia

de esas ramas mortuorias ,

en el silencio del panteòn ,

sobre el hielo de la vieja casa .

La danza de las brasas

y el zumbido de las abejas .

Es el silencio

de la cripta de un Pontìfice .

El tiempo corriò

desafiando ese silencio

por los làtigos de la lluvia

que dibuja el cìrculo de las serpientes del silencio .

 

 

 LOS ANCIANOS CIEGOS

 

 Son los ancianos ciegos

que jugaron en la casa de muñecas .

Sus ojos se cerraron

por la espada ardiente de su propia miseria .

En el momento donde las rosas del jardìn

se secaron con la carta de despedida de Emily .

Los ancianos ciegos

como el fantasma de la glorieta

acalla esas fiestas del viejo parròn .

Ellos escuchan esa voz de Emily

como el leve roce de la daga  furiosa

y respiran el aroma de la sangre

que brota  de las rosas muertas.

Son los rincones gèlidos

que observan el baile de sombras de Emily.

Los ancianos ciegos

con los pulmones llenos de tristeza

vieron como los niños

ya no juegan en el jardìn

por el ritual dominical de levantarse

y escuchar los ecos del predicador .

El brillo de las velas

de los rincones se apagan

sobre ese armario

donde las arañas tejen

el claroscuro

de la miseria de los ancianos ciegos .

 

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TEXTOS EM PORTUGUÊS

Tradução de Antonio Miranda

 

A DOR DE CRISTO PELAS RUAS FRIAS

Esta é a carta

no alto de um monte

onde as feridas dos pregos

calam na folhas amarelas

das árvores .

São os milagres de um monge

que alimentam as bolsas de ouro,

pelo abrigo do pó da miséria .

É o ulular da Santa Inquisição

pela queima das pitonisas

do livro das sombras.

A dor de Cristo

nas ruas frias da indiferença.

Te evoco

sob o canto de ameaça

do irmão morto.

 

 

A PATRIA O CIDADÃO KANE

 

Vejo aquela fria tumba

na quietude do deserto,

onde o sol nunca se põe .

Sinto o passar das caravanas

como anjos negros

no cimento da cidade .

Pálido transluz

do espelho de duas faces,

que gira como a bússola

do norte e do sul,

que sacode as flores secas

na cripta daquela noiva

que jamais entrou pela janela .

Construo cada pegada

na linha horizontal da estrada,

na tranqüilidade

de um povoado fantasma.

Esqueço o momento

em que não posso lançar

ocântico da amargura,

por aqueles que desenharam

corpos nas paredes .

Sou a pátria do cidadão Kane,

que não pôde ser julgado

no momento de sua morte .

 

 

INTIMIDADE

 

Um encontro furtivo

entre matagais secos,

nas colinas de um

velho casarão .

É o vento da desdita

que dança sobre os vidros

rotos do desamor.

Uma casa abandonada,

um piso frio,

é o diálogo desses lençóis

dos desconhecidos.

Na mirada desses ciganos

das moedas desvanecidas

pelo foto da angústia .

É o cruzar dos corpos

Como a jogada errada

de um jogo de xadrez.

O pequeno vilão

do anúncio de um bar

em decadência

pelo ronronar de um gato

de um velho bordel .

Os ecos dessa atriz

que acorda de um

longo sonho de cem anos,

junto de um obeso cozinheiro .

 

 

O FRIO NAS ÁRVORES DE UM CEMITÉRIO

      

É o frio das árvores

de um cemitério.

O frio, frio, frio,

Sem sentido na bússola.

Um alento de folhas secas

sobre as tumbas dos heróis,

no silêncio dos passos noturnos .

É o pó

que entra pelos pulmões

dessa grandeza de árvore

dos lamentos de um leproso,

sobre os cavalos

que cavalgam

no firmamento das lápides .

É o canto de uma cantora cega

que conta as folhas amarelas,

por esse longo pranto pelo frio, frio, frio,

de uma noite no cemitério .

É a fertilidade do fogo,

das donzelas

que resguardam essa fogueira.

É o frio, frio, frio,

como a geada das folhas da árvore

dos lamentos de um leproso .

 

 

EPITÁFIO DO SILÊNCIO

 

Neste velho casarão

se escutava

o baile das brasas

e o movimento

da água na gamela,

no caminha da mãe grande.

O círculo do silêncio

na gênese da chuva,

em que todos os sonhos

giravam em garrafas

dos velhos vinhos

perdidos no túnel de Alicia .

Os anos da infância

desses ramos mortuários,

no silêncio do panteão,

sobre o gelo da velha casa .

A dança das brasas

E o zumbido das abelhas .

É o silêncio

da cripta de um Pontífice .

O tempo passou

desafiando esse silêncio

pelos látegos da chuva

que desenha o círculo das serpentes do silêncio .

 

 

OS ANCIÃOS CEGOS

 

São os anciãos cegos

que brincaram na casa de bonecas.

Seus olhos se fecharam

Pela espada ardente de sua própria miséria .

No momento em que as rosas do jardim

Se secaram com a carta de despedida de Emily.

Os anciãos cegos

como o fantasma do coreto

cala essas festa da velha labrusca .

Eles escutam essa voz de Emily

como o leve roçar da adaga furiosa

e respiram o aroma de sangue

que brota das rosas mortas .

São os rincões gelados

que observam o baile de sombras de Emily .

Os anciãos cegos

com pulmões plenos de tristeza

viram como as crianças

já não brincam no jardim

pelo ritual dominical de acordar

e escutar os ecos do predicador.

O brilho das velas

dos rincões se apagam

sobre esse armário

onde as aranhas tecem

o claro-escuro

da miséria dos anciãos cegos.

 

 

Página publicada em novembro de 2007.  

 




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