Fonte: www.secrel.com.br/jpoesia/
MARÍA INÉS ZALDÍVAR
Recibió el título de Profesora de Castellano en la Universidad Católica de Chile, el grado de Magíster en Literatura en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile (ambas universidades en Santiago) y el de Doctora en Literatura en la Universidad de Rugers, New Jersey, Estados Unidos.
Es autora de los libros Reiterándome, o la elevación frente a la negación, ensayo sobre cuentos de Myriam Bustos Arratia (1994); La mirada erótica, ensayo crítico acerca de la poesía de Ana Rossetti y Gonzalo Millán (1998).
En poesía ha publicado Artes y oficios (1996), Seis poetas de la República (1997), Ojos que no ven (2001) y actualmente se encuentra en prensa su poemario Naranjas de medusa (2006). Ha sido ganadora en el concurso Textos de Mujeres 1997: Poesía y Ensayo, patrocinado por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura en Chile. Actualmente, junto a su oficio de escritora es docente, investigadora y directora de la revista Taller de Letras, en la Facultad de Letras de la Universidad Católica.
TEXTOS EN ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS
Pequeña ventana al norte
Un árbol se transforma cerrando sus pupilas.
Jacobo Fijman
Enmarcado por negra reja de barrotes lisos
curvos como pestañas de muñeca dormilona
en las puntas
asoma un furioso rectángulo de hojas rojas y
amarillas
bello y distante
es serpiente
rebelde corazón que se niega a morir
con la noche y el invierno
sobre el muro
en lo alto
Primavera en Rosario
Las mujeres de la estación de buses de Rosario
viven de espaldas a los cristales
en la hilera de asientos que mira hacia el interior.
Carreteras y caminos hacia ciudades y pueblos vecinos
no son de su incumbencia,
su reino no mira las afueras.
Sobrias y pulcras, sin maquillaje y de taco plano
monjas inmutables de civil en un mundo de luminarias y bocinas,
son arañas tejedoras que murmuran por pasillos letanías de otras vidas.
Son urracas pendientes de atrapar coloridos envases plásticos,
prudentes cocineras de restos de comida para jugar a las visitas
y celosas guardianas de la risa que alimenta el baúl de los tesoros.
Las mujeres de la estación de buses de Rosario
un día también fueron restos de semillas echadas al voleo,
conchos de simiente atrapados en la tela del saco
expulsadas sin tino y lejos con el último sacudón.
Al llegar el invierno fueron flores que salieron a destiempo
a pesar de las heladas y las lluvias en bosques y caminos.
Las mujeres de la estación de buses de Rosario,
hoy, en primavera, tejen y tejen en la cueva del oráculo.
Su territorio está cubierto por una tela invisible
que silenciosa crece y crece al ritmo de sus babas y palillos.
Su reino no mira las afueras.
En él somos pulgas, moscas y zancudos,
o pequeñas arañas atrapadas en la tela,
de espaldas a los cristales en la estación de buses en Rosario.
Arte de cerrar una ventana
Cerrar una ventana sin
apretarse los dedos es
un arte
Cerrar una ventana y
no morir de asfixia
un prodigio
Cerrar una ventana y
no morir de pena
una proeza
pero cerrar esta ventana
con los dedos atrapados
sin huir por la puerta de salida o
de entrada y
decir adiós tras el cristal
con la mano ensangrentada
me conmueve hasta las lágrimas
Extraídos de la revista EL JABALÍ, n. 16, Buenos Aires, 2005.
Versión electrónica: http://www.poesiaeljabali.com.ar/2cont16_poetashoy.htm
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
Pequena janela ao norte
Un árbol se transforma cerrando sus pupilas.
Jacobo Fijman
Emoldurado por uma negra grade de barrotes lisos
curvos como pestanas de boneca dorminhoca
nas pontas
assoma um furioso retângulo de folhas rubras e
amarelas
belo e distante
é serpente
rebelde coração que se nega a morrer
com a noite e o inverno
nas alturas
Primavera em Rosário
As mulheres da rodoviária de Rosário
vivem de costa para as vidraças
na fileira de assentos voltados par o interior.
Rodovias e estradas para cidades e povoados vizinhos
no são de sua competência,
seu reino não contempla os arredores.
Sóbrias e pulcras, sem maquiagem e sem salto
feiras imutáveis sem uniforme num mundo de luminárias e buzinas,
São aranhas tecedoras que murmuram pelos corredores ladainhas de outras vidas.
São gralhas prontas a agarrar coloridas vasilhas plásticas,
prudentes cozinheiras de restos de comida para brincar com as visitas
e ciumentas guardiãs do riso que alimenta o baú dos tesouros.
As mulheres da rodoviária de Rosário
um dia também foram restos de sementes lançadas ao vento,
conchas de sementes atreladas à tela de um saco
expulsas sem tino e longe quando sacudidas.
Ao chegar o inverno foram flores que saíram prematuras
Apesar das geadas e das chuvas em bosques e caminhos.
As mulheres da rodoviária de Rosário,
hoje, em primavera, tecem e tecem na cova do oráculo.
Seu território está coberto por uma tela invisível
que silenciosa cresce e cresce ao ritmo de suas babas e bilros.
Seu reino não mira os arredores.
Nele somos pulgas, moscas e pernilongos,
ou pequenas aranhas atreladas à teia,
de costas para as vidraças da rodoviária de Rosário.
Arte de fechar uma janela
Fechar uma janela sem
espremer os dedos é
uma arte
Fechar a janela e
morrer de asfixia
um prodígio
Fechar a janela e
não morrer de pena~
uma proeza
mas fechar esta janela
com os dedos espremidos
sem fugir pela porta de saída ou
de entrada e
dizer adeus detrás do vidro
com a mão ensangüentada
me comove até às lágrimas.
Extraídos de la revista EL JABALÍ, n. 16, Buenos Aires, 2005.
Versión electrónica: http://www.poesiaeljabali.com.ar/2cont16_poetashoy.htm
|