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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


JOSÉ MARIA MEMET

Fuente de la foto: www.letras.s5.com

JOSÉ MARIA MEMET

(Neuquén, Argentina, 1957): Nacionalizado chileno en 1970, José María Memet es uno de los poetas más representativos de la promoción de escritores que se forjaron durante el período más duro de la tiranía pinochetista. Y si bien ha sido definido por muchos como un poeta político, su obra va más allá de eso, abarcando una temática muy variada, pero siempre comprometida con el ser humano. Entre sus publicaciones se cuentan: “Poemas crucificados” (1977); “Bajo amenaza” (1979); “Cualquiera de nosotros” (1980); “Los gestos de otra vida” (1985); “Canto de gallos al amanecer” (1986); “La casa de ficción y otros poemas” (1988); “El duelo” (1994); “Un animal noble y hermoso cercado entre ballestas” (1995) y “Amanecer sin dioses” (1999). Ha recibido más de treinta premios de poesía, entre otros el Gabriela Mistral en 1977 y el Pablo Neruda en 1996. En el año 2001 organiza el primer encuentro Chile-Poesía, de gran éxito. La segunda versión se realizó en marzo del año 2003.
Fonte da biografia: http://lavquen.tripod.com
 

TEXTOS EM ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS

De
palabra del mundo
memorias del festival de poesia de la habana

La Habana, Cuba: Ediciones Unión, 2007
Colección Sur


EL SUICIDIO DE NARCISO

En el espejo imperturbable, esos ojos restituyen
el brillo que el acero templa en la navaja. Perciben,
aún altivos, que la juventud fue un resplandor
del sol en la ventana, una imagen que la esfinge
con su enigma se encargó de descifrar.
El agua que se escurre grácil deja atrás el lavamanos,
geta pozas que de a gotas parecieran recrearse
en outro espejo. ¿En que rio sus cabellos fueron nieve?
Avanza en la corriente el cuerpo que fue hermoso,
el hierro con su sangre yace ardiendo a un costado
de la tina. Con ódio apresuras el arribo de la noche,
consternado te maldices al sentir la puya en la cerviz;
tienes certeza, ya no sufres, que el tiempo se termina,
que la memória es a veces como una piedra enorme
en los brazos de un niño, un ave negra que se posa
en la rama más delgada de la higuera.
Llaman a la puerta, vuelven a llamar esos nudillos:
una carta se desliza alli en la entrada de la casa.
iEl amor tardío siempre ha sido la acción de la torpeza!
La realidad sigue observando cabizbaja el sobre
que en el piso yace blanco. El ritmo se detiene
finalmente, la visión es la que narro:
sangre en las muñecas se desprende,
el reflejo de Narciso suspendido en el agua
quema el vidrio, enamorado de otra muerte queda solo.


LA CASA DE LA FICCIÓN


Cruje la puerta de metal y el viento
muerde las cortinas y su dejo.
En la mesa de caoba se alza fulgurante el candelabro
y en el bronce se desprende, se desliza,
lento, imperceptible, un rio enorme de vejez.

Sendas copas suben a sua lábios,
contienen un torrente que  no ha de tener la soledad.

Esta es la noche de murciélagos de Usher
y el brillo de diademas en el cuello
dekucadi de Annabel,
detiene el tiempo, sostiene
la prestancia ya perdida.

Van los dos a la ventana: estremécese el jardín,
decrépias estatuas en pavor huyen a hierbas.

En toda la comarca aúllan perros,
escúchanse blasfêmias y junto a la puerta de metal
se desploman los borrachos y sus almas.
Edgar la besa, el polvo entre sus labios
es un maizal atacado por los cuervos.
 

De
AÑOS EN EL CUERPO
Antología personal 1974-2005
Santiago: Chile Poesía Editorial, 2005

EL ELEFANTE

El elefante come hojas
porque cree que el verde es un color;
pero al rumiarse se da cuenta que es mentira
y escupe entre el marfil de sus colmillos
la montaña.

El elefante rumia lentamente
porque sabe que el queso es delicioso;
pero al comer se da cuenta que es un charco
y escupe entre el marfil de sus colmillos
a la luna.

El elefante mira el firmamento
porque cree que podrá emprender el vuelo;
pero al bati rorejas se da cuenta de su peso
y baja presuroso de las nubes
a la tierra.

El elefante está durmiendo,
cuatro mariposas lo alzan trasladándole
a una flor. ¿Ustedes creen que no es cierto?
Bajen entonces de la rosa
al paquidermo.

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TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda

De
palabra del mundo
memorias del festival de poesia de la habana

La Habana, Cuba: Ediciones Unión, 2007
Colección Sur

 

O SUICIDIO DE NARCISO

No espelho, imperturbáveis, estes olhos restituem
o brilho que o aço tempera na navalha. Percebera,
ainda altivos, que a juventude foi um esplendor
de sol na janela, uma imagem que a esfinge
com seu enigma se encarregou de decifrar.
A água que escorre grácil deixa atrás o lavabo,
gesta poças que gota a gota parecem recriar-se
noutro espelho. Em que rio seus cabelos foram neve?
Avança na corrente o corpo que foi belo,
o ferro com seu sangue jaz ardendo a um lado
da tina. Com ódio apressas o assomo da noite,
consternado te maldizes ao sentir a pua na nuca;
tens certeza, já não sofres, que o tempo se detém,
que a memória é às vezes como uma pedra enorme
nos braços de uma criança, uma ave negra que pousa
no ramo mais fino da figueira.
Batem à porta, tornam a chamar esse nós:
uma carta desliza ali na entrada da casa.
O amor tardio sempre foi a ação da torpeza!
A realidade segue observando cabisbaixa o envelope
que jaz alvo no assoalho. O ritmo estanca
finalmente, a visão é a que descrevo:
sangue nos pulsos se desprende,
o reflexo de Narciso suspenso na água
queima o vidro, apaixonado por outra morte, fica só.


A CASA DA FICÇÃO

Range a porta de metal e o vento
morde as cortinas e seu abandono.
Na mesa de mogno eleva-se fulgurante o candelabro
e no bronze se desprende, desliza,
lento, imperceptível, um rio enorme de velhice.

Amplas copas vão aos seus lábios,
contêm uma torrente que não há de ter a solidão.

Esta é a noite de morcegos de Usher
e o brilho de diademas no pescoço
delicado de Annabel,
detém o tempo, sustenta
a cortesia já perdida.

Vão os dois à janela: o jardim estremece,
estátuas decrépitas apavoradas fogem às ervas.

Em toda a comarca ladram os cães,
escutam-se os bêbedos e junto à porta de metal
despencam os bêbedos e suas almas.
Edgar a beija, o pó em seus lábios
é um milharal atacado pelos corvos.
 

De
AÑOS EN EL CUERPO
Antología personal 1974-2005
Santiago: Chile Poesía Editorial, 2005

O ELEFANTE

O elefante come folhas
porque pensa que o verde é uma cor;
mas ao ruminar percebe que é mentira
e cospe pelos marfins de suas presas
a montanha.

O elefante rumina lentamente
porque sabe que o queijo é delicioso;
mas ao comer percebe que é um charco
e cospe entre os marfins de suas presas
para a lua.

O elefante olha o firmamento
porque pensa que poderá empreender o vôo;
mas ao bater as orelhas percebe o seu peso
e desce ligeiro das nuvens
à terra.

O elefante está dormindo,
quatro borboletas o elevam e o levam
a uma flor.  Vocês pensam que está certo?
Desçam, então, da rosa,
o paquiderme.
 

Página publicada em novembro de 2008


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