HUMBERTO DÍAZ-CASANUEVA
(1906-1992)
Humberto Díaz Casanueva nació en Santiago de Chile. Poeta, profesor y diplomático, residió en Alemania, Venezuela, Uruguay, El Salvador, Canadá, Estados Unidos, Perú, Italia, Suiza y Argelia. Enseñó filosofía en universidades de Chile, Venezuela y Estados Unidos. Fue miembro del Grupo de Expertos sobre los Efectos del Apartheid en Sudáfrica, con sede en Ginebra. Poeta órfico, de raíces ontológicas, Díaz Casanueva desentraña — a través de un sistema de signos y asociaciones tan individualizadas que lindan con el hermetismo y la expresión críptica — la experiencia del absurdo, la soledad, la muerte, el dolor y la búsqueda del conocimiento. Autor de varios libros como "El blasfemo coronado", "Réquiem", "La estatua de sal", "Los penitenciales", "El sol ciego", "El pájaro Dunga" y "El niño de Robben Island".
Casanueva recibió el Premio Nacional de Literatura en 1971.
TEXTOS EN ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS
Fragmentos de Canto I
(De La estatua de sal)
IX
En verdad hablamos tantas lenguas confusas; como mugi-
dos se oyen de selvas cortadas,
Pasa la tierra errante y se rompe adentro de nosotros
Y aprendemos a hablar de nuevo y temblamos con gran-
des alas inmóviles
Y junto a nosotros sucede algo, un nido se agita dulcemente
Y la mujer y el niño alzamos
Como estatuillas pálidas entre manos suplicantes
Y viene el torrente entre las cañas del jardín marchito,
Sonríen los barqueros del eterno torrente,
Sus dientes a través del rostro parecen reja clavada, sus
lenguas corren alcanzando al Tigre.
Los soldados atraviesan, dan brincos, se cuentan conti-
nuamente.
(Nadie de ellos sabe cuál será el primero en entrar
desmemoriado a la casa común).
Los muertos van atravesando como si no les bastase prece-
dernos.
El topo pasa entre ellos y nosotros
continúa pasando.
Más ¿Qué importa?
Los vivos aguardan su plenitud
Y cada uno grande y solitario como un faro cegado sobre
el mar inmenso.
LOS PENITENCIALES
(Fragmento)
Estos son los restos que me
devuelve
el sueño
Me falta una vena
Me falta una mano
para estrujar un pájaro
Un asa de piedra pegada
a mi alma
para empuñar mi muerte
Saludo al sol que me arroja
como humo
Sol
Hemos de condescender
Hemos de arder a
Obscuras
Te daré un Gran Párpado
Me darás mis ojos blancos
Mi rayo que toma mi
peso
Voy hincado en las
aguas
Voy vestido de mi piel
Voy
y a punto de llegar qué
pasa?
Quién me corta la desmemoriada
mano?
Con animales muertos en
los hombros
he recorrido la soledad
terrena
He visto cenizas
paradas
La tierra sólo tierra es
luna
La luna es un pecho cortado
de la tierra
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Elga Pérez-Laborde
Fragmentos do Canto I
(De La estatua de sal)
IX
Em verdade falamos tantas línguas confusas; como mugi-
dos se ouvem de selvas cortadas,
Passa a terra errante e rompe dentro de nós
E aprendemos a falar de novo e trememos com gran-
des asas imóveis
E junto a nós acontece algo, um ninho se agita docemente
E a mulher e a criança erguemos
Como estatuetas pálidas entre mãos suplicantes
E vem a torrente pelo canavial do jardim murcho
Sorriem os barqueiros da eterna torrente,
Os dentes em seu rosto parecem grade encravada, suas
línguas correm alcançando o Tigre.
Os soldados atravessam, dão pulos, contam-se conti-
nuamente.
(Nenhum deles sabe qual será o primeiro a entrar
desmemoriado à casa comum).
Os mortos vão atravessando como se não lhes bastasse pre-
ceder-nos.
A toupeira passa entre eles e nós
continua passando.
Mas, que importa?
Os vivos aguardam sua plenitude
E cada qual grande e solitário como um farol apagado sobre
o mar imenso.
OS PENITENCIAIS
Estes são os restos que me
devolve
o sonho
falta-me uma veia
falta-me uma mão
para espremer um pássaro
Uma asa de pedra grudada
à minha alma
para empunhar minha morte
Saúdo ao sol que me arremessa
como fumaça
Sol
Temos que condescender
Temos que arder às
escuras
Dar-te-ei uma Grande Pálpebra
Dar-me-ás meus olhos brancos
Meu raio que toma meu
peso
Vou inclinado nas
águas
vou vestido de minha pele
vou
e ao ponto de chegar que
sucede?
Quem corta a minha desmemoriada
mão?
Com animais mortos nos
ombros
percorri a solidão
terrena
Vi cinzas
paradas
A terra apenas terra é
lua
A lua é um peito cortado
da terra
Página publicada em maio de 2008
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