ALVARO RUIZ
Alvaro Ruiz, nació en Ottawa (Canada) en 1953, mientras su padre, general de la Fuerza Aérea de Chile era Agregado Aéreo en la Embajada de Chile. Ha residido en México, Perú, y otros países. Actualmente vive en Santiago.
Libros publicados: - “Dieciocho Poemas”. Santiago, 1977; “A orillas del canal”; Santiago, 1982; “Es tu cielo azulado”. Santiago, 1989; “Casa de barro”. Santiago, 1991; - “La virgen de los tajos”. Plaquette. Editorial del Instituto Oaxaqueño
de las Culturas. Oaxaca, México, 1995; - “La virgen de los tajos”. Versión completa. Mosquito Editores. Santiago, 2001/ - “Poemas del Sol”. Ediciones de la Ilustre Municipalidad de La Serena. La Serena, 2007.
* * *
Poemas extraídos de la revista chilena LA PATA DE LIEBRE, dirigida por el poeta Aristoteles España: www.lapatadeliebre.cl
TEXTOS EN ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS
POEMAS INEDITOS
Malcolm Lowry
Los dioses duermen en el barranco
donde creé unos infiernos contrapuestos a los volcanes
Popocatepetl e Ixtaccihualtl
cuando mi vida era un campanario al amanecer
rogando a la Virgen de la Soledad
que es patrona de la ciudad de Oaxaca
la concesión del beneficio de la realidad
lejos de las cigarras y del doloroso misterio de la imaginación.
Tehuantepec
Bajo los sones de los músicos
Y sus instrumentos salvajes
De viento y golpes de percusión
Un grupo de mujeres
Con coloridas vestimentas y flores en sus cabezas
Danzan en Juchitán de Zaragoza
Geográfica cintura mesoamericana
En pleno istmo de Tehuantepec
Y la brisa que une a los océanos
Quedamente levanta sus vestidos
Al compás cadencioso
De un ritmo en las caderas
Con fulgor en los ojos
Y blancos dientes perfectos.
La música, arrítmica, corta y divide el tiempo
En dos, en tres, en cuatro
Bajo los sones de los músicos
Y sus instrumentos salvajes.
El árbol de la soledad crece en un paraje abandonado de
la suerte de la fertilidad
Al poeta Jonás
Ahí está el árbol
no la toquéis
ahí está el hombre
con ramas bajo el sol
y sombras que lo cruzan
como una cebra salvaje
que galopa perdida
hacia el horizonte de la infamia.
Mentiremos con los ojos cerrados
y en la oscuridad diremos
que en el cielo no había estrellas
ni hombres ni árboles en la tierra.
El reverso de la moneda
Heme aquí en los Bajos Fondos
En un puerto de miedo y festín
De filudos cuchillos y dulces bondades
De encajes negros y perversidad
De atardeceres, pájaros marinos y luz que se va.
Los poetas tienen algo de bandoleros
Disparan al corazón y a la bolsa
Y guardan a un costado del talento
El sentido de sus afanes.
En otro tiempo fueron expulsados de la República
Por cargos de corrupción, vagancia y locura
Por sabotear el orden de las cosas naturales
Y oponerse a la vara con la cual serían medidos.
De Un hombre solo en una casa sola
A Jorge Teillier
No fuimos capaces de incendiar la casa
Reducirla a cenizas
E irnos a los bosques
Sin miedo
Tarareando viejas canciones irlandesas
Como aquella del marinero borracho
Shanties extraídos de viejos cancioneros celtas
Por los caminos polvorientos del estío
Por alamedas que llevaban a la plaza del pueblo
Donde las muchachas pretendían tu corazón de alondra
Ahora cubierto por un frío bolsillo depositario
De estampas y angelicales medallas protectoras
En un bar de madera en el centro de Santiago
Con la misma canción aquella en el oído
¡Qué vamos a hacer con el marinero borracho!
Cruzando los brazos sobre la mesa de un otoño en la ventana
Con toda la oblicuidad de la luz en el rostro.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
Malcolm Lowry
Os deuses dormem no barranco
onde criei infernos contrapostos aos vulcões
Popocatepetl e Ixtaccihualtl
quando minha vida era um campanário ao amanhecer
rogando à Virgem da Soledade
que é patrona da cidade de Oaxaca
a concessão em benefício da realidade
longe das cigarras e do doloroso mistério da imaginação.
Tehuantepec
Sob os sons dos músicos
E seus instrumentos selvagens
De vento e golpes de percussão
Um grupo de mulheres
Com vestimentas coloridas e flores na cabeça
Dança em Juchitán de Zaragoza
Geográfica cintura meso-americana
Em pleno istmo de Tehuantepec
E a brisa que une os oceanos
Sussurrando levanta seus vestidos
No compasso cadenciado
De um ritmo nos quadris
Com fulgor nos olhos
E brancos dentes perfeitos.
A música arrítmica corta e divide o tempo
Em dois, em três, em quatro
Sob os sons dos músicos
E seus instrumentos selvagens.
A árvore da solidão em uma paragem abandonada da sorte da fertilidade
Ao poeta Jonás
Aí está a árvore
não a toqueis
aí está o homem
com ramos sob o sol
e sombras que o cruzam
como uma zebra selvagem
que galopa perdida
ao horizonte da infâmia.
Mentiremos com os olhos fechados
e na escuridão diremos
que no céu não havia estrelas
nem homens nem árvores na terra.
O reverso da moeda
Aqui estou nos Baixos Fundos
Em um porto de medo e festim
De afilados punhais e doces bondades
De encaixes negros e perversidade
De entardeceres, pássaros marinhos e luz que se esvai.
Os poetas têm algo de bandidos
Disparam ao coração e à bolsa
E guardam de lado do talento
O sentido de seus afazeres.
Em outro tempo foram expulsos da República
Acusados de corrupção, vagância e loucura
Por sobotarem a ordem das coisas naturais
E oporem-se à vara com a qual seriam medidos.
De Um homrm só numa casa sozinha
A Jorge Teillier
Não fomos capazes de incendiar a casa
Reduzi-la a cinzas
E ir-nos aos bosques
Sem medo
Cantalorando velhas melodias irlandesas
Como aquela do marinheiro bêbedo
Shanties extraídos de velhos cancioneiros celtas
Pelos caminhos poeirentos do estio
Por alamedas que levavam à praça do povoado
Onde as moças pretendiam teu coração de cotovia
Agora coberto por um frio bolso depositário
De estampas e angelicais medalhas protetoras
Em um bar de madeira no centro de Santiago
Com a mesma canção aquela no ouvido
Que vamos fazer com o marinheiro bêbedo?!
Cruzando os braços sobre a mesa de um outono na janela
Com toda a obliquidade da luz no rosto.
|