EDUARDO MITRE
nació en Oruro, Bolivia, en 1943. Ha publicado los libros de poesía: Morada; Mirabilia; Desde tu cuerpo; Razón ardiente; Ferviente humo; Elegía a una muchacha; y, Líneas de otoño. Como ensayista ha escrito Huidobro, hambre de espacio y sed de cielo (texto medular del curso dictado en la IV Escuela de Poesía de Medellín) y la antología El árbol y la piedra: poetas contemporáneos de Bolivia.
TEXTO EN ESPAÑOL - TEXTO EM PORTUGUÊS
Razón ardiente
A Nazri
O soleil c'est le temps de la Raison ardente
APOLLINAIRE
Paris, invierno de 1980
Queridos pájaros ausentes
Barrios de nieve
Pinos
Pacientemente sentados
Desde la penumbra de un cuarto
A la luz de la lámpara
Solitaria
Como la Kiswara en el altiplano
Inclinado sobre la página
El vertiginoso pasado
La infancia apenas un eco
Un silbido lejano
Un rio
De rostros distantes
O muertos
La patria:
Un río de nombres ensangrentados
Ni héroes ni hermanos:
Corderos sacrificados
Al buche de topos feroces
Renacerán con su pueblo
(¿Cuándo?)
Cae la nieve
Nieva silencio
Asi ha de nevar — ya está nevando -
También el olvido
No escribo para abolirlo
Para nosotros escribo
Elizabeth Peterson
Nunca tendremos un hijo
En tu vientre hermoso
La cicatriz
Brillaba como un castigo
Y éramos inocentes
éramos dichosos
Ahora mismo recuerdo cómo
Del bosque dormido del diccionario
Una mañana de pronto
Tus labios finos me regalaron
Una palabra:
Mirabilia
Las cosas no son un misterio
Son un obsequio
Vivir
Prodigio de nuestros muertos
Elizabeth Peterson
al separamos
No me fui solo: me fui contigo
En mi país ya era otro
mirando
El alba entraba a cuchillazos
En el cerro de Urkupina
Sudor y plegaria
golpeaban
La roca de la injusticia
No se quebró para los pobres
(¿Se quebrará algún día?)
Armadas de su hambre
Cuatro mujeres estrellas matutinas
Rompieron la noche de siete años
Nos abrieron el camino
Y no supimos caminarlo
¿O no pudimos?
17 de Julio
Bajo un cielo purísimo
Envueltos en el impío
Polvo de la codicia
Llegaron los tenebrosos
Y un árbol joven que cae
El sacrificio
Del que dijo verdades
Y un pecho unánime el numeroso
De los que nunca dijeron nada
Recuerdo:
El miedo royendo las casas
Avergonzada de su cuerpo
El alma
No sabía dónde esconderlo
Cuerpos almas
Profanados por la safla
El resentimiento
Familias arrojadas
A las playas del exilio
Las únicas que siempre tuvimos
Nos falta
mar
interior
Queremos ídolos
Ignorar que somos divinos
Nuestro pecado mayor
Sopla el tiempo Brota el sol
La primera paloma: Primavera
Pinos gloriosamente sentados
Por la escalera en caracol
Bajas cantando
No hay más ascensión que hacia la tierra
Contigo baja la luz
Tintinea en la tetera
Por calles y plazas nos lleva
Moviendo piernas brazos caras
— La muy traviesa titiritera —
A orillas del rio se acuesta
A tu lado
Un viento adolescente
A punto de urdir pájaros
Se detiene
pasa
Un verso de Heráclito:
Nombre del arco: vida
Obra del arco: muerte
El viento recomienza
faldas risas de mujeres
Se desvanecen
Todo es tránsito
Como el Sena y el Choqueyapu
La luz se va lentamente
En tus ojos recojo sus agonías
Sus éxtasis
Allá es mediodía
Estarán poniendo la mesa
Y comerán solitarios
Con ellos estamos
Pese a la ausencia
Verde
Una luciérnaga:
Rosario de ocasos y amaneceres
La noche entra
Enciende astros y sexos
Los muertos se siguen muriendo
¿No hay sentido sólo término?
— No hay pregunta bien hecha —
La vida es un entierro
Y una fiesta
Orfeo
orfeón
orfebre
Canta goza bebe
La copa
la copla
la cópula del Universo
Paris, Primavera de 1981
Razão ardente
A Nazrí
O soleil c'est lê temps de la Raison ardente
APOLLINAIRE
Paris, inverno de 1980
Queridos pássaros ausentes
Bairros de neve
Pinheiros
Pacientemente sentados
Da penumbra de um quarto
À luz da lâmpada
Solitária
Como a Kiswara no altiplano
Inclinado sobre a página
O vertiginoso passado
A infância apenas um eco
Um assovio distante
Um rio
De rostos remotos
Ou mortos
A pátria:
Rio de nomes ensanguentados
Nem heróis nem irmãos
Cordeiros sacrificados
Ao bucho de ferozes toupeiras
Renascerão com seu povo
(Quando?)
Cai a neve
Neva silêncio
Assim há de nevar — já está nevando —
Também o olvido
No escrevo para aboli-lo
Para nós escrevo
Elizabeth Peterson
Jamais teremos um filho
Em teu formoso ventre
A cicatriz
Brilhava como um castigo
E éramos inocentes
éramos felizes
Agora mesmo recordo como
Do adormecido bosque do dicionário
Certa manhã de súbito
Teus delicados lábios me ofertaram
Uma palavra:
Mirabilia
As coisas não são um mistério
São um obséquio
Viver
Prodígio de nossos mortos
Elizabeth Peterson
ao nos separarmos
Não fui sozinho: me fui contigo
Em meu pais já era outro
olhando
A alva entrava a punhaladas
Na colina de Urkupinha
Suor e prece
percutiam
A rocha da injustiça
Não se quebrou para os pobres
(Quebrar-se-á algum dia?)
Armadas de sua fome
Quatro mulheres estrelas matutinas
Romperam a noite-dos-sete-anos
Abriram-nos o caminho
E não soubemos caminhá-lo
Ou não pudemos?
17 de julho
Sob um céu puríssimo
Envoltos no ímpio
Pó da cobiça
Vieram os tenebrosos
E uma jovem árvore tombada
O sacrifício
De quem disse verdades
E um peito unânime o numeroso
Dos que nunca disseram nada
Recordo:
O medo roendo as casas
Envergonhada de seu corpo
A alma
Não sabia onde escondê-lo
Corpos almas
Profanados pela sanha
O ressentimento
Famílias arrojadas
Às praias do exílio
As únicas que sempre tivemos
Nos falta
mar
interior
Queremos Ídolos
Ignorar que somos divinos
Nosso pecado maior
Sopra o tempo Brota o sol
Pomba primeira: Primavera
Pinheiros gloriosamente sentados
Pela escada em caracol
Desces cantando
Não há outra ascensão que rumo à terra
Contigo desce a luz
Tilinta na leiteira
Pelas mas e praças nos leva
Movendo pernas braços caras
— A tão travessa titeriteira —. .
A margens do rio se deita
A teu lado
Um vento adolescente
Prestes a urdir pássaros
Detém-se
passa
Um verso de Heráclito:
Nome do arco: vida
Obra do arco: morte
Ressopra o vento
saias risos de mulheres
Se desvanecem
Tudo é trânsito
Como o Sena e o Tchoqueyápu
A luz se vai lentamente
Em teus olhos recolho suas agonias
Seus êxtases
Lá é meio-dia
Estarão pondo a mesa
E comerão solitários
Com eles estamos
Apesar da ausência
Verde
Um vaga-lume:
Rosário de ocasos e alvoreceres
A noite adentra
Acende astros e sexos
Os mortos se seguem morrendo
Não há sentido apenas termo?
— Não há pergunta bem feita —
A vida é funeral
E festa
Orfeu
orfeão
orfèvre
Canta goza bebe
A copa
a copla
a cópula do Universo
Paris, Primavera de 1981
(Traducción de Carlos Augusto Andêde Nougué)