MARCOS SILBER
Nació en Buenos Aires, en 1934. Publicó quince libros y participó en antologías del país y extranjeras. Faja de Honor de la Sociedad de Escritores en 1968. Autor de la versión en castellano de la obra «Raíces», de Arnold Wesker. Asistió, entre otros, a los Festivales Internacionales de Poesía en Medellín y Bogotá (Colombia), volviendo a asistir a este último en 2007, y al Encuentro Internacional de Poesía en Cajamarca (Perú). Primer Premio Municipal Ciudad de Bs. As. y finalista Casa de las Américas con el libro «Thrillers», Primer Premio en Mérida, España, con el libro «Proposiciones y buenos modales». Primer Premio Casa de la Amistad argentino-cubana. Es miembro fundador de la Sociedad de los Poetas Vivos.
TEXTOS EN ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS
TRASPIE
Nada hacía prever la celada,
la victoria de la baldosa enemiga.
Y el descalabro no se hizo esperar.
Toda mi huesería, más el tapizado carnal
sin piedad se desmoronó
envuelto en el silencio de un claro fracaso.
Lo más lastimoso: la pública humillación,
Los ojos de tantos sobre mi abatida humanidad.
Demasiados espectadores para tan pobre suceso.
No resultó fácil recuperar la erguida dignidad.
Un traspié
por un sismo en la central del equilibrio,
la distracción del ángel de la guarda
o un apresurado llamado de la tierera.
MUCHACHAS
Ya se oían antes
que el tiempo comenzara a contarse.
Cantaban desde antes
que la palabra árbol piedra noche.
Se oían desde antes
que los abuelos de los abuelos,
el cuerno anunciador de tormentas
y antes de la cacería
relatada en las pizarras de la caverna.
Vienen con navíos de antes del agua
van hacia la tarde que será todas las tardes.
Cantaban cantan la vida
las muchachas de las sombras en flor.
ALMUERZO
El cucharón alza su caldo de recuerdo
y pregunta por la abuela grande.
La cuchilla dentada se desliza
hasta la tibieza del pan
y pide por el hermano mayor.
Otra platería se ofrece amorosa
frente a madre y frente a padre.
Los de postre inquieren
por el revuelo de los chicos.
Y acuden los aliviados de la vida
a las tres campanadas
del impalpable que dirá:
“Bien.
Estamos todos.
Podemos comenzar”.
*
Alguien deja abiertas las ventanas
y es la sombra de papá que se asoma
o su carne vestida que regresa.
Pregunta por todos y cada uno,
por los hijos pregunta sobre todo
por esos espléndidos gladiadores
idos tan antes de tiempo;
y pregunta por la infatigable
la mamá de todo la santa amasadora
y pregunta por los piadosos vecinos
y por la dulce gatería pregunta.
Luego consulta el reloj de bolsillo
y me da en el corazón
el estilete de su apremio.
Se sale luego de la escena
de la neblina de la tarde se retira
no sin antes preguntar también:
“¿a qué se debe ese asmático silencio,
qué sucedió
por qué cubrieron los espejos”?.
*
Desde la boca de la caverna
la madre llama a su hijo “a comer”.
Desde la puerta de la casa
la madre llama a su hijo: “a comer”.
En tanto, cielos de aquí y de entonces
se despejaban se despejan.
En piedras de eternidad
el escriba del tiempo apunta:
“madre y madre no saben que saben
que ya estuvieron,
que vuelven a estar”.
*
Cuando el incendio de la higuera
todos lloramos.
Los grandes con gusto a pulpa calcinada,
los más chicos con duelos de quebradas aventuras;
los buenos y malos vecinos lloraron
lloró la tortuga Mary
Ulises el perro más perro
el canario y los gatos cada uno lloró,
todos lloramos.
Salvo el tío loco
agazapado en un rincón
el tío que reía y reía sin dejar de aplaudir.
Entradido de:
POESIA SEMPRE – Revista Semestral de Poesia – Ano 2 Número 3 – Rio de Janeiro Fevereiro 1994 - Fundação Biblioteca Nacional. ISSN 0104-0626 Ex. bibl. Antonio Miranda
Poema 1
Días hay
en que todo parece salvarse;
en el aire se siente como un alegre temblor
e inminente el nacimiento
de una nueva y radiante luminosidad;
luego, sobreviene el silencio,
con su burlona y maligna quietud;
y es todo; entonces,
ocurren cosas buenas y malas,
o más precisamente
ni buenas ni malas, y ambas,
ya sabemos, pertenecen al suceso de la vida;
por lo que no cabe sobresaltarse, ni
sorprenderse más de lo debido.
Poema 2
La vida es un bien en sí.
De todos modos no sobran motivos para
la gratitud, ni para derrochar pedazos
del maltratado corazón.
Por la línea del horizonte, y
sin inquietarse demasiado, la canalla
aún se pasea saciada y altiva, bajo
una constelación de malas estrellas, y
un cielo que hace agua por todas partes.
Los peces cumplen su ciclo, se matan
a regular profundidad,
y vuelven a generarse prolijamente;
en cambio las plantas, sufren en particular
por falta de amor, o - como dicen - de
palabras que las rieguen con ternura.
En cuanto al paisaje interior, cabe reconocer
que hace bastante tiempo
no se da un día de franca luz,
de sol entero, como esperanzado; un día
con alguna historia de mínimo esplendor,
digna de recordar.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Traducción de Antonio Miranda
TROPEÇÃO
Nada fazia prever a cilada,
a vitória da baldosa inimiga.
E o descalabro não se fez esperar.
Toda minha ossatura, mais o atapetado carnal
sem piedade desmoronou
envolto no silêncio de um claro fracasso.
O mais lamentável: a humilhação pública,
Os olhos de tantos sobre minha abatida humanidade.
Demasiados expectadores para tão pífio êxito.
Não resultou fácil recuperar a elevada dignidade.
Um tropeção
por um sismo na central do equilíbrio,
a distração do anjo da guarda
ou um apressado chamado do terreiro.
MOÇAS
Já se ouvia antes mesmo
De começar a medir o tempo.
Cantavam antes mesmo
que a palavra árvore pedra noite.
Ouvia-se antes mesmo
que os avós dos avós,
a corneta anunciadora de tormentas
e antes mesmo da caçada
relatada nas paredes da caverna.
Vêm dos navios anteriores à água
vão para a tarde que será todas as tardes.
Cantavam cantam a vida
As moças das sombras em flor.
ALMOÇO
O colherão eleva seu caldo de lembrança
e pergunta pela avô mais antiga.
A faca dentada desliza
até a tibieza do pão
e pede pelo irmão mais velho.
Outra prataria se oferece amorosa
diante da mãe e frente ao pai.
Os da sobremesa inquirem
pela agitação das crianças.
E acodem os aliviados da vida
às três badaladas
do impalpável que dirá:
“Muito bem.
Estamos todos.
Podemos começar”.
*
Alguém deixa abertas as janelas
e é a sombra do pai que aparece
ou sua carne vestida que regressa.
Pergunta por todos e cada um,
pelos filhos pergunta sobretudo
por esses esplêndidos gladiadores
idos bem antes do tempo;
e pergunta pela infatigável
a mãe de toda a santa amassadora
e pergunta todos os piedosos vizinhos
e pela doce gataria pergunta.
Depois consulta o relógio de bolso
e me dá no coração
o estilete de sua urgência.
Sai em seguida de cena
da neblina da tarde se retira
não sem antes perguntar também:
“a que se deve este asmático silêncio,
que aconteceu
por que cobriram os espelhos?”
*
Desde a entrada da caverna
a mãe chama seu filho “a comer”.
Desde a porta da casa
a mãe chama seu filho “a comer”.
Entretanto, céus daqui e de então
De despejavam se despejam.
Em pedras de eternidade
o escriba do tempo aponta:
“mãe e mãe não sabem que sabem
Que já estiveram,
Que voltam a estar”.
*
Quando do incêndio da figueira
todos choramos.
Os idosos com gosto de polpa calcinada,
os mais jovens com dó de quebradas aventuras;
os bons e os maus vizinhos choraram
chorou a tartaruga Mary
Ulisses, o cão mais cão
o canário e os gatos cada qual chorou,
todos choramos.
Menos o tio louco
Agarrado num canto
o tio que ria e ria sem deixar de aplaudir.
Publicada en febrero 2007. Indicación de Jorge Ariel Madrazo.
Poema 1
Há dias
em que tudo parece salvar-se;
no ar se sente como um alegre tremor
e iminente o nascimento
de uma nova e radiante luminosidade:
depois, acontece o silêncio,
com sua ludibriante e maligna quietude;
e isso é tudo; então,
ocorrem coisas boas e más,
ou mais precisamente
nem boas nem más, e ambas,
já sabemos, pertencem ao sucesso da vida,
pelo qual não cabe sobressaltar-nos, nem
surpreender-nos além do necessário.
Poema 2
A vida é um bem em si mesma.
De qualquer maneira não sobram motivos para
a gratidão, nem para malgastar pedaços
do maltratado coração.
Pela linha do horizonte, e
sem inquietar-se demais, a canalha
ainda passeia saciada e altiva, sob
uma constelação de estrelas ruins, e
um céu que faz água por toda parte.
Os peixes cumprem seu ciclo, se matam
numa profundidade regular,
e voltam a gerar-se prolixamente;
no entanto as plantas, sofrem em particular
pela falta de amor, ou — como dizem — de
palavras que as regam com ternura.
Sobre a paisagem interior, cabe reconhecer
que faz já bastante tempo
que não acontece um dia de luz franca,
de sol inteiro, como esperançoso; um dia
com alguma história de mínimo esplendor,
digna de recordar-se.
Página ampliada y republicada en diciembre de 2017
|