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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Luis Benítez

 

nació en Buenos Aires el 10 de noviembre de 1956. Es miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, Estados Unidos, con sede en la Columbia University; de la World Poets Society (Grecia); de la International Society of Writers (Estados Unidos); del Advisory Board de World Poetry Press (India), Miembro Honorario de la sección argentina del IFLAC (International Forum for a Literature and a Culture of Peace) y de la Sociedad de Escritoras y Escritores de Argentina. Ha recibido el título de Compagnon de la Poèsie de la Association La Porte des Poetes, con sede en la Université de La Sorbonne, París, Francia. Recibió premios nacionales e internacionales por su obra poética y narrativa.

Sus 15 libros de poesía, novela, ensayo literario y teatro se publicaron en Argentina, Chile, España, Estados Unidos,  México, Uruguay y Venezuela.

 

Luis Benítez nasceu em Buenos Aires no dia 10 de novembro de 1956.

É membro da Academia Ibero-americana de Poesia, Capítulo de New York, EUA, com sede na Columbia University, de World Poets Society (Grécia), da International Society of Writers (EUA), de Advisory Board de World Poetry Press (Índia), Membro Honorário da seção argentina de IFLAC (International Fórum for a Literature and a Culture of Peace) e da Sociedade de Escritoras e Escritores da Argentina. Recebeu o título de Compagnon da Poèsie da Association La Porte des Poetes, com sede na Université de La Sorbonne, Paris, França.

 

Prêmios recebidos

Primeiro Prêmio Internacional de Poesia La Porte des Poètes (Paris, 1991)

Menção de Honra do Concurso Municipal de Literatura (Poesia, Buenos Aires, 1991)

Segundo Prêmio Bienal da Poesia Argentina (Buenos Aires, 1992)

Terceiro Prêmio do Concurso Fundação Inca Seguros (Poesia, Buenos Aires, 1995)

Primeiro Prêmio Jovem Literatura (Poesia) da Fundação Amalia Lacroze de Fortabat (Buenos Aires, 1996)

Primeiro Prêmio do Concurso Internacional de Ficção (Montevideu, 1996)

Primo Premio Tuscolorum Di Poesia (Sicilia, Itália, 1996)

Terceiro Prêmio Eduardo Mallea de Narrativa (Buenos Aires, período 1995-1997).

Primeiro Prêmio de Romance Letras de Ouro (Buenos Aires, 2003)

Accesit 10éme. Concorurs International de Poésie (Paris, 2003)

 

 

Obras publicadas

 

Poemas da Terra e a Memória (poesia, Edi. Stephen and Bloom, Bs. As., 1980)

Mitologias/ A Balada da Mulher Perdida (poesia,  Ultimo Reino, Bs. As., 1983)

Poesia Inédita de Hoje (Um panorama contemporâneo da poesia inédita argentina) (introdução, lembretes e seleção de 100 autores, Edi. NOUS, Bs. As., 1983)

Juan L. Ortiz: O Contra-Rimbaud (ensaio, 1ª. ed. Edi. Filofalsía, Bs. As., 1985, 2ª. ed. Edi. Filofalsía, Bs. As. 1986)

Behering e outros poemas (poesia,  1ª. ed., Edi. Filofalsía, Bs. As., 1985, 2ª. ed. Cadernos do Zopilote, México D.F., 1993)

Guerras, Epitáfios e Conversações (poesia, Edi. Satura, Bs. As., 1989)

Fractal (poesia, Edi. Correio Latino, Bs. As., 1992)

O Passado e as Vésperas (poesia, Edi. da Universidade de los Andes, Venezuela, 1995)

O Horror na Narrativa de Alberto Jiménez Ure (ensaio, Edi. da Universidade de los Andes, Venezuela, 1996)

Selected Poems (antologia poética, seleção e tradução de Verônica Miranda, Edi. Luz Bilingual Publishing, Inc. Los Angeles, USA, 1996)

A Égua da Noite (poesia, Edi. Edições Del Castillo, Santiago do Chile, Chile, 2001).

Tango do Mudo (romance, Edi. De la Plaza, Montevideu, Uruguai, 1997. Edi. Pele de Leopardo/Wordtheque, Bs. As., 2003).

Jorge Luis Borges: As trevas e a glória (ensaio, Edi. Lea/Ojos de Papel, Madrid, 2004).

O Venenero e Outros Poemas (poesia, Edi. Nova Geração, Buenos Aires, 2005).

A tarde do elefante e outros poemas (poesia, Edi. Asa de Corvo, Caracas, Venezuela, 2006) 

 

Obras sobre o autor: Sobre as poesias de Luis Benítez, de Carlos Elliff (ensaio, Edi. Metáfora, Bs. As., 1991); Conversações com o poeta Luis Benítez, de Alejandro Elissagaray e Pamela  Nader (Tomo I, 1995, Tomo II, 1997, Edi. Nova Geração, Bs. As.); Antologia (seleção e ensaio preliminar de Alejandro Elissagaray, 2001, Edi. Nova Geração, Bs. As.).

 

[Indicación de Rolando Revagliatti, página publicada en sept. 2007]

 

 

 

 

LOS   MIEDOS

ah los terrores  que nos visitan de noche

que no se ocultan del día

los que no inspira ninguna cosa grande

ningún desconocido continente pisado recién el borde

ni tampoco un leal enemigo

francamente buscado en una tapia

ni el asombroso eclipse que deja el mediodía en sombra

ni un terrible Señor de los  Ejércitos

en desiertos abrasados por el sol de los pueblos aventureros

ah los miedos los pequeños miedos de pequeños hombres

no los miedos que eran a su modo honra de un animal

desnudo en la enorme extensión de cosas que no tenían nombre

no a estar solo y de pie

entre un inmenso campo y un inmenso cielo

no a la sombra adornada de ojos fosforescentes

a la muerte de noche

entre los dientes del animal más bello de la tierra

una muerte de hombre

no a la caída propiciada por el rayo

al torrente al alud al fuego de la tierra

ni al otro fuego prometido debajo de la tierra

ah los miedos que no origina

un dios terrible salido de la foresta

ni un pariente medieval con su cohorte de brujas y de fetos

no el sudor frío frente a frente espada contra espada

flecha contra winchester dardo contra lanza

ha cambiado la muerte de palabras

no es la certeza de una lluvia ardiente

ni el pronóstico que un insecto lleva entre raíces

al fin también una buena causa como la antigua peste

ah los miedos que tú conoces

y que son los míos exactamente ésos

no se ocultan debajo de la cama

no precisan el crujir de la madera el aullido de nada

pueblan nuestros sueños de rostros y de notas

ellos duermen y caminan con nosotros

beben se alimentan vuelven siempre.    

 

        

JUBILO Y CAIDA

 

Armonía primera allí te vi, no era necesario

mirar las partes de tu reino entero pero allí te vi

y no quise detenerme en tu orilla, tu orilla

que está en las simples cosas llenas de tu ondulante sombra.

Qué delicadamente, luz en la luz, centro del día,

te corporizas o elijes una sencilla forma

cuando nos prestas tus ojos

y cómo un eterno amor nos lleva de la mano

a tus criaturas, allí donde eres sí,

en lo animado, la infinita danza,

la queja misma de cuanto existe.

Alta serenidad todo es tu vaso y cada uno

declara tuyo un color nuevo. Es abril

de un año que para ti no cuenta y sin embargo

un dulce calor te trajo aquí a mi lado. Era yo apenas

una certeza esta mañana y la espuma del sueño

y los lados del día se apagaban en mí.

Bastó pedir, correr a tu contagio,

para que un soplo sobre las cenizas que empolvaban las cosas

encendiera de nuevo el mundo de carbunclos,

las amatistas del aire... ¿las múltiples facetas

de tus brillantes vidrieras, de dónde vienen,

de qué sima profunda o de qué cima pública y expuesta,

de qué otro tiempo apenas visitado,

apenas entrevisto en el fuego del fuego?

 

Peor ayuno no hay, que el que hay de ti.
 

 

 

DE LAS TANTAS COSAS QUE NO PUEDE

 

De las tantas cosas que no puede

mostrar ciertamente la palabra,

la primera imposible es el olor

tan propio y exacto de las cosas.

 

La poesía también es como el aroma.

 

Así quedan sin nombre

el olor definitivo de la lluvia

y el efímero matiz que se respira

al asomarse a las sombras de un aljibe;

el olor del primer mar, a los seis años,

la fragancia, que nos asustaba, de los cielos nublados,

y el olor a comida de una casa

que nos fue querida.

La memoria tal vez sea

sólo visión de olores olvidados,

como este papel a donde llamo

a la presencia ardiente de unas hojas quemadas

y a la clave del enigma de la rosa;

al olor de las sangres

que no vi derramarse,

al olor del incienso y al del alcanfor,

un olor que resplandece;

al de las jóvenes mujeres en los baños públicos,

al de las monedas, que abandonan la mano

y que retornan, al de la tierra de Pinzón

una mañana de octubre, al de los gatos,

al olor milagroso de las cosas vulgares,

de las que apenas se comprende

que emanan la noche poderosa,

al de un río que corre lejos

y al que sin razón evoco,

al de la palabra marisma, al de retablo,

a los de esta mañana

que partieron a un país sin dónde,

al de una muchacha que se fue,

el 2 de noviembre de 1982,

para que mis palabras

pidieran el perfume de unos versos

y me quedaran la fecha y la balada,

el de las ballenas que tiñen

la espuma de aceite y de tamaño,

el de un hombre que hablaba del origen del día,

al de las tantas cosas

a las que no pude acercarme y que me esperan.

Son otro mundo más sobre este mundo,

veo el bosque y entre el bosque

la selva del aroma.

Yo me voy de los hombres y las cosas

como un salvaje que marcha a las ciudades

y dice adiós a su mundo de olores;

también a mí ellos vuelven

bellos y pesados como un remordimiento.

Serán desde estos versos mi memoria,

seguirán sobre el mundo

cuando me haya muerto.

 

………………………………………………………………………………………………………………………………………… 

TEXTOS EM PORTUGUÊS

 

OS   MEDOS

 

ah os terrores  que nos visitam de noite

que não se ocultam do dia

os quais não inspira nenhuma coisa grande

nenhum desconhecido continente pisado recém a borda

nem tampouco um leal inimigo

francamente procurado em uma taipa

nem o assombroso eclipse que deixa o meio-dia em sombra

nem um terrível Senhor dos  Exércitos

em desertos abrasados pelo sol dos povos aventureiros

ah os medos os pequenos medos de pequenos homens

não os medos que eram ao seu modo honra de um animal

nu na enorme extensão de coisas que não tinham nome

não ao estar sozinho e de pé

entre um imenso campo e um imenso céu

não à sombra adornada de olhos fosforescentes

à morte de noite

entre os dentes do animal mais belo da terra

uma morte de homem

não à queda propiciada pelo raio

à corrente à avalanche ao fogo da terra

nem ao outro fogo prometido debaixo da terra

ah os medos que não origina

um deus terrível saído da floresta

nem um parente medieval com sua corte de bruxas e de fetos

não o suor frio frente a frente espada contra espada

flecha contra winchester dardo contra lança

trocou a morte de palavras

não é a certeza de uma chuva ardente

nem o prognóstico que um inseto leva entre raízes

no final também uma boa causa como a antiga peste

ah os medos que você conhece

e que são meus exatamente esses

não se ocultam debaixo da cama

não precisam o ranger da madeira o uivo de nada

povoam nossos sonhos de rostos e de notas

eles dormem e caminham conosco

bebem se alimentam voltam sempre.    

 

 

 

JÚBILO E CAÍDA

 

Primeira harmonia ali te vi, não era necessário

olhar as partes de teu reino inteiro mas ali te vi

e não quis me deter em tua borda, tua borda

que está nas simples coisas cheias de tua ondulante sombra.

Que delicadamente, luz na luz, centro do dia,

você corporiza ou escolhe uma simples forma

quando nos emprestas teus olhos

e como um eterno amor nos leva da mão

a tuas criaturas, ali onde eres sim,

no animado, a infinita dança,

a queixa mesma de quanto existe.

Alta serenidade todo é teu copo e cada um

declara teu uma cor nova. É abril

de um ano que para ti não conta e no entanto

um doce calor te trouxe aqui ao meu lado. Era eu apenas

uma certeza esta manhã e a espuma do sonho

e os lados do dia se apagavam em mim.

Bastou pedir, correr ao teu contágio,

para que um sopro sobre as cinzas que empoeiravam as coisas

acendesse de novo o mundo de carbunclos,

as ametistas do ar... as múltiplas facetas

de tuas brilhantes vitrines, de onde vêm,

de que abismo profundo ou de que topo público e exposto,

de que outro tempo senão visitado,

apenas entrevisto no fogo do fogo?

 

Pior jejum não há, que o que há de ti.

 

 

 

DAS TANTAS COISAS QUE NÃO PODE

 

Das tantas coisas que não pode

mostrar certamente a palavra,

a primeira impossível é o cheiro

tão próprio e exato das coisas.

 

A poesia também é como o aroma.

 

Assim ficam sem nome

o cheiro definitivo da chuva

e o efêmero matiz que se respira

ao aparecer às sombras de uma cisterna;

o cheiro do primeiro mar, aos seis anos,

a fragrância, que nos assustava, dos céus nublados,

e o cheiro da comida de uma casa

que foi querida.

A memória talvez seja

só visão de aromas esquecidos,

como este papel aonde chamo

à presença ardente de umas folhas queimadas

e à chave do enigma da rosa;

ao cheiro dos sangues

que não vi derramar-se,

ao cheiro do incenso e ao da cânfora,

um cheiro que resplandece;

ao das jovens mulheres nos banheiros públicos,

ao das moedas, que abandonam a mão

e que retornam, ao da terra de Pinzón

uma manhã de outubro, ao dos gatos,

ao cheiro milagroso das coisas vulgares,

das que apenas se compreende

que emanam a noite poderosa,

ao de um rio que corre longe

e ao que sem razão evoco,

ao da palavra marisma, ao de retablo,

aos desta manhã

que partiram para um país sem aonde,

ao de uma moça que foi embora,

em 2 de novembro de 1982,

para que minhas palavras

pedissem o perfume de uns versos

e ficassem a data e a balada,

o das baleias que tingem

a espuma de azeite e de tamanho,

o de um homem que falava da origem do dia,

ao das tantas coisas

às que não pude me aproximar e que me esperam.

São outro mundo mais sobre este mundo,

vejo o bosque e entre o bosque

a selva do aroma.

Eu vou embora dos homens e as coisas

como um selvagem que parte às cidades

e diz adeus ao seu mundo de aromas;

também para mim eles voltam

belos e pesados como um remorso.

Serão desde estes versos minha memória,

seguirão sobre o mundo

quando eu tiver morrido.

 




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