LUCIANA MELLADO
Nació en Capital Federal, en 1975. Vive en Comodoro Rivadavia. Profesora y Licenciada en Letras por la UNP. Cursó la Maestría en Literaturas Latinoamericana y Española en la UBA. Docente e investigadora universitaria. Fue expositora en congresos, jornadas y foros de literatura, nacionales e internacionales. Coordinó talleres de escritura para niños y adultos. Colabora con textos de crítica literaria y cultural en revistas académicas arbitradas de universidades de Argentina, Chile y Nueva Zelanda.
Recibió el Premio Academia Argentina de Letras y obtuvo becas de la Agencia Española de Cooperación Internacional y del Fondo Nacional de las Artes. Participó en antologías y publicaciones literarias de Argentina, México y Estados Unidos. Directora de la plaqueta de poesía Peces del desierto. Publicó Las niñas del espejo y Crujir el habla.
TEXTOS EN ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS
De
CRUJIR EL HABLA
Buenos Aires: Botella al Mar, 2006
GESTO
Ese gesto me asusta por lo humano
por complejo de rostro y la cesura.
La distracción mejor no tiene lujos
cuando viene como hoy de otros escombros
pero la intimidad que te intimida es tuya
y no hay trampa ni celo que la guarde.
El peligro quizás está en lo frágil
piedras pequeñas que parecen astros
ramas torcidas que ilustran las alianzas
vasos de agua que interpelan nuestra sed
paisajes de belleza aglomerada.
ESPEJISMO
Hay delirios tan intensos como el trajinar
de un sonámbulo obsesivo
que se busca los ojos en el rostro.
También los hay sinuosos
de esos que se tocan a sí mismos
como si fueran otros
y extravían las cartas
que ya estaban perdidas.
El de hoy espejea en la estridencia
de un tren próximo cargado de rehenes
sin memoria
a plena luz del día cosechados.
PULSO OTOÑAL
Cuando el otoño tiembla en la semilla
y el amor desborda cada trillo
te atraviesa el costado un niño errante
que camina hacia el sol / al mediodía.
Mariposa de fuego / sueño leve
la cicatriz de tu piel no tiene urgencias.
A FORTIORI
Saliva-me/ saliva-te
sin cosecha y plagado de semillas
ardor sin llamas / ardor humedecido.
INCLINACIONES DEL HABLA 1
Cuánto me gustaba esa destreza que tenías
para arrojar palabras por la boca entreabierta,
chiflando entre los dientes y cansado
como un inmortal cuando despierta.
Cuánto me gustaban los indicios en tu cuerpo
cuando afilabas el lenguaje y lo lanzabas
como microbio o como hacha arrojada / al aire
sin darte vuelta a ver la sangre
del herido, el infectado.
Cuánto me gustaba la estridencia de tus manos
cuando escribían sobre la infancia y la belleza
como los santos o los mudos
que huelen a rosas.
Hiedra
Hiedra trepidante y sola que trenza / lo inefable em cada garra
átame severa y compasiva / em esta cauta noche de rebaños.
El hierático modo de tu abrazo / lo festejo en la noche de este
sueño
hincándome el ansia, el apetito / la codicia silente de parir
una isla recortada / todo un archipiélago
donde las naves siempre trunquen las mareas
y las aves regurgiten las jergas de Babel todas mezcladas.
Bélica y cautiva. Hiedra, sé mi madre.
Enséñame el mejor modo de enlazarme a mí misma.
La primera pátria
Hoy recuerdo el mejor lugar
en la sombra de la infancia.
Las hojas de esos árboles son las mejores
albergan toros luminosos
que la tormenta no ensombrece.
Ventura del asombro
A Andy, toda vez.
Soplo del amor que organiza el mundo.
Aquí estás em la noche descosida,
tiritando-e, entrañable.
Niño, garras de león,
camélido que paladea el ocaso.
Plural.
Itinerario
Esta tarde temprana de emociones
fermenta la confianza de la sangre
la agitación, los tropeles
maravillas.
El deseo se azuza / es azuzado
por urdiembres inocentes y bestiales
el cuero hereje de tu entrepierna.
Hoy todo lo demás es intermédio
equidistantes puntos de una fuga
la ruta inverossímil de un poblado que nadie mira
cuando lo atraviesa
ligeiramente seguro y sugestivo.
Límites de la retórica
Era grandioso su mejor discípulo.
¡Cómo barajaba paradojas,
el caos del orden invertido!
Pero no le alcanzó su virtuosismo
ni el vuelo de su poesía
para ayudar al maestro
cuando cayó de precipicio
angel desdentado
en la terquedad del suelo,
mundo mudo.
Lúdica
Después del puente no hay nadie
ni errancia n templo ni humedad.
Antes del puente hay fragmentos,
rayuelas tiranas que te obligan
a recorrer el mundo en una pata
hacia la meta entrecortada
fracasos e insistencias.
De
LAS NIÑAS DEL ESPEJO
Buenos Aires: Botella al Mar, 2006
SANGRE
La niña sangra y en hembra la transforman
y el juego se suspende sin pausa y sin aviso.
Despiertan sed sus nuevas humedades
y la arena es barro en sus manos aún torpes.
Los perros domésticos hociquean su sexo
intolerantes al disimulo de una sangre
que cambiará de color en cada parto.
Los ojos de la niña se espesaron
ya no ve ramos de transparencias en el aire.
MANDATO
Vas a parir muertos.
Vas a parir esclavos.
Arrancadas de cuajo las raíces
buscarás la luz del podio
y te despreciarás
y despreciada
seguirás juntando flores,
semillas de la pupila ajena.
EL SABOR DE LAS FRUTAS
Una palabra hubiese bastado para desnudamos
pero regurgitamos raíces secas
sonidos de metal oxidado
pura infecundidad.
Buscamos ciegos alguna irradiación humana
pieles porosas de un incesto primero
capullos de humedad, huesos leales
puro consuelo.
No entendimos el sabor de las frutas.
LA TRAICIÓN Y SU APELLIDO (PRIMERA VERSIÓN)
Concibe un niño, un hombre, una violencia.
Seca el sol su piel, sus coyunturas
y se marchita el rubor enrojecido
de esa boca huérfana de besos.
No la reclama ninguna fundación
no tiene herencia detrás de los sudores.
La sedición primera de su goce es un dolor
agudo, terrestre, acampanado.
No trama su voz ningún relato
está plena de ausencia.
Divinizada por los ciegos
en un altar un simbolismo:
insultan en su nombre su apellido.
CRONOLÓGICA
Demasiado mediodía ajeno hay en este rectangular calendario
Una cosecha solar de efemérides legadas
anegaciones de estrépitos triunfantes, sin victoria.
Demasiada muerte hay en los muertos de la patria
confundidos con la sal imperial de una tierra lejana
confundidos con la humedad mineral del sepulcro materno.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
De
CRUJIR EL HABLA
Buenos Aires: Botella al Mar, 2006
GESTO
Esse gesto me assusta por humano
por complexo de rosto e a cesura.
A melhor distração não tem luxos
quando vem como hoje outros escombros
mas a intimidade que te intimida é tua
e não truque nem ciúme que a guarde.
O perigo quiçá está no frágil
pequenas pedras que parecem astros
ramos torcidos que ilustram as alianças
vasos de agua que interpelam nossa sede
paisagens de beleza condensada.
ESPELHISMO
Há delírios tão intensos como o afadigar-se
de um sonámbulo obsessivo
que busca os olhos no rosto.
Também há-os sinuosos
desse que tocam a si mesmos
como se outros fossem
e extraviam as cartas
que já estavam perdidas.
O de hoje espelha na estridencia
de um trem próximo carregado de refens
sem memoria
recolhidos em plena luz do dia.
PULSO OUTONAL
Quando o outono treme na semente
e o amor transborda cada trilho
te atravessa a espalda um menino errante
que vai na direção do sol / sonho leve
a cicatriz de tua pele não tem urgências..
A FORTIORI
Saliva-me, saliva-te
sem colheita e plena de sementes
Ardor sem chamas / ardor umedecido.
INCLINAÇÕES DA FALA
Como me agradava essa destreza tua
para lançar palavras pela boca entreaberta,
enlouquecendo entre os dentes e cansado
como um imortal quando desperta.
Como me agradavam os indícios em teu corpo
quando afilavas a linguagem e a lançavas
como micróbio ou como machado lançado
sem voltear a ver o sangue
do ferido, o infectado
Como eu gostava da estridência de tuas mãos
quando escreviam sobre a infância e a beleza
como os santos ou os mudos
que cheiram a rosas.
De
LAS NIÑAS DEL ESPEJO
Buenos Aires: Botella al Mar, 2006
SANGUE
A menina sangra e em fêmea a transformaram
e o jogo se suspende sem pausa e sem aviso.
Provocam sede suas novas umidades
e a areia é barro em suas mãos ainda rudes.
Os cães domésticos farejam sem sexo
intolerantes ao dissimulo do sangue
que mudará de cor em cada parto.
Os olhos da menina se espessaram
já não vê vamos de transparências no ar.
MANDATO
Vais parir mortos.
Vais parir escravos.
Arrancadas pela raiz
buscarás a luz do pódio
e te desdenharás
seguirás juntando flores,
sementes da pupila alheia.
O SABOR DAS FRUTAS
Uma palavra seria suficiente para despir-nos
mas regurgitamos raízes secas
sons de metal oxidado
pura infecundidade.
Cegos buscamos alguma irradiação humana
peles porosas de um primeiro incesto
capulhos de umidade, ossos leais
puro consolo.
Não entendemos o sabor das frutas.
A TRAIÇÃO E SEU SOBRENOME (PRIMEIRA VERSÃO)
Concebe um menino, um homem, uma violência.
Seca o sol sua pele, suas conjunturas
e murcha o rubor avermelhado
dessa boca órfã de beijos.
Não a cogita nenhuma fundação
não tem herança detrás de seus suores.
A sedição primeira de seu gozo é uma dor
aguda, terrestre, de campanário.
Não trama sua voz nenhum relato
esta plena de ausência.
Divinizada pelos cegos
em altar de simbolismo;
insultam em seu nome seu sobrenome.
CRONOLÓGICA
Demasiado meio-dia alheio há neste calendário retangular.
Uma colheita solar de efemérides legadas
inundações de estrépitos triunfantes, sem vitória.
Demasiada morte há nos mortos da pátria
confundidos com o sal imperial de uma terra distante
confundidos com a umidade mineral do sepulcro materno.
Hera
Hera trepidante e só que trança / o inefável em cada garra
ata-me severa e compasiva / nesta cautelosa noite de rebanhos.
O modo hierático de teu abraço / o festejo da noite deste sonho
fincando-me a ânsia, o apetite / a cobiça silente de parir
uma ilha recortada / um arquipélago inteiro
onde as naves sempre truncam as marés
e as aves regurgitam as algaravias com os jargões de Babel todas
mescladas.
Bélica e cativa. Hera, seja minha mãe.
Ensina-me a melhor maneira de enlaçar-me comigo mesma.
A primeira pátria
Hoje me lembro do melhor lugar
na sombra da infância.
As folhas dessas árvores são as melhores
abrigam touros luminosos
que a tormenta não ensombrece.
Ventura do assombro
A Andy, toda vez
Sopro do amor que organiza o mundo.
Aqui estás na noite descosida,
tremendo-me, entranhável.
Menino garras de leão,
camelídeo que saboreia o ocaso.
Plural.
Itinerário
Esta tarde adiantada de emoções
fermenta a confiança do sangue
a agitação, os tropéis
Maravilhas.
O desejo incita / é estimulado
por tramas inocentes e bestiais
que ensaiam tua boca, as pestanas
o couro herege de tuas entrepernas.
Hoje tudo o mais é intermediário
equidistantes pontos de uma fuga
a rota inacreditável de um povoado que ninguém olha
quando o atravesso
ligeiramente seguro e sugestivo.
Limites da retórica
Era grandioso o se melhor discípulo
Como embaralhava paradoxos,
o caos da ordem invertido!
Mas não alcançou seu virtuosismo
nem o voo de sua poesia
para ajudar o mestre
quando caiu no precipício
cujo desdentado
emperramento do chão,
mundo mudo.
Lúdica
Depois da ponte não vem ninguém
nem errância nem tempo nem umidade
Antes da ponte existem fragmentos,
amarelinhas tiranas que te obrigam
a recorrer o mundo em um pé
até a meta entrecortada
de fracassos e insistências.
Página publicada em maio de 2009, ampliada e republicada em junho de 2014. Página ampliada em junho de 2021
|