Home
Sobre Antonio Miranda
Currículo Lattes
Grupo Renovación
Cuatro Tablas
Terra Brasilis
Em Destaque
Textos en Español
Xulio Formoso
Livro de Visitas
Colaboradores
Links Temáticos
Indique esta página
Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



Unn LIBRE

 

 

Editorial La Draga y el Dragón

Colección El Pulpo de la distancia

 

 

Curandero y fotografías

 

Enrique Hernández-D’Jesús

 

 

 

No. 31

 3 de octubre de 2011

 

 

 

 

Enrique MOLINA

 

HACIA UNA ISLA INCIERTA

 

 

                  Enrique Hernández-D’Jesús 

 

 

 

 

 

A partir de cero, los sueños de Topatumba y las olas vestidas ondulantes de la carne, viven en el desorden de los elementos de la noche. Enrique Molina, considerado como el último representante de una fecunda generación de la poesía argentina, trastocaba las formas bretonianas del surrealismo.

La revelación magnética de Enrique Molina se oculta en los amantes antípodas y las bellas furias que duermen en la tierra y el olvido: poeta del amor.

 

                                               Carlos Contramaestre

 

 

 

 

Todos los poetas están en el cielo. Enrique Molina subió siguiéndole los pasos a Javier Villafañe. De los más destacados poetas argentinos. Molina está considerado por Julio Ortega y Guillermo Sucre, como una de las voces mayores de América. En el año de 1978, Monte Ávila Editores publicó su Obra Poética. Las cosas y el delirio, Pasiones terrestres, Costumbres errantes o la redondez de la Tierra, Amantes antípodas, Las bellas furias, Fuego Libre, Monzón Napalm y algunos recientes e inéditos poemas componen este volumen que recoge la Obra Total... Obra extraña, sin progreso, es decir sin deterioro. Nace de la obsesión, de un “estado de furor” donde la comunicación se produce, no a través de conceptos, sino por la primacía de la imagen en sus varios y desvariantes efectos... en esta extraordinaria aventura de la expresión... Momento lúcido y difícil de la escritura cuando se unen en vértigo la intuición del autor y la matriz insondable del idioma. Vértigo, a su vez encadenado entre poesía y realidad, al que se refirió Octavio Paz: “la poesía de Molina, como un cuchillo, no describe, se hunde en la realidad”. En este ámbito la Tierra y la Mujer se hacen objetos de adoración; la Realidad y el Deseo conviven en un diálogo interminable; la naturaleza no es mágica, pero aparece como por arte de magia en un ojo que la exalta... Todos esos elementos se ven liberados del hábito del “subjetivismo”: Enrique Molina inauguró para ellos un lugar inédito dentro de la poesía argentina. De ahí también la importancia y el reconocimiento internacional de su obra...

Fue traductor junto a Oliverio Girondo de Una Temporada en el infierno de Rimbaud. Uno de sus últimos libros Hacia una isla incierta, fue merecedor del Premio de Poesía Pérez Bonalde, en el año de 1993.  Enrique Molina estuvo muy vinculado a nuestro poeta Juan Sánchez Peláez.

 

 

 

 

 

 

La última vez que hablé telefónicamente con el poeta, lo escuché con atención y me embargó una dulce pena en el alma, una dulce pena de ternura y una dulce pena de alegría.

La voz del poeta Molina comunica su permanente asombro, la mirada abierta. -Esa tierra, esas gentes, esas bestias, ese río es lo que amo. Allí está la raíz de mi corazón. Mi sangre ha bebido la savia de la comarca.- Su palabra se detiene en las Pasiones terrestres, y Las bellas furias crecen, viajan a lo más profundo, cerca del verdadero vacío. El Pájaro Hotel de Molina se mueve sin piedad en las torres de molinos, en la extensión absoluta cargada de experiencias y viajes inagotables, en barco con el atisbo de las ventanillas que van retratando las diferencias de intensidad, el desplazamiento donde -Los barcos fluviales llegaban movidos por enormes ruedas- El fondo de la pasión, de los sentidos, de la intemperie, del amargo esplendor de la percepción. El poeta viajó en las grandes naves de la utopía. Soñó con un paisaje sentido -Mi patria es de langostas una oceánica choza entre las islas que no he visto nunca- Armó el alfabeto Molina, la expresión, el diálogo lírico, el delirio surrealista. Habló de las flores y de la mujer hundiéndose en lo imaginario y en la realidad, bajo el hechizo de un animal de largas piernas, de la memoria insólita, creando imágenes, su palabra llena de vivencias, encuentros diferentes entre la tierra y la naturaleza erótica, del cuerpo sobre la arena arrebatado por el aire. Ese asombro del poeta argentino se ve en sus libros.

 

 

 

 

Molina tenía el valor suficiente para partir el sol. En Los Últimos Soles, Enrique Molina, nace de las aguas y nos habla en la segunda parte de su poema UNA EXPERIENCIA

...Sentí manos acariciantes

resbalar por mi cuerpo / o blancas piernas me enlazaron / en la piedad de su poder desierto. / Estuve ante los límites infranqueables / de la mujer, / en todas las discordias del corazón. / No sé dónde he estado.

         Molina lo dice en su texto De la ubicación de la mujer en la poesía de Neruda ...su capacidad de fascinación animal, todo, en su cultura / orgánica, más allá de las percepciones inmediatas y de las / corrientes de las Antillas que de ella nacen, constituye / en su carácter específico, una corriente erótica, / las bodas del sol y de la noche.

En Molina la forma del sol sigue su órbita, desencadena las contradicciones -Estuve al sol, con mi extraña condición, / en ciertas músicas, en aposentos. / Ignoro a qué poderes he servido, / no sé si mi vida fue de flor o de miedo.- Se mueve alrededor del cuerpo. Bajo el esplendor descubre rostros, máscaras, es su exceso, su rareza, su color. Juega con la misma suerte: sensaciones, movimientos, fuga, eternidad, clarividencia, curiosidad sin límites. -Algo responde siempre al ala que interroga, / a quien se inclina ante el graznido / de un ataúd. Todas las cosas se entreabren / un instante, te desgarran con dientes amados, / en un continente de amnesia, de promesas / en los paraísos de la catástrofe.-

El sol es un collage, ingredientes, sabores, armonías. El sol deja su color escarlata. Molina seguirá dando vueltas en el sol de la melancolía.

 



 

 

DESPUÉS DEL CIELO Enrique Molina

 

 

Ese sol que ella rige es el pan y la sopa,

con esmaltadas uñas rojas maneja el fuego de los

condimentos, deleites

de fatigados comensales al son de la tribu,

substancias nutritivas que huelen y humean.

Día a día

es fiel a su evangelio de moscas, a sus mandamientos

de carne asada, pescados fritos, papas hervidas, vinos,

el sexo abismal del agua y praderas doradas.

O quizás muda y solitaria yace bajo las fuentes,

con una dolorosa sonrisa,

cuando el oscuro viento del sueño sopla en su hornilla

al compás de la radio, premios de Concurso de Belleza,

estúpidas conversaciones de comadres entre cajones

de huevos.

Se oyen pasos y voces en la casa, se acercan y se

pierden

en el fondo de un cielo recubierto de cáscaras.

 

Por la ventana, en la cocina, a veces,

con un anillo de oro, un señor blanco y obsceno

-que no existe en el mundo-

le hace señas tan lejos y la invita a bailar bajo la

lluvia.

Y la música fluye

entre los ajíes y el sordo furor de la mostaza,

porque la vida es famélica y ella ignora a qué muerte

alimenta,

a qué insaciable hambre de payaso,

con su tortilla que se desvanece a la luz de un

relámpago.

 

La obedece también muebles, escobas, camisas;

las frustraciones cotidianas son polvo o caricias baldías;

su arte es suculento y fatal, arde en los huesos,

hace brillar el atún y los largos fideos

para el que ronca su súplica animal a lo largo de

la noche,

porque ella es la reina del hogar, de empapada lengua.

Es el orden

de la mujer, misterioso y monótono

desde el fondo de la dicha perdida.

 

 

LA ENSALADA DE LANGOSTA Y BACALAO DESPEJA LAS DUDAS DE LOS PASOS COMO ME ENSEÑÓ EL POETA ENRIQUE MOLINA

 

 

Mi patria es de langostas una oceánica choza entre las

islas que no he visto nunca

 

...Por sus propios labios suplicantes en la viña de los pulpos

                                  donde juegan los niños con una luz dulce y cruel

¡Oh bello hogar de perezosas hojas que abanican hasta

dejarme ciego!

Enrique Molina

 

Los pasos caminan sin limitaciones. Da un paso y pasa a la degustación de la ensalada. A través de la caída por unas islas que no hemos visto, la ensalada despeja las dudas de los pasos, y las hojas nos abanica hasta inventarnos otros ojos, esa mirada que sirve para seleccionar

 

Los ingredientes y la preparación:

 

Un buen trozo hervido de Langosta (300 gramos), Pimienta blanca, Albahaca, Lechuga criolla, 150 gramos de Pinoles, 100 gramos de Pasitas de Corinto sin semilla, 200 gramos de Bacalao desalado, hojas de Hierbabuena, Miel, Vinagre Balsámico.

Se corta en cuadritos el buen trozo hervido de langosta. Se sazona con un poco de pimienta blanca y de albahaca. Se extiende en una ensaladera que lleve como cama una sabana de lechuga criolla cortada finamente. Se agregan los piñones y las pasitas de Corinto sin semilla.

Se revuelve, y se agrega el bacalao desalado y curado en baño de María, cortado en triángulos. Estos compinches se mezclan con unas cuantas hojas de hierbabuena. Al final surge la miel diluida con un poco de vinagre balsámico. Vuelva a agitar. Una ensalada y un destino.

Se puede comer.

 

 

 

 

ME QUEDO ESTA NOCHE AQUÍ CON LAS Alcachofas RELLENAS PARA RESPONDER LA LLAMADA DEL SUEÑO

 

 

La noche se concierta en el mundo Cielo de la noche para el cielo despejado

Para el cielo nublado Para el cielo enamorado Jacques Cazotte escribió sobre El Diablo Enamorado Y la noche enamorada Y el anochecer Y el crepúsculo

 

Vigilia y Sombra como lo es para Vicente Gerbasi:

 

Las aves no vuelan en el cielo vuelan en el aire

 

La noche es el animal de costumbre, símbolo de las aguas

En la creencia de los Dragones un collar de Afganistán

joya superior

geometría de la oscuridad

 

Desde esa estancia, sumergida en

la noche más profunda, lo conocía ya todo, la había

penetrado, la llevaba en mí, la hacía vivir, con una

vida que no es la vida, pero que es más fuerte que

ella y que ninguna fuerza en el mundo podría

vencer.        

 

Maurice Blanchot

 

El camino hacia la noche por la escalera de caracol se aclara

La región alberga el sendero y lo humano

El poeta toma de las altas horas la arqueología de la lámpara El invierno La morada La lluvia Estaciona la estancia de la palabra Los búhos Los pescados voladores Se enciende el candelabro Se acecha el resplandor La estrella de la intimidad El sonido de la noche Y el tic tac del reloj

 

ALCACHOFAS RELLENAS PARA RESPONDER LA LLAMADA DEL SUEÑO

 

Los ingredientes:

 

4 Alcachofas, Jugo de Limón, Granos de Sal marina, 200 gramos de Hongos, 2 Zanahorias medianas en cuadritos, 1 Ajoporro, Perejil picado y Hierbabuena, pedacitos de Mero ahumado, Pimienta blanca, Vino blanco.

 

La preparación:

 

Corte las cuatro alcachofas por sus bases

al final de las últimas hojas

Sáqueles sutilmente del corazón la pelusilla

Rocíe con un pincel jugo de limón sobre las alcachofas

Las deja reposar por un rato

Se ponen a cocinar con agua y algunos granos de sal marina

Al entrar en el cuerpo de lo cocido

esta flor se saca del agua

Aparte se cortan los doscientos gramos de hongos

las zanahorias medianas en cuadritos

el ajoporro

el perejil picado y la hierbabuena

Se cocinan por diez minutos Se pasan por un colador

En un recipiente que pueda ir al horno

se extienden las alcachofas

y se rellenan con estos ingredientes

Encima de ellas se ponen pedacitos de mero ahumado

Una intención de pimienta blanca

y se bañan las cuatro alcachofas con vino blanco

                                               (dos copas)

Se mete al horno a 300 grados centígrados por veinte minutos

 

 

 


 

MENSAJE SECRETO/Enrique Molina

 

Hacia abajo en la oscura humedad de los helechos

que tal vez sea yo mismo o divinidades monótonas

desciendo

al antro de mi sexo

con la investidura de un cuerpo torturado por poderes

frenéticos presa de esas imágenes soñadas de mulatas de dientes crueles con las franjas fosforescentes de sus vientres y de sus espaldas las tiernas estranguladoras inclinadas sobre sus amantes para dejarles en la boca la fragancia de menta y de sal que emana de sus pechos en el oleaje

 

He ahí la misteriosa serpiente con la aureola de sus labios y su canto de profanación infinita el foco ávido donde flotan regiones de una blancura de relámpago

La serpiente de mirada de catástrofe la papisa del sol en su archipiélago de espejismos donde crea fantasmas carnales y suntuosos que se retuercen con caderas llenas de savia mujeres palpables y rápidas

cabelleras desplegadas para el lujo de un loco

 

Y mi sangre de príncipe animal heredero de una raza

de paroxismo

se filtra por esa grietas de abismo que recorren la

especie se irisa cuando un indolente demonio des-

pliega sus alas

y con un acto mágico con una sílaba de raíz arrancada

y de fronteras que se desvanecen toca mi corazón

para decirme que la tierra es errónea.

 

 

 

 

ALTA MAREA / ENRIQUE MOLINA

 

(fragmento)

 

 

Cuando un hombre y una mujer que se han amado

se separan

se yergue como una cobra de oro el canto ardiente

         del orgullo

la errónea maravilla de tus noches de amor

las constelaciones pasionales

los arrebatos de su indómito viaje sus risas a través

         de las piedras sus plegarias y cóleras

sus dramas de secretas lujurias enterradas

sus maquinaciones perversas las cacerías y disputas

el oscuro relámpago humano que aprisionó un ins-

         tante el furor de sus cuerpos con el lazo fulmíneo

         de las antípodas

los lechos a la deriva en el oleaje de gasa de los

         sueños

la mirada de pulpo de la memoria

los estremecimientos de una vieja leyenda cubierta

         de pronto con la palidez de la tristeza y todos los

         gestos del abandono

dos o tres libros y una camisa en la maleta

llueve y el tren desliza un espejo frenético por los

         rieles de la tormenta

el hotel da al mar

tanto sitio ilusorio tanto lugar de no llegar nunca

tanto trajín de gentes circulando con objetos inútiles

         o enfundadas en ropas polvorientas

pasan cementerios de pájaros

cabezas actitudes montañas alcoholes y contrabandos

         informes

cada noche cuando te desvestías

la sombra de tu cuerpo desnudo crecía sobre los muros

         hasta el techo

los enormes roperos crujían en las habitaciones inun-

         dadas

puertas desconocidas rostros vírgenes

los desastres imprecisos los deslumbramientos de la

         aventura

siempre a punto de partir

siempre esperando el desenlace

la cabeza sobre el tajo

el corazón hechizado por la amenaza tantálica del

         mundo

 

 

 




Topo da Página Voltar para a página Argentina Click aqui

 

 

 
 
 
Home Poetas de A a Z Indique este site Sobre A. Miranda Contato
counter create hit
Envie mensagem a webmaster@antoniomiranda.com.br sobre este site da Web.
Copyright © 2004 Antonio Miranda
 
Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Home Contato Página de música Click aqui para pesquisar