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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



Foto: Juvenildo B. Moreira

EDUARDO DALTER

Nasceu na Provincia de Buenos Aires em 1947. Uma figura impar, dedicada de corpo e alma à causa da poesia. Editor do Cuaderno Carmin de Poesía . Publicou muitos livros e poesia desde a estréia com Aviso de Empleo , em 1971. Os versos seguintes foram extraídos do livro N.Y. Postales para enviar a amigos ( Buenos Aires: Ediciones Poéticas del Nuevo Cántaro, 1999). Traduções de Antonio Miranda.

TEXTO EN ESPAÑOL y/e TEXTO EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda

 

 

DALTER, Eduardo. Dos cigarrillos para Eliot. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Del Nuevo Cántaro, 2015. E-Book. ISBN 978-987-22302-5-8


 

 

BARRIOS

 

Calles tristes del final

del viejo Este,

cuyo amargor flota en el aire

y lo exudan

lentamente las esquinas. Una

cervecería

con un rancio olor a pescado

y dos vecinos

que acodados sobre el largo

mostrador

beben entre suspiros y toses

sus cervezas.

Un hombre solo, en la puerta

de un edificio

de oficinas, bajo su camisa,

y encogido

de hombros, siente frío. Un

autobús,

que se dirige hacia el fondo

de la avenida,

entre casitas bajas, es otra

muestra

de lo mismo. No hay mucha

cuestión

para celebrar, parece, entre

estas calles,

donde la mirada de la gente

que cruza

refleja el estado del tiempo,

la niebla

y las noticias.

 

 

VIEJO CEMENTERIO

 

En el viejo cementerio de

Old Brompton,

de antiguas lápidas

carcomidas

por los soles y las lluvias,

algunas dibujadas

sin prisa por el moho,

se extiende

un camino por donde

los caminantes

apaciguan su momento

entre los árboles,

mientras los pájaros chistan

y revolotean

ocultos en lo alto de las

copas.

Todo está dicho, pareciera,

en el paisaje,

donde una parte oscura y

presentida

yace más allá del tiempo

y de los aires,

en tanto el sol ilumina

débilmente

la frágil brevedad de todo

lo que respira,

puja, arde, y olvida.

 

 

TEMA DE KENSINGTON

 

Un bosque se abre, con sus copas

que no dejan

ver el cielo, nublado ahora,

también

nublado ayer, y como de seguro

fue

hace cien años, o doscientos,

cuando

los inventos increíbles daban la

vuelta

al mundo y las arcas rebasaban

y el tiempo

era dorado y las colonias crecían

coloridas,

laboriosas y tranquilas...

Un bosque

se abre, con sus copas, donde

el viento

resuena a unas pocas calles de

donde

el viejo Ezra escribió alguna vez

sus versos

memorables, mientras soñaba

con la China,

con los poemas de John Donne

y con marcharse.

 

 

 

BAIRROS

Ruas tristes no final
do velho Este,
cujo amargor flutua no ar
e suam
lentamente as esquinas. Uma
cervejaria
com o cheiro ranço a pescado
e os vizinhos
que acotovelados sobre o longo
mostrador
bebem entre suspiros e tosse
suas cervejas.
Um homem sozinho, na porta
de um edifício
de escritórios, em sua camisa,
e encolhido
os ombros, sente frio. Um
ônibus,
que se dirige ao fundo
da avenida,
entre baixas casinhas, é outra
mostra
do mesmo. Não há muito
o que celebrar, parece, por
estas ruas,
onde o olhar da gente
que cruza
reflete o estado do tempo,
a névoa

e as notícias.



VELHO CEMITÉRIO

No velho cemitério de
Old Brompton,
de antigas lápides
carcomidas
pelos sois e as chuvas,
algumas desenhadas
sem pressa pelo bolor,
estende-se
um caminho por onde
os caminhantes
apaziguam seu instante
entre as árvores,
enquanto os pássaros fazem psiu
e avoaçam
ocultos no alto das
copas.
Tudo já foi dito, parece,
na paisagem,
onde uma parte escura e
pressentida
jaz bem além do tempo
e dos ares,
entretanto o sol ilumina
debilmente
a frágil brevidade de tudo
o que respira,
empurra, arde, e esquece.



TEMA DE KENSINGTON

 

 
 

Um bosque se abre, com suas copas
que não deixam
ver o sol, agora nublado,
também
nublado ontem, e como certamente
foi
há cem anos, ou duzentos,
quando
as invenções incríveis davam a
volta
ao mundo e as arcas extravasavam
e o tempo
era dourado e as colônias cresciam
coloridas,
laboriosas e tranquilas...
Um bosque
se abre, com suas copias, onde
o vento
ressoa a umas poucas ruas de
onde
o velho Ezra escreveu alguma vez
seus versos
memoráveis, enquanto sonhava
com a China,
com os poemas de John Donne
e com ir-se embora.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

De Marcha de los desocupados, 2002  


CERCANÍA DEL HARLEN



En esta plaza brumosa, raleada,
estoy solo con los pájaros
     — alas oscuras, casi quietos,
      chistar agudo —.
Pasa gente con aire distraído
y gesto triste,
      hamacando los hombros,
      mirando hacia los árboles.
Gente sola, de sino y ropas pobres.
Caracas o Guarenas parecieran estar
      a la vuelta,
pero no. Es éste el primer mundo,
      con sus caños oxidados
      que gotean
en el patio y en los techos
y con el dolor también
      (no digas que no)
     entre las vértebras.
Y el murmullo, sí,
que va poblando los instantes.

 

 

PÁJARO ABISMAL

 

Hay un pájaro de humo negro

que da la vuelta al mundo.

Y hay una planta aún más negra

que envilece el agua, el aire…

      y crece, crece.

Hay un pájaro de vuelo letal,

      pico letal,

con los virus y anticuerpos

      necesarios,

infundido ya, confundido ya,

que da la vuelta al mundo.

La polución del aire y la polución

del pensamiento. La polución

de la mirada y la polución

de la costumbre. La polución

del gen y la polución

      de las naciones.

Hay un pájaro de humo negro

que da la vuelta al mundo

 

 

ESCRITO EN LOS BORDES

Una desolación y una sed
que crepitan y fulguran
      en los ojos
y un momento que tapa
otro momento.

 

MACURO

 

Si fuego, viento, piedra,

         ódio, amor o agua

desvastaran estas calles,

desde las costas hasta la última

          iguana,

de nada serviría.

Cada roca, cada hoja,

          cada luz

volverían a su sitio

como ha sido desde siempre.

          Y esa es nuestra gloria;

también nuestra condena. 

 

 

 MAREAS

 

Luna, grave

luna, encima 

 

de los tejados

ya húmedos; 

 

y las calles solas,

solas, 

 

donde se va

esfumando  

 

la estela

de tu aliento  

 

a cada paso.

 

 

De estos vientos 

(Buenos Aires, 1984)

 

Nadie estuvo en sus ropas, en su patria, en sus raíces.
Un silencio de lobo avanzó y corcoveó por estas calles.
EI terror derribó puertas y espió por las mirillas.
Una conmoción de muerte, de la puerta para afuera
y de los ojos para adentro, nos exilió del otro
y fuimos gente sola, de mirada huidiza, en los rincones
como los hojas tristes que los vientos amontonan.
 

VI A MI PAÍS DOBLARSE ...  

Vi a mi país doblarse, contraerse,
                        de dolor y asfíxia
bajo un infecto mar de propaganda.
Las gentes desoladas querían creer
                               /en los destellos
y el país era una fiesta
             próxima
en el destino ligero y cibernético.
 Nadie imaginaba quedarse atrás
                                 en el revuelo
que había traspasado los límites
innecesarios y trágicos
de la cultura de aldea,
de la economía de aldea
                              y de una historia
                    pérfida y frustrante.
Los malheridos y contusos
y hasta insomnes y excluidos
—que todo renacer
                     trae consigo—
eran apartados de la escena
con la cansada arrogancia
de quien aparta un trasto
                      o algo ya molesto.
Vi doblarse y contraerse
                      de dolor y asfixia
a mi país
y vi los gestos
         desbocados de la absurdidad
                    y la inconsciencia.
 

 

 


O poeta Eduardo Dalter é homenageado especial na 26ª. Feira do Livro de Brasília, em reconhecimento por sua vasta e qualificada produção poética e crítica e pela divulgação da poesia brasileira na Argentina, com a revista Carmin de Poesía. Dalter em recital, dia 4/9/2007, em foto de Robson Corrêa de Araújo.

 

 

 

 

TEXTOS EM PORTUGUÊS

Tradução de Antonio Miranda

 

 

PROXIMIDADES DO HARLEN

 

 Nesta praça brumosa, rarefeita,
estou só com os pássaros
      — asas escuras, quase quietos,
      —assobiar agudo -.
Passa gente com jeito distraído
e gesto triste,
     balançando os ombros,
     olhando as árvores.
Gente solitária, de sina e roupas pobres.
Caracas ou Guarenas parecem estar
     ao dobrar a esquina,
mas não. Este é o primeiro mundo,
     com seus canos oxidados
     que gotejam
no pátio e nos tetos
e com a dor também
     (não diga que não)
     entre as vértebras.
E o murmúrio, sim,
que vai povoando os instantes

 

 

PÁSSARO ABISSAL

 

Há um pássaro de vapor negro
que da a volta ao mundo.
E há uma planta ainda mais negra
que envilece a água, o ar…
      e cresce, cresce.
Há um pássaro de vôo letal,
      bico letal,
com os vírus e anticorpos
      necessários,
infundido já, confundido já,
que dá a volta ao mundo.
A poluição do ar e a poluição
do pensamento. A poluição
da mirada e a poluição
dos costumes. A poluição
do gene e a poluição
      das nações.

Há um pássaro de vapor negro
que dá a volta ao mundo.

 

 

 ESCRITO NAS BORDAS


Uma desolação e uma sede
que crepitam e fulguram
      nos olhos
e um momento que tampa
outro momento.

 

 

MACURO

 

Se fogo, vento, pedra,

         ódio, amor ou água

devastassem estas ruas,

desde a costa até o último

          iguana,

de nada serviria.

Cada rocha, cada folha,

          cada luz

voltaria ao seu lugar

como foi desde sempre.

          E essa é a nossa glória;

também a nossa pena. 

 

MAREAS

 

Lua, grave

lua, em cima

 

dos telhados

já úmidos;

 

e as ruas sozinhas,

sozinhas,

 

onde vai se

dissipando

 

o rastro

de teu alento

 

a cada passo.  

 

 

De estos vientos

(Buenos Aires, 1984)

 

Ninguém esteve em seus trajes, em sua pátria, em suas raízes.

Um silêncio de lobo avançou e corcovou pelas ruas.

O terror derrubou portas e espiou pelas frestas.

Uma comoção de morte, da porta pra fora

e dos olhos pra dentro, nos exilou do outro

e fomos gente sozinha, de olhar fugidio, nos cantos
como folhas tristes que os ventos amontoam.

 

 

 VEJO MEU PAÍS CURVAR-SE

 

Vi meu país curvar-se, contrair-se,

                           de dor e asfixia

sob um infecto mar de propaganda.

A gente desolada queria acreditar

                          nos resplendores

e o país era uma festa

      próxima

no destino ligeiro e cibernético.

Ninguém imaginava ficar pra trás

                                   na revoada

que havia ultrapassado os limites

desnecessários e trágicos

da cultura de aldeia,

da economia de aldeia,

e de uma história

                        pérfida e frustrante.

Os malferidos e contundidos

e até insones e excluídos

— que todo renascer

                            traz consigo —

eram afastados da cena

com a cansada arrogância

de quem afasta um traste

                ou algo que incomoda.

Vi curvar-se e contrair-se

                  de dor e asfixia

meu país

e vi os gestos

        desbocados da absurdidade

         e a inconsciência.

 

De Marcha de los desocupados Buenos Aires, 2002

 


Nota do tradutor: esta seção mostra fotos expressivas de Eduardo Dalter e Antonio Miranda tomadas por Juvenildo Barbosa Moreira num bar de San Telmo, Buenos Aires, onde estivemos reunidos no dia 2 de agosto de 2005, naquela atmosfera de poesia que circunda sempre o personagem. Na ocasião, o poeta ofertou-me seus dois mais recentes títulos: Mareas (Buenos Aires: Ediciones del Cântaro, 1997) e Macuro (Buenos Aires: Ediciones del Nuevo Cântaro, 2005), este último inspirado em sua estada no interior da Venezuela, país por onde andamos em nossa juventude.A.M.


DALTER, Eduardo.  Bocas baldias (2000 – 2001). Dibujo de portada: Myra Landau.  Buenos Aires: Ediciones del Nuevo Cántaro, 2001.   37 p.  14 x   21 cm.                     Ex. bibl. Antonio Miranda

 


                  
Andén

             
Un hueco, un vacío
                            de tormenta
                      en las miradas,
               en la voz, las voces,
                           y un desierto
               precario
                      en la espera.

***


                    Con agua de lluvia,
                            pasos, piedras,
                      se hacen y deshacen
                            bajo el viento
                      los caminos.
                      Con agua
                            de arroyo
                      —maderas, botellas
                            plásticas, barro
                      sobre barro,
                           perros muertos—
                      se hacen las horas
                           inundadas,
                      que el tiempo
                           torrentoso
                       va llevando.

 

***

                        No hay olvido;
                             nadie
                        por aquí olvidó nada;
                             ni hay recuerdo
                        que no sea
                             deportivo
                        o familiar o vecinal;
                              nadie
                        lamenta haber
                              perdido
                        nada que no esté
                              perdiendo ahora;
                        ni olvido ni recuerdo
                        ni algo que se respire
                             diferente
                        acaso más basura
                             entre
                        la misma maleza
                             de otros años
                        (que fueron resultando
                             parecidos);
                        más techos
                             de chapa, sí,
                        ahora plástica,
                             que llegan
                        hasta el fondo;
                             una changa
                        y otra, en tiempo
                             bueno;
                        ni olvido ni recuerdo;
                        ésta es la vida,
                             digamos;
                        esta es la historia.

 

             Contenido

             
Arcos de los palos
              Una botella rota
              Andén
              Con agua de lluvia
              Ese hombre inclinado
              Resuena, sube la música
              El amor por aquí
              Un ojo desorbitado
              Rueda de vino
              No hay olvido
              Un corte en la cara
              Dios por acá
              Arden siete gomas
              Baba del diablo.

 

 

TRADUÇÕES DE
ANTONIO MIRANDA:

 

              Plataforma

             
Um oco, um vazio
                            de tormenta
                      nas miradas,
               na voz, nas vozes,
                           e um deserto
               precário
                      na espera.

 

***


                    Com água de chuva,
                            passos, pedras,
                      se fazem e desfazem
                            no vento
                      os caminhos.
                      Com água
                            de riacho
                      —madeiras, garrafas
                            plásticas, barro
                      sobre barro,
                           cães mortos—
                      se formam as horas
                           inundadas,
                      que o tempo
                           tormentoso
                       vai levando.

 

***

                       Sem esquecimento;
                             ninguém
                        por aqui não esqueceu nada;
                             nem existe lembrança
                        que não seja
                             desportiva
                        ou familiar ou de vizinhança;
                              ninguém
                        lamenta haver
                              perdido
                        nada que não esteja
                              perdendo agora;
                        nem esquecimento nem lembrança
                        ne algo que se respire
                             diferente
                        por acaso mais lixo
                             entre
                        o mesmo mato
                             de outros anos
                        (que foram resultando
                             parecidos);
                        mais tetos
                             de alumínio, sim,
                        agora plástica,
                             que chegam
                        até o fundo;
                             una carga
                        e outra, e, tiempo
                             bom;
                        ne olvido nem lembrança;
                        assim é a vida,
                             digamos;
                        esta é a hisóoria.

 

             Conteúdo

             
Arcos de paus
              Uma garrafa rompida
              Plataforma
              Com água de chuva
              Esse home, reclinado
              Ressoa, sobe a música
              O amor por aqui
              Um olho desorbitado
              Rodada de vinho
              Não h olvido
              Um corte na cara
              Deus por aqui
              Ardem sete gomas
              Baba do diabo.

 


DALTER, Eduardo.  Bocas baldias (2000 – 2001). Dibujo de portada: Myra Landau.  Buenos Aires: Ediciones del Nuevo Cántaro, 2001.   37 p.  14 x   21 cm.                     Ex. bibl. Antonio Miranda

 


                  
Andén

             
Un hueco, un vacío
                            de tormenta
                      en las miradas,
               en la voz, las voces,
                           y un desierto
               precario
                      en la espera.

***


                    Con agua de lluvia,
                            pasos, piedras,
                      se hacen y deshacen
                            bajo el viento
                      los caminos.
                      Con agua
                            de arroyo
                      —maderas, botellas
                            plásticas, barro
                      sobre barro,
                           perros muertos—
                      se hacen las horas
                           inundadas,
                      que el tiempo
                           torrentoso
                       va llevando.

 

***

                        No hay olvido;
                             nadie
                        por aquí olvidó nada;
                             ni hay recuerdo
                        que no sea
                             deportivo
                        o familiar o vecinal;
                              nadie
                        lamenta haber
                              perdido
                        nada que no esté
                              perdiendo ahora;
                        ni olvido ni recuerdo
                        ni algo que se respire
                             diferente
                        acaso más basura
                             entre
                        la misma maleza
                             de otros años
                        (que fueron resultando
                             parecidos);
                        más techos
                             de chapa, sí,
                        ahora plástica,
                             que llegan
                        hasta el fondo;
                             una changa
                        y otra, en tiempo
                             bueno;
                        ni olvido ni recuerdo;
                        ésta es la vida,
                             digamos;
                        esta es la historia.


 

 

             Contenido

             
Arcos de los palos
              Una botella rota
              Andén
              Con agua de lluvia
              Ese hombre inclinado
              Resuena, sube la música
              El amor por aquí
              Un ojo desorbitado
              Rueda de vino
              No hay olvido
              Un corte en la cara
              Dios por acá
              Arden siete gomas
              Baba del diablo.

 

 

TRADUÇÕES DE
ANTONIO MIRANDA:

 

              Plataforma

             
Um oco, um vazio
                            de tormenta
                      nas miradas,
               na voz, nas vozes,
                           e um deserto
               precário
                      na espera.

 

***


                    Com água de chuva,
                            passos, pedras,
                      se fazem e desfazem
                            no vento
                      os caminhos.
                      Com água
                            de riacho
                      —madeiras, garrafas
                            plásticas, barro
                      sobre barro,
                           cães mortos—
                      se formam as horas
                           inundadas,
                      que o tempo
                           tormentoso
                       vai levando.

 

***

                       Sem esquecimento;
                             ninguém
                        por aqui não esqueceu nada;
                             nem existe lembrança
                        que não seja
                             desportiva
                        ou familiar ou de vizinhança;
                              ninguém
                        lamenta haver
                              perdido
                        nada que não esteja
                              perdendo agora;
                        nem esquecimento nem lembrança
                        ne algo que se respire
                             diferente
                        por acaso mais lixo
                             entre
                        o mesmo mato
                             de outros anos
                        (que foram resultando
                             parecidos);
                        mais tetos
                             de alumínio, sim,
                        agora plástica,
                             que chegam
                        até o fundo;
                             una carga
                        e outra, e, tiempo
                             bom;
                        ne olvido nem lembrança;
                        assim é a vida,
                             digamos;
                        esta é a história.

 

             Conteúdo

             
Arcos de paus
              Uma garrafa rompida
              Plataforma
              Com água de chuva
              Esse home, reclinado
              Ressoa, sobe a música
              O amor por aqui
              Um olho desorbitado
              Rodada de vinho
              Não h olvido
              Um corte na cara
              Deus por aqui
              Ardem sete gomas
              Baba do diabo.

 

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Página ampliada e republicada em outubro de 2022

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Página ampliada e republicada em outubro de 2022

 

 

London Postcard, Poem by Eduardo Dalter

Vea el videopoema en el Youtube… clicar aqui.

https://www.youtube.com/watch?v=V3YynRBvi5I&feature=youtube_gdata

 

 


 

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