¿TU PAÍS ESTÁ FELIZ?
Ruben Rega.
Casi con signo de interrogación, en una segunda lectura, de su tercera reposición, el inquieto Rajatabla, restaura con gran acierto el estupendo montaje creado por Carlos Giménez hace unos treinta y cinco años. Aún fresco y lozano el poético texto de Antonio Miranda y la música de Xulio Formoso, volvieron a encender la pasión de presenciar una puesta en escena de teatro purista, creativa, enmarcada dentro de una escenografía minimalista, un collage de periódicos denota de una manera irónica, incisiva, acusadora, lo que ocurre en su mundo y varios cubos que participan interactivamente, remarcan los momentos de una lucha rebelde, acusadora, implacable, que denuncia la sociedad en que viven esos jóvenes, cuestionando la falta de libertad, a través de un collage de canciones que exponen el entorno político y social que les tocó vivir.
El backing de periódicos y los cubos remarcan los importantes momentos de insurrección que los jóvenes, golpeando a veces con ironía, otras con pasión juvenil, manifiestan la falta de libertad que los aprisiona, de ese mundo que los fustiga. Ellos responden delatando con valentía inquisidora, y ayudados por el empuje de su avasallante juventud, la decadente sociedad impositiva y corrupta que los rodea.
La denuncia de los hechos sociales, no decae en ningún momento, pero también existe una ternura que emociona e intenta esconderse, una pura desnudez de cuerpos, despojados de todo ornamento que reclaman momentos de paz y amor, con una sociedad, más equilibrada, más justa. Hostigan sin piedad, ni descanso al poder dictatorial que los oprime, dentro de una red limitadora de sus rebeldes acciones, ante un país que parece no escucharlos, pero ellos continúan demostrando con sus protestas, la injusticia de personas que no ven, no oyen, no hablan, no escuchan, no apoyan sus cantos de pasión y libertad que parecen preguntarse y preguntarnos con ironía, si verdaderamente, el país y por qué no, el planeta en que vivimos, está feliz?
Una apretada y ruidosa ovación final, sí, parece apoyar sus cantos, ante un universo injusto y sordo que los oprime, los limita, los encierra, y no tolera sus arrebatos contestatarios que claman, protestan, gritan, enarbolando blancas y nuevas banderas justicieras, para continuar creyendo en los días de un porvenir que aún les queda por vivir.
Los jóvenes intérpretes Gabriel Agüero, Elvis Chaveinte, Carolina Gentile, Rossana Hernández, Indira Jiménez, Rafael Marrero, Jean Carlos Rodríguez y Jesús Vieira, con gran seguridad y presencia escénica aportan el talento de sus impostadas y seguras voces en los textos del poeta, musicalizados por Formoso, con el apoyo de los repositores a la puesta en escena de Giménez, Juan Pagés, Francisco Alfaro y el director repositor José Domínguez, enmarcado con la luz, a veces cruda, otras tenue y siempre precisa de David Blanco, quien apresó las enseñanzas de Giménez y expone con su propia creatividad el marco justo, para narrar este canto poético de insurrección que aún mantiene la creativa y brillante originalidad y vigencia de un Maestro.
Setiembre 2006
Ruben Rega.
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