Dentro y fuera son opuestos irreconciliables
(o no) de la condición humana
en el fondo, todo beato es un sacrílego
todo moralista es un pervertido
todo honesto es un corrupto en la víspera.
Nelson Rodríguez era un moralista de guardia
un inveterado conservador
en La vida como ella es
observando beatas onanistas
pervertidos purificándose por el pecado
- de ahí el maniqueísmo cristiano.
De honesto a deshonesto
apenas la oportunidad intermedia.
Aceptaría excepciones, naturalmente:
los fanáticos serían unos radicales alienados
los locos serían los más puros y coherentes.
Veía viejos velando cadáveres violados
veía padres desvirgando a sus hijas
veía jueces practicando crímenes hediondos
y criminales como fervorosos creyentes.
Siete pecados capitales no bastan
para abarcar las debilidades humanas
Acuérdense de las pijas voladoras
en las paredes de la letrina
en la escena de Los siete gatitos :
grafiti de suenos y deseos.
Acuérdense de las veces que matamos
con la intención
y de nuestro placer
con exterminios y torturas.
En el fondo – cierto – somos
todos unos canallas
- sólo que pocos lo asumen:
estos serían los mejores.
Muertos, seremos todos iguales.
Vivos, todavía más.
?No fue Rui Castro quien llamó
a Nelson Rodríguez Ángel Pornográfico ?
Yo, en tanto, creo
asimismo que era un santo.