ROBERTO IBAÑEZ
Roberto Ibáñez (Montevideo, 1907 - 28 de agosto de 1978) fue un poeta, crítico literario, ensayista y docente uruguayo. También fue director del Instituto Nacional de Investigaciones y Archivos Literarios de Montevideo, que fundó en 1947, y profesor de literatura en la enseñanza secundaria. Estuvo casado con la también poetisa Sara de Ibáñez.
libros de poesía: (1925) Olas...; (1927) La danza de los horizontes, poemas de la eternidad, de cielo y de playa.; (1939) Mitología de la sangre.; (1961) La frontera.; (1967) La frontera y otras moradas.
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
ELEGÍA POR LOS AHOGADOS QUE RETORNAN
Los ahogados descienden con los ojos lejanos,
bloqueada de silencios sensitivos la voz.
Emigran a una fría primavera de peces.
Zodíacos de luna coagulan su candor.
Sus sombras desprendidas sobre la olas velan
embridadas de sol:
temblorosos tatuajes, archipiélagos niños,
sigilan en la espuma su desdeñado adiós
Prófugos de riberas, em el agua infinita,
los ahogados descienden con la boca sin sed.
Bajo el mentón aprietan estalados violines.
Lunas de gelatina lamen su desnudez.
¡Ah, si abrieran los labios que les soldó la muerte
con su estéril pezón!
Una sonrisa blanca em su espanto izaría
la cuajada paloma que les veda la voz.
En sus axilas yertas un pez azul desova
y una estrella marina les indaga la piel.
¡Ah, si abrieran los pápados, tercas valvas, podr~ian
las pserlas dissidentes de sus ojos nacer!
Tubrias llamas finíssimas sus cabellos se yerguen
com una empecinada tristeza vegetal.
Un fondeado relámpago de silencio verdece,
Los llama a sus violentas vendimias el coral.
Albos paracaídas las medusas sueltan.
Espejos entreabiertos minan su soledad.
¡Y los ahogados giran, nadadores sonámbulos
pescadores extáticos de una perla fatal!
Despiertan los ahogados. Despiertan y sonríen.
Posteridad de lírios, su sonrisa lunar.
Decapitados cisnes tripulan los más pálidos.
Dóciles peces llevan sobre el hombro glacial.
La infancia submarina de sus ojos empieza,
de pie bajos aguas, con máscaras de sal.
Ahogados ruiseñores escuchan los ahogados,
felices en su adulta, perfecta navidad.
Criaturas libertadas, sin sangre y sin memoria,
cursan las descendidas intemperies del mar.
Astrónomos de quillas, un día o una noche,
cruel y definitivo les pesa el corazón.
Y hacia la luz inútil los despide, imperiosa
dinamita de sol.
¡Ay, los ahogados lloran un llanto sumergido,
invisible sy tenaz!
Y suben, con las manos sin destino, crispadas
en la vertiginosa cabellera del mar.
El ángel de las aguas ordena su retorno.
Las algas estrangulan un serpentino adiós.
¡Y buscan los ahogados las tierras desistidas
para morder a solas su trágico terrón.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda
ELEGIA PELOS AFOGADOS QUE RETORNAM
Os afogados descem com os olhos distantes,
bloqueada a voz por silêncios sensitivos.
Emigram a uma fria primavera de peixes
Zodíacos de lua coagulam seu candor.
Suas sombras desprendidas sobre as ondas velam,
embriagadas de sol:
trêmulas tatuagens, arquipélagos infantes,
sigilam na espuma seu desdenhado adeus.
Prófugos de ribeira, na água infinita,
os afogados descem com a boca sem sede.
Sob o queixo apertam estourados violinos.
Luas de gelatina lambem sua nudez.
Ah, se abrissem os olhos que a morte soldou
com seu estéril bico!
Um sorriso branco em seu espanto içaria
o coalhado pombo que lhes veda a voz.
Em suas axilas tesas um peixe azul desova
e uma estrela marinha indaga sua pele.
Ah, se abrissem as pupilas, teimosas válvulas, poderiam
as pérolas dissidentes de seus olhos nascerem!
Turvas chamas finíssimas seus cabelos se erguem
com uma teimosa tristeza vegetal.
Um fundeado relâmpago de silêncio enverdece.
Chama-os às suas violentas vindimas o coral.
Alvos paraquedas as medusas soltam.
Espelhos entreabertos minam a soledade.
E os afogados giram, nadadores sonâmbulos,
pescadores extáticos de uma pérola fatal!
Despertam os afogados. Despertam e sorriem.
Posteridade de lírios, seu sorriso lunar.
Decapitados cisnes tripulam os mais pálidos.
Dóceis peixes leva sobre o ombro glacial.
A infância submarina de seus olhos começa,
de pé dentro d´água, com máscaras de sal.
Afogados rouxinóis escutam os afogados,
felizes em sua adulta, perfeito natal.
Criaturas libertadas, sem sangue e sem memória,
cursam as descidas intempéries do mar.
Astrônomos de quilhas, um dia ou uma noite,
cruel e definitivo pesa-lhes o coração.
E para a luz inútil despede-os, imperiosa
dinamite de sol.
Ai, os afogados choram um pranto submerso,
invisível e tenaz!
E sobem, com as mãos sem destino, encrespadas
na vertiginosa cabeleira do mar.
O anjo das águas ordena seu regresso.
As algas estrangulam um serpentino adeus.
E buscam os afogados as terras desistidas
para morder sozinhos seu trágico torrão.
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Página publicada em junho de 2017