| FÉLIX PAREDES Poeta anarquista republicano español,  encarcelado durante la Guerra Civil en la Prisión Central de San Miguel de los  Reyes.  Publicó el libro de versos  satíricos, Profesor de traiciones.  Colaboró permanentemente en el periódico anarquista, Fragua Social.   TEXTOS  EN ESPAÑOL  -  TEXTOS EM PORTUGUÊS   ANTOLOGÍA ANARQUISTA   poesía / siglo XX …/  Selección, prólogo & reseña  de Omar Ardila.  Bogotá: Un Gato Negro  Editores, 2013.  200 p.  ISBN 978-958-46-2490-1.    14 x 21 cm.   Ex. bibl. Antonio Miranda.                                                       CLAMOR Más bombas sobre Madrid:bombas, en nombre de Cristo,
 sobre las tierras de España
 que baten al enemigo.
 Más bombas de criminales
 para mujeres y niños.
 Más muralla y más terror.
 ¡Asesinos, asesinos!
 Tripulan aviones negros,
 negros como su cinismo.
 Pajarracos de la Muerte,
 buscan destrucción de nidos.
 El incendio por doquier,
 por doquier el extermínio.
 ¡Asesinos! — clama Espana.
 Y el Universo: ¡Asesinos!
 
 
 ENCARNACIÓN JIMÉNEZ Encarnación te llamastey encarnaban tu Destino
 como pago a tus virtudes
 fuziles de cinco tiros.
 En el Consejo de guerra
 se te culpó de un delito
 que no perdonan jamás
 los que interpretan al Cristo:
 haber lavado la ropa
 de milicianos heridos.
 Con frases afirmativas
 los Evangelios han dicho
 que Myriam de Nazareth
 pañales lavó del Hijo.
 Ellos creen en esas cosas,
 pero al hallarte en el río
 un Tribunal te formaron
 y la tumba fue contigo.
 Encarnación, lavandera
 sin edad y si ludibrio,
 lavandera cuyos brazos
 eran expresión de trinos
 entre espumas de jabones
 y maternales diliquios
 sobre las ropas leales
 de tus invencibles chicos:
 nosotros, todos nosotros,
 ante tí nos descubrimos,
 y cada clavel sangrento
 que encontraste en los trapillos
 —heridas de la descargas
 que ametrallaron sis tino—
 nos ha llegado claveles
 cinco veces florecidos:
 un aroma de explosiones
 una flor por cada tiro.
 ¡Pobre Encarnación Jiménez!
 Tus sienes han conocido
 la blasfemia en que se amparan
 los crímenes del fascismo.
   UN SORBO DE EMOCIÓN Todos los balines saltande dos soldados en torno.
 Dialogan entre zumbidos
 y se les oye muy poco.
 ¿Quién eres? No te conosco.
 —Soy un enemigo tuyo
 y luché contra vosotros.
 —Te voy a poner ahora
 un vendajillo a mi modo
 con los cachos que me queden
 del uniforme: uno solo
 que basta para vendarte
 tal como me lo proponho
 —Aguarda, ten más cordura
 aguarda y no seas loco:
 te repito que no soy
 tu amigo, sino lo outro.
 —No te agites.
 —Es que yo..
 —Móntate sobre mis hombros;
 te dejará como nuevo
 nuestro médico. Y no corro
 porque, de correr, tu grieta
 se haría un ojal más hondo.
 —Tú no debes ser quizá
 conmigo tan generoso.
 (Confidencial!) Soy fascista!
 El outro, a gritos: “¡Yo rojo”!
 
   TEXTOS EM PORTUGUÊSTradução de Antonio Miranda
   CLAMOR Mais bombas sobre Madrí:bombas, em nome de Cristo,
 sobre as terras de Espanha
 que perseguem o inimigo.
 Mais bombas de criminosos
 contra mulheres e crianças.
 Mais muralha e mais terror.
 Assassinos, assassinos!
 Tripulam aviões negros,
 negros como o seu cinismo.
 Granadas da Morte,
 buscam destruição de ninhos.
 O incêndio por toda parte,
 por toda parte o extermínio.
 Assassinos! — clama Espana.
 E o Universo: Assassinos!
 
   ENCARNACIÓN JIMÉNEZ Encarnación era teu nomee encanavam teu Destino
 como pagamento por tuas virtudes
 fuzis de cinco tiros.
 No Conselho de guerra
 culparam-te por um delito
 que não perdoam jamais
 os que mal o Cristo:
 haver lavado a roupa
 de milicianos feridos.
 Com frases afirmativas
 os Evangelhos disseram
 que Myriam de Nazareth
 fraldas lavou de seu Filho.
 Eles acreditam nessas coisas,
 mas ao encontrar-te no rio
 em um Tribunal te julgaram
 e o túmulo foi contigo.
 Encarnación, lavadeira
 sem idade e sem ludibrio,
 lavandeira cujos braços
 eram a expressão de gorjeios
 entre espumas de sabão
 e maternais dilíquios
 sobre as roupas leais
 de teus invencíveis meninos:
 nós, todos nós,
 ante ti nos descobrimos,
 e cada cravo sangrento
 que encontraste nos trapos
 —feridas pelas descargas
 que ametralharam sem tino—
 nos ha chegaram cravos
 cinco veces florescidos:
 um aroma de explosões
 uma flor por cada tiro.
 Pobre Encarnación Jiménez!
 Tuas têmporas conheceram
 a blasfêmia em que se sustentam
 os crimes do fascismo.
   UM SORVO DE EMOÇÃO Todos as balias saemde dois soldados próximos.
 Dialogam entre zumbidos
 e os ouvimos bem pouco.
 ¿Quem és? No te conheço.
 —Sou um inimigos teu
 e lutei contra vocês.
 —Vou colocar em ti agora
 uma venda do meu jeito
 com os retalhos que me restam
 do uniforme: um apenas
 que basta para vedar-te
 tal como me disponho
 —Aguarda, tenha mais juízo
 espera e não sejas louco:
 eu te repito que no sou
 teu amigo, mas o outro.
 —Não te precipites.
 —É que eu..
 —Sobe nos meus ombros;
 te deixará como novo
 nosso médico. E não corro
 porque, se correr, te fere
 faria uma fenda mais funda.
 —Tu não deves ser talvez
 comigo tão generoso.
 (Confidencial!) Sou fascista!
 O outro, a gritos: “Eu, vermelho”!
 
     Página publicada em dezembro  de 2018                                                                                                                               
 |