POESÍA ESPAÑOLA
Coordinación: Aurora Cuevas Cerveró
ANA MARÍA ROMERO YEBRA
ANA MARÍA ROMERO YEBRA es madrileña y reside desde 1981 en Almería, donde ejerce como maestra en el Colegio Público «El Puche». Ha sido ponente en Jornadas, Encuentros y Congresos relacionados con la Literatura Infantil, así como en Talleres de Poesía y Jomadas Culturales. Cultiva la Literatura Infantil tanto en poesía como en cuento. Tiene publicados siete libros para niños y un par de títulos en prensa.
Colabora asiduamente con la prensa, la radio y la TV alménense.
Desde marzo de 1995 es Presidenta del Ateneo de Almería.
Su labor poética cuenta con los siguientes poemarios: Entero para mí, Gráficas Almería, 1984; Isla de Bretema, Colee. Torremozas, n.° 21, Madrid, 1985; Cantos de arcilla, Colee. Ángaro, Sevilla, 1991; Horario de la hondura, Colee. Torremozas, n.° 79, Madrid, 1991; Mirando escaparates, Excma. Diputación Provincial de Guadalajara, 1995 (Premio de Poesía «José Antonio Ochaíta 1994»).
Ha publicado también varias «plaquettes» y tiene obra incluida en varias antologías tanto de poesía infantil como de adultos.
ROMERO YEBRA, Ana María. El llanto de Penélope. Madrid: Ediciones Torremozas, 1998. 62 p. (Colección Torremozas, 135). Ex. bibl. Antonio Miranda
TERCERA LÁGRIMA
Dos perros por la playa juguetean
embebidos de azul. Comienza el día
su rebullir gozoso.
Se encuentran. Se recortan. Se desunen.
Sirven de contraluz al sol que nace
con el loco vaivén de sus figuras.
De pronto quedan quietos como rocas
heridas de silencio, contemplando
el mar y la mañana que se estrenan.
Fieles observadores del prodigio.
¿Acaso captan ellos la hermosura
del agua que va y vuelve hasta la orilla?
¿El limpísimo aroma
de estas horas intactas con que se abre
el dolor de tu ausencia?
¿Pueden quedar absortos en el vuelo
elegante y feliz de las gaviotas
que no saben, amor, de tu partida?
¿Conocen la ternura y el sosiego
que las olas engarzan a los ojos?
¿Y son tan sólo perros
si pueden disfrutar estos instantes
y el tiempo detener para vivirlos?
Mirando al mar los veo.
Juntos. Callados. Quietos en la arena.
Igual que dos esfinges que esperaran
lo mismo que tu esposa, tu regreso.
TERCEIRA LÁGRIMA
Dois cães brincam pela praia
mergulhados no azul. Começa o dia
seu remexer gozoso.
Encontram-se. Se encostam. Se separam.
Servem de contraluz ao sol que nasce
com o louco vai-e-vem de suas figuras.
De repente ficam quietos como rochas
feridas de silêncio, contemplando
o mar e a manhã que estreiam.
Acaso captam a beleza
da água que vai e volta até a margem?
O aroma puríssimo
destas horas intactas com que se abre
a dor de tua ausência.
Podem ficar alheios ao voo indiferente
elegante e feliz das gaivotas
que não sabem, amor, de tua partida?
Conhecem a ternura e o sossego
em que as ondas esgarçam os olhos?
E são apenas cães
Que podem desfrutar estes instantes
e o tempo deter para vivê-lo?
Olhando o mar os diviso.
Juntos. Silenciosos. Quietos na areia
Tal qual esfinges que esperaram
como tua esposa, teu regresso.
QUINTA LÁGRIMA
Me llama el mar
y voy hacia su encuentro.
Su voz azul y nueva me reclama.
Me hace llegar a él, como al amante
que colmara mi cuerpo cada día.
¿Qué extraño sortilegio me convoca
a gozar de su luz y su belleza?
¿Qué me incita a buscar siempre su aliento
a sumergirse en él, a penetrarle
a descubrir repliegues y texturas
ea el rotundo añil de sus abismos?
¿Por qué me invade el mar? ¿Por qué me anega?
¿Por qué baten sus olas en mis sienes
y quiero fecundarme con su espuma?
¿Por qué traigo guijarros de la playa
que él ha vuelto redondos y brillantes
con fresquísima lengua persistente?
¿Por qué tengo un collar de caracolas
y recojo las conchas de la orilla?
¿Qué significa el canto que modulo
cuando me siento ungida por sus aguas?
Quisiera, en otra vida, ser sirena
y que Ulises me escuche en el Egeo
siguiendo las estelas de su nave.
QUINTA LÁGRIMA
O mar me chama
e vou ao seu encontro.
Sua voz azul e nova me conclama.
Me leva até ele, como ao amante
que culminara meu corpo cada dia.
Que estranho sortilégio me convoca
a gozar de sua luz e sua beleza?
Que me incita a buscar sempre seu alento
a submergir-se nele, a penetrá-lo
a descobrir pregas e texturas
no rotundo anil de seus abismos?
Por que me invade o mar? Por que me encharca?
Por que batem suas ondas em minhas têmporas
quero fecundar-me com sua espuma?
Por que trago seixos da praia
que tornaram-se redondos e brilhantes
com fresquíssima língua persistente?
Por que tenho um colar de caracóis
e recolho as conchas das margens?
Que significa o canto que modulo
quando me sinto ungida por suas águas?
Quisera, em outra vida, ser uma sereia
e que Ulisses me escute no Egeu
seguindo as estrelas de sua nave.
Página publicada em junho de 2015
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