MAURICIO CONTRERAS HERNÁNDEZ
Mauricio Contreras Hernández. Nació en Bogotá, D.C., en 1960. Poeta y ensayista. Fue por varios años director de publicaciones de la Cooperativa Editorial Magisterio. Es autor de los libros: Geografías (1988) y En la raíz del grito (1995) . De la incesante partida, Devastación y memoria (Antología). Su libro “La herida intacta”, obtuvo el Premio Nacional de Poesía “Ciudad de Bogotá-2005”.
TEXTOS EM ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
TENORIO, Harold Alvarado. Ajuste de cuentas. La poesia colombiana del siglo XX. Con un prólogo de Antonio Caballero. Palma de Mallorca, España: Agatha, 2014. 662 p. 16,5x21,5 cm. ISBN 978-980-6523-85-2
San Sebastián y sus lebreles corporales
Ahí está de nuevo.
Adivino su presencia tras las cortinas de la ventana
que permanece cerrada.
Me vigila con insistencia me busca me encuentra.
Sé que quiere acariciarme
pero no me dice nada.
En la casa me repiten que no hable con extraños,
vive cerca y todas las mañanas nos cruzamos.
El aroma del perfume que usa me trastorna,
su mirada acezante me sonroja y apuro el paso para alejarme,
pero quisiera quedarme.
Cómo cansan diez y seis años.
¿Por qué no me habla?
¿Cómo debo comportarme?
Sólo sus miradas.
Saetas como lebreles lamiendo mi costado,
cosquilleo que sube por mi espalda.
Delirios de uno en la noche bogotana
Allí las puertas siempre cerradas.
Delirios de uno extraviado en la noche bogotana
Las cortinas del hotel regio permanecen cerradas,
párpados de olvido cubren las vidas de sus sigilosos habitantes.
Las raíces de una planta reseca se han echado al aire,
es la noche que extiende sus manos de dulces amenazas.
Su cara es una mueca deshabitada,
fachada donde nadie se assoma
para no ver a dios tendido sobre el asfalto.
Todos sus habitantes danzan sonámbulos
olvidados de dios que ahora yace olvidado.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Mirandam
São Sebastião e seus lebréus corporais
Aí está outra vez.
Adivinho sua presença detrás das cortinas da janela
que permanece fechada.
Me vigia com insistência me procura me encontra.
Sei que deseja acariciar-me
mas não me diz nada.
Em casa me repetem que não fale com estranhos,
viver próximo e todas as manhãs nos cruzamos.
O aroma do perfume que usa me transtorna,
sua mirada ansiosa me ruboriza e me apresso
para afastar-me,
mas quisera ficar.
Como dez e seis anos cansam.
Por que não fala comigo?
Como devo comportar-me?
Apenas suas miradas.
Flechas com lebréus lambendo meu dorso,
cócegas que sobem por minhas costas.
Delírios da gente na noite bogotana
Ali as portas estão sempre fechadas.
Delírios de um extraviado na noite bogotana.
As cortinas do hotel suntuoso permanecem fechadas,
pupilas do olvido cobrem as vidas de seus sigilosos habitantes.
As raízes de uma planta ressecada espargiram no ar,
é a noite que estende suas mãos de doces ameaças.
Sua cara é uma careta desabitada,
fachada onde ninguém aparece
para não ver deus estendido no asfalto.
Todos os habitantes dançam sonâmbulos
olvidados de deus que agora jaz olvidado.
Página publicada em junho de 2016
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